Motín en Barajas
300 pasajeros de Air Europa se enfrentan a la Guardia Civil al sufrir su vuelo a Cuba un retraso de 12 horas e intentar irrumpir en la pista
La madrugada ha sido especialmente movida en la terminal 1 del aeropuerto de Barajas. Unos 300 pasajeros de un vuelo de Air Europa con destino a La Habana (Cuba) que debería haber despegado a las 15.00 de ayer se han amotinado poco antes de las tres de la madrugada, por lo que ha tenido que intervenir la Guardia Civil. Los pasajeros la emprendieron a gritos y amenazaron con bajar a las pistas al ver como, por tercera vez, se les engañaba y se les aseguraba que saldrían para la isla cubana.
Los problemas del vuelo UX- 051 comenzaron a las tres de la tarde, a su hora de salida. Según fuentes de Air Europa, el avión Boeing 763 que debería haber partido sufrió un problema en una válvula de un motor, por lo que era imposible despegar. Los pasajeros vieron cómo sus expectativas de iniciar las vacaciones o de ver a sus familiares se frustraban. Como la reparación de la avería iba a tardar más de lo previsto, los pasajeros fueron trasladados a hoteles próximos a Barajas.
Cinco minutos antes de la hora de salida, les dijeron que el vuelo tenía un retraso de 20 minutos por un trasvase de maletas. "A los 40 minutos nos dijeron que embarcábamos en otros 40 y que el problema era una avería, y así hasta ahora", explica Pablo desde la puerta de embarque a las 3:05 de hoy, exactamente 12 horas más tarde de lo previsto. "Cada vez que nos decían una nueva hora de embarque la gente se ponía en fila. Luego, claro, al ver que no pasaba nada, nos hemos enfadado muchísimo".
Después de un sándwich y un café y un día entero pendientes de lo que decían los asustados empleados de la aerolínea, los 300 pasajeros fueron enviados a distintos hoteles. "Nos dijeron que a las cinco o seis de la mañana nos decían algo, pero hacia las doce nos llamaron para decirnos que teníamos que estar rápidamente en el aeropuerto porque embarcábamos enseguida. Y hasta ahora", insiste Pablo. "Parecemos como Tom Hanks en la película La terminal".
Al filo de las tres de la madrugada, 12 horas después de su hora prevista de salida, los pasajeros caminaban rumbo al autobús que les dejaría en el avión. Justino, un empresario de 49 años que suele viajar cuatro veces al año a Cuba para supervisar su negocio, protestaba al otro lado del teléfono: "Esto es una indignidad. Hay muchos niños pequeños y gente que ha ido enlazando otros vuelos y lleva aquí 20 horas. Ahora nos obligan a meternos en el avión, pero la gente de AENA [Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea] nos dice que Air Europa no tiene tripulación y no se dan cuenta de que los ánimos están muy alterados".
Poco antes, según su relato, una veintena de guardias civiles se había enfrentado a los pasajeros, que intentaban invadir la pista por su puerta de embarque: "Llegó el sargento y dijo: 'La autoridad soy yo y digo dónde se tienen que poner'. Y el padre de un crío de seis meses se le encaró y le dijo: 'Si tiene tanta autoridad, ¿por qué no le han dado a mi niño algo de leche?".
"La gente está desesperada. Han intentado salir a la pista y enseguida se han presentado dos coches de la Guardia Civil para retenerlos. Ahora, a las tres de la madrugada nos han dicho que embarcamos, pero la gente ya no se fía, piensa que es para que nos quedemos todos quietecitos y callados en el avión y hay algunos que no quieren entrar", explica Pablo, de 33 años, que a las 12 de la mañana salió de su casa con su novia y la intención de pasar unas vacaciones en Cuba.
La Guardia Civil ordenó a los pasajeros que se montaran en el avión y que permanecieran quietos. El vuelo ha partido por fin esta madrugada
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.