Montilla exige al Constitucional que respete la legitimidad del Estatuto
El presidente catalán dice que contradecir el espíritu del texto es ponerlo en peligro
La última escalada de tensión a propósito de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña estalló ayer en boca del presidente de la Generalitat, José Montilla. El mismo día que este diario adelantó que el término "nación" se eliminará del preámbulo del texto y en un escenario tan solemne como el homenaje anual a Ernest Lluch, asesinado hace nueve años por ETA, Montilla exigió al Constitucional que respete el espíritu de pacto e integrador que permitió redactar la Constitución y advirtió de que una interpretación restrictiva de la carta catalana puede poner en peligro la Ley Fundamental.
El discurso del presidente catalán, escrito el sábado, es una sucesión de contundentes reflexiones y advertencias. Montilla recordó que el Estatuto está legitimado por el Parlamento autónomo, las Cortes y el referéndum en Cataluña; y que la Constitución "proclama en su preámbulo la voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España". "Defender la Constitución es promover su espíritu integrador, plural, abierto y acogedor. Utilizarla en sentido contrario es ponerla en peligro", advirtió. "Lo que fue escrito, acordado y votado para unir no puede servir hoy para dividir. Espero que nadie dañe de forma temeraria e imprudente este espíritu", añadió.
El presidente catalán aseguró que el futuro del Estatuto "atañe a todas las instituciones del Estado y a todos los españoles", expresó "la gravedad de la situación a la que nos están abocando el retraso y las filtraciones interesadas". Montilla, que en su texto citó a dos de los padres de la Constitución, Miquel Roca y Miguel Herrero de Miñón, pidió "responsabilidad histórica" y "sentido de Estado" ante la "excepcionalidad" tanto de la ley como del tribunal, pendiente de relevar a un magistrado fallecido, a otro recusado y a otros cuatro que han acabado su mandato.
Durante la pasada semana, políticos catalanes de distinto signo expresaron su malestar por la tardanza del fallo. El lunes, en la ejecutiva del PSOE en Madrid, el portavoz de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, advirtió de que el retraso y las filtraciones están fomentando el radicalismo y añadió que una sentencia que altere lo que han votado los catalanes tendría "consecuencias políticas". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le respondió que las sentencias deben acatarse.
El martes, ERC e Iniciativa, socios del PSC en el Gobierno catalán, cuestionaron en el Parlamento autónomo la legitimidad del Constitucional. El jueves, en TVE, Montilla insistió en "las consecuencias" que tendría una sentencia contraria e insistió en el amplio consenso que avala al Estatuto. La puntilla la dio el viernes el consejero Joan Saura, al pedir la dimisión "en bloque" del tribunal, extremo del que Montilla se desmarcó.
A la espera de que las reuniones semanales de los partidos analicen hoy a fondo las palabras del presidente, ayer ya hubo reacciones. El secretario general de ERC, Joan Ridao, celebró que Montilla haya pasado de una actitud "crítica pero prudente" a sumarse a las de sus socios.
La portavoz de ICV, Laia Ortiz, apoyó el "malestar" expresado por Montilla e insistió en la constitucionalidad del Estatuto. Desde la oposición, fuentes de Convergència lamentaron que "la energía del presidente se ha echado en falta en todo el proceso". Por parte del PP, su portavoz en el Parlamento catalán, Dolors Montserrat, pidió "respeto a la separación de poderes" y acusó al tripartito de presionar al tribunal.
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