La Generalitat reconoce fallos en la gestión del temporal

El consejero de Interior, Joan Saura, ha reconocido que hubo fallos en la gestión del temporal que azotó el pasado lunes Cataluña y provocó un apagón histórico en las comarcas gerundenses. Todavía unas 3.000 personas siguen sin luz a causa de la nevada. El Departamento de Medio Ambiente y Vivienda rastrea las zonas más castigadas por la nevada para calcular las ayudas que otorgará la Generalitat. Los consejeros se reunirán mañana en la cita semanal del Gobierno, en la que está previsto aprobar un primer paquete de medidas.

"La consejería y el país tienen que mejorar las fuentes de información, la información que se da", ha admitido Saura esta mañana en una entrevista en RAC1. El consejero ha asegurado que el mismo lunes desconocían cuál era exactamente el alcance de las averías causadas por el temporal. A las nueve de la tarde de ese día, Endesa aún no les había comunicado que había torres eléctricas caídas. A las 17.30 Renfe negó que hubiese personas atrapadas en los trenes, cuando en realidad ya había cientos de viajeros en los vagones. "La dificultad de dar la información no es darla, sino recibirla", se ha excusado Saura.

A pesar de todo, Saura ha defendido la respuesta de Protección Civil, que ha definido como "operativamente buena". Y ha insistido también en que los servicios dependientes de la Generalitat estaban operativos de nuevo en 24 horas.

El malestar de los vecinos gerundeses sigue extendiéndose. 111 ayuntamientos se han adherido ya al manifiesto, que ha surgido por iniciativa del alcalde de Lloret de Mar, Xavier Crespo (CiU). En él se habla de "opacidad" por parte de las eléctricas y de "información poco precisa y, a menudo, poco creíble". Asimismo, plantean cuatro reivindicaciones. Primero, que las eléctricas "asuman la responsabilidad" de la falta de suministro y de los problemas derivados. Segundo, que la Generalitat exija a las empresas que restablezcan el servicio "con la mayor brevedad posible" y las obligue a hacer una auditoría del estado de todas sus líneas. Tercero, unos protocolos de actuación "más ágiles y operativos" por parte de Protección Civil. Cuarto, dinero para los ayuntamientos que han corrido con los gastos y para limpiar bosques y caminos.

Joan Ridao, secretario general de ERC, ha llamado a la rebelión contra Endesa. Ridao ha recordado que "ya no existe monopolio en el sector eléctrico". "Fecsa-Endesa no merece nuestra confianza", ha añadido Ridao, que remacha: "No tiene perdón que en pleno siglo XXI un palmo de nieve pueda tumbar 33 torres, 14 líneas eléctricas y 12 subestaciones, y esto es imputable al mal mantenimiento". Esquerra pedirá la comparecencia de Fecsa-Endesa en el Parlamento autónomo.

El PP ha criticado la gestión del temporal. Su secretaria general, María Dolores de Cospedal, ha dicho que "la situación de los catalanes se debe a la defectuosísima gestión por parte del tripartito y una pésima gestión del día a día, en la que se están echando los trastos unos a otros pero no resuelven el problema". Cospedal ha aprovechado para cuestionar también al Gobierno central. "En momentos como este, el Gobierno debería preguntarse si dejar entrar a una compañía italiana en un sector estratégico fue lo más conveniente a la hora de realizar nuevas inversiones".

La emergencia eléctrica

Unas 40.000 personas de la provincia de Girona pasaron la noche del domingo sin luz por un nuevo apagón consecuencia del temporal de nieve que azotó Cataluña el pasado lunes. La avería se produjo a las 19.10 de la tarde de ayer al caer un cable en la línea de alta tensión que va de Tordera a la subestación de Lloret de Mar, según cifras de Endesa, y en un primer momento afectó a casi 100.000 abonados. A las diez de la noche, el número de abonados afectados se había reducido a 20.000, lo que supone unas 40.000 personas. La eléctrica conectó a parte de los vecinos afectados por este segundo apagón a la red de media tensión.

La Generalitat, que mantiene activada la situación de "alerta" en las comarcas de Girona, ha precisado en un comunicado que el apagón "dejó sin luz a 100.000 personas" en Plata d'Aro (34.000 personas), Lloret de Mar (30.000 personas), Sant Feliu de Guíxols (22.000 personas), Tossa de Mar (6.500 personas) y Santa Cristina d'Aro (5.100 personas). "Volvemos a estar como hace tres días. Eso se veía venir porque estaba todo cogido con pinzas", ha lamentado el alcalde de Sant Feliu de Guíxols, Pere Albó (PSC).

La línea que falló ayer ya había quedado dañada con la nevada del lunes, según la compañía. Endesa la reparó, pero por motivos que todavía no han quedado aclarados, ayer se desprendió un cable que une dos torres. Técnicos de la eléctrica trabajaban anoche para solucionarlo. En cuanto los vecinos se quedaron a oscuras, los teléfonos empezaron a sonar en los ayuntamientos. Los alcaldes buscaban una explicación que dar a los ciudadanos, realmente irritados.

El apagón de ayer afectó sobre todo a los núcleos urbanos porque durante estos días, a medida que los técnicos habían ido reparando las líneas afectadas por la nevada del pasado lunes, los ayuntamientos habían trasladando los generadores hacia las urbanizaciones más alejadas y con menor número de vecinos a las que todavía no llegaba corriente por la red. La avería de ayer supuso un jarro de agua fría para los habitantes de la provincia de Girona, duramente afectada por la tormenta, que creían que su pesadilla tocaba a su fin e intentaban recuperar la normalidad.

Concentración de vecinos por llevar una semana sin luz