El PP busca la absolución política del 'caso Gürtel'
Los socialistas valencianos tratan atraer el voto de centro ante la brecha que les separa de los populares
La gravedad de las acusaciones que pesan sobre el presidente del Gobierno valenciano, Francisco Camps, no ha hecho temblar el apoyo de la dirección del PP nacional a su candidato. Las listas autonómicas incluyen hasta 11 personas imputadas o implicadas en casos de corrupción, entre los que se encuentra uno de los más graves destapados con afección directa a un partido político, el caso Gürtel.
Sin intención de mantener ningún pulso por la defensa de la aplicación de un código ético, el presidente del PP, Mariano Rajoy,l hizo algunos escarceos antes de la proclamación de Camps, pero no se atrevió a frenar la osadía del presidente valenciano, que optó por autoproclamarse con el aplauso general del PP valenciano. Todo pese a que hay quienes admiten, siempre en privado, la paralización a la que la corrupción ha sometido al Gobierno autonómico. Y siempre teniendo en cuenta que Camps juega recordando a Rajoy que necesita de los votos valencianos si quiere llegar a la Moncloa.
Siguiendo la senda abierta por el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, con aquel "las urnas me han absuelto", el PP busca en las próximas elecciones autonómicas la absolución política en el caso Gürtel.
Pero ni la corrupción, ni la deuda que acumula la Administración autonómica, ni el impago a centenares de proveedores parecen hacer mella en el votante del PP, ya que las encuestas vaticinan que Camps abrirá aún más la brecha que le separa de la oposición e, incluso, lograra cuatro escaños más y, por lo tanto, revalidará la mayoría absoluta. Todo pese a que entre los votantes del PP corre el rumor de que la abstención pudiera ser su última decisión.
Mientras, en el PSPV, Jorge Alarte se presenta por primera vez como candidato a la Presidencia de la Generalitat. Con la corrupción como protagonista de su batalla política, el socialista mira, en cualquier caso, al votante de centro, a quien apela constantemente tratando de que el descontento se traduzca en un giro en su voto. Su logro sería reducir la distancia que le separa del PP y abordar la próxima legislatura desde el Parlamento valenciano (en el que actualmente no tiene escaño) para así preparase para el asalto definitivo dentro de cuatro años. Aún así, los sondeos le otorgan una pérdida de votos, lo que, además, le sometería a una tensión orgánica en un partido sometido a eternos debates internos.
Más a la izquierda, Esquerra Unida podría "aprovechar" el desencanto de los electores con el bipartidismo.
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