La Ordenanza de Publicidad 'salva' a los hombres anuncio
El PSOE denuncia quela nueva normativa "legaliza los 'chirimbolos' e IU critica que convierte a Madrid en un "gran escaparate mercantil"
El pleno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado esta mañana la nueva Ordenanza Reguladora de la Publicidad Exterior, que limita el tamaño y la iluminación de los soportes publicitarios, especialmente en el casco histórico de la capital, y que, finalmente, no prohibirá los hombres anuncio, a quien Alberto Ruiz-Gallardón amnistió en navidad después de haber anunciado su sentencia de muerte dos meses antes. Finalmente, el Gobierno municipal ha suprimido el punto que iba a prohibir esa actividad en las calles atendiendo a varias de las 500 alegaciones presentadas, aunque el Ayuntamiento solicitará a la autoridad laboral que se regule este trabajo, que considera vejatorio (y antiestético).
La delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, ha relacionado la existencia de los hombres-anuncio con la crisis y ha avisado de que a lo mejor a partir de ahora, con el aumento del desempleo, va a haber cada vez más personas dedicadas a este trabajo, que el Ayuntamiento se ha comprometido a no impedir. La filosofía que impulsa la normativa, aprobada con los votos del PP y el rechazo de la oposición, que la considera "hecha a la medida de las empresas que gestionan la publicidad en Madrid", es que el ejercicio de la actividad publicitaria no altere el paisaje urbano ni genere contamiación lumínica.
Entre otras medidas, la ordenanza establece por primera vez en Madrid un límite máximo de iluminación de 600 candelas por metro cuadrado. Dice también que toda la iluminación debe ser descendente para evitar la contaminación del cielo y limita la superficie de los soportes en función de su localización, aunque los anuncios "emblemáticos", como el de Tio Pepe de la Puerta del Sol o el de Schweppes de la Gran Vía "se van a salvar". En la misma línea, se definen ámbitos concretos de la ciudad en los que se permite una cierta concentración de elementos de información y publicidad luminosa, los que se denominan en la Ordenanza "focos y escenas encendidas", al considerar que en algunos casos pueden tener "un efecto positivo para la imagen de la ciudad".
Distraer la atención
Otra excepción son las cruces verdes de las farmacias y los rótulos de los hoteles, aunque en el primer caso lo que desaparecerá será casi todo el resto de la publicidad de las boticas y en el segundo será necesario un acuerdo previo con el sector. Respecto a las lonas con publicidad que algunos edificios exhiben casi continuamente, a partir de ahora no podrán estar más de seis meses, prorrogables a otros seis, y no se repetirán hasta pasados cinco años. Además del centro histórico, las colonias históricas y los cascos históricos de los distritos periféricos se catalogan también como Zona de Especial Protección, en los que la publicidad será controlada con más atención.
Los soportes publicitarios autorizados antes de la publicación de la ordenanza podrán mantenerse en las mismas condiciones hasta que finalice su plazo de autorización y los que no tienen licencia dispondrán de 12 meses para adaptarse. El edil socialista Pedro Santín ha señalado que la polémica sobre los hombres anuncio sólo pretendía "llamar la atención sobre una cuestión casi anecdótica para no hablar de lo que importa: el negocio de la publicidad exterior en Madrid", aunque ha advertido que la Ordenanza permitirá impedir esta actividad de hecho porque puede ser no autorizada caso por caso, una suposición que a la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, le parece algo "mezquino".
Santín ha añadido que esta Ordenanza "legaliza los chirimbolos" y no define la carga máxima de publicidad que puede soportar la ciudad, mientras la concejala de IU Raquel López ha dicho que la Ordenanza convierte a la ciudad en un "gran escaparate comercial y mercantil".
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