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220.000 fallos que congelaron Girona

Con el temporal falló todo lo que podía fallar en la provincia con el tendido eléctrico más precario de toda España

"Cada verano rezábamos para que no pasara esto; al final ha ocurrido". No son palabras del cura de ninguno de los pueblos afectados por el gran apagón de esta semana en Girona. Lo dijo el máximo responsable de la política energética del Gobierno catalán, el consejero de Economía, Antoni Castells, tras comprobar el desastre: 220.000 personas sin luz el lunes, de las que cerca de 20.000 seguían anoche a oscuras. Falló todo lo que pudo fallar en una provincia donde, ya antes del temporal, todo el tendido eléctrico pendía de un hilo. Y advertencias no habían faltado.

A la nevada más o menos excepcional que afectó Cataluña en general y Girona en particular se le suman dos factores conocidos por todas las Administraciones: la provincia es una isla energética, dependiente en un 90% de la producción que le llega de fuera y, encima, no está abastecida por ninguna línea de gran capacidad de 400.000 voltios. "Esto no pasa en ningún lugar de Europa", mantienen fuentes de Endesa.

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Y eso que la provincia alcanza cada verano, coincidiendo con la temporada turística, picos de demanda similares al de cualquier gran área metropolitana europea. En breve se inaugurará una nueva línea, pero al menos hasta 2014 ésta morirá en Girona y no tendrá opción de ser alimentada desde Francia, por lo que cualquier problema en la red española volverá a dejar Girona sin luz. Girona seguirá pendiente de un hilo.

Con todo, Red Eléctrica, Endesa, el Gobierno y la Generalitat coinciden en que si la línea eléctrica de muy alta tensión (MAT) hubiese estado acabada y en servicio Girona habría visto muy paliados sus problemas. El apagón del lunes probablemente se habría producido pero se habría reducido en 24 horas y limitado a núcleos de población más reducidos, ya que lo que más ha fallado ha sido la línea de distribución secundaria, gestionada por Endesa. Los seis expedientes informativos abiertos por las Administraciones deberán aclarar si esta red secundaria estaba suficientemente bien mantenida.

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Los expertos alertan de que los problemas pueden volverse a presentar en breve. Todos dudan de que el fenómeno meteorológico sea tan excepcional como dicen las compañías eléctricas, que tratan de evitar las multas asegurando que una tormenta de este calibre no se había visto "en cincuenta años".

Lo desmiente el director del Servicio Meteorológico de Cataluña, Eliseu Vilaclara. "La última tormenta realmente comparable a la del pasado lunes en Girona ocurrió en 1986", certifica. "No es que nevara mucho, el problema fue la elevada humedad de la nieve caída que, combinada con vientos de 90 kilómetros por hora, acabó por pegarse y acumularse en el tendido hasta hacerlo caer", explica este meteorólogo.

"Si vuelve a nevar, las líneas se caerán otra vez", mantiene el presidente de la comisión energética del Colegio de Ingenieros de Cataluña, Jordi Dolader. Este ingeniero mantiene que, aunque las compañías eléctricas cumplen los compromisos de mantenimiento establecidos por ley, ésta no lo prevé todo. "La nieve húmeda no existe como concepto en los reglamentos". De ahí que alerte de que quizás haría falta replantearse una mayor exigencia en las nuevas torres. "Aunque eso sí, alertando de que cualquier mejora la acabamos pagando todos y debemos ser consecuentes con nuestras decisiones".

Endesa suscribe la última parte. Máxime cuando el déficit tarifario en España alcanza ya los 20.000 millones de euros. "Endesa cumple a rajatabla todas sus obligaciones legales, y eso que el eléctrico es uno de los marcos más regulados que existen", afirma un portavoz. Sobre si las líneas deberán hacerse más resistentes, la compañía entiende que no es algo que la incumba de forma inmediata. "Haremos lo que diga la normativa, como hemos hecho siempre".

Las entidades conservacionistas y buena parte de la izquierda discrepa abiertamente de estas explicaciones. Esquerra Republicana de Catalunya e Iniciativa Verds mantienen que el mantenimiento de la red eléctrica ha sido "lamentable" y lo atribuyen al "afán de las eléctricas para repartir dividendo". Ambos partidos han vuelto a poner encima de la mesa la necesidad de que la distribución y el suministro eléctrico vuelvan a nacionalizarse. Entidades como Greenpeace se han sumado a este discurso y ayer el presidente de la Generalitat, José Montilla, optó por endurecer su discurso contra las eléctricas tras seis días de apagón. "Ha faltado comunicación y coordinación" por falta de las compañías eléctricas, dijo en una visita a una de las zonas más afectadas de la Costa Brava. Montilla avisó de que pedirá responsabilidades a las compañías eléctricas.

El Colegio de Ingenieros de Cataluña lo observa con desconfianza: "Los políticos van abriendo expedientes que quedan muy bien en los periódicos, pero los problemas no se resolverán".

Vecinos de La Bisbal d'Empord observan la nieve acumulada en la puerta de sus casas.
Vecinos de La Bisbal d'Empord observan la nieve acumulada en la puerta de sus casas.PERE DURAN

Las cifras de un desastre anunciado

- España cuenta con 17.000 kilómetros de líneas de muy alta tensión para transporte de electricidad a larga distancia. Ninguna de estas líneas pasa cerca de los mayores núcleos de población de Girona y la Costa Brava.

- El temporal que afectó a Cataluña del pasado lunes dejó grosores de nieve de entre 20 y 50 centímetros en buena parte de la provincia de Girona con vientos que alcanzaron los 90 kilómetros por hora en la Costa Brava. Algunos tendidos eléctricos no lograron superar acumulaciones de nieve que alcanzaron las cuatro toneladas.

- Cayeron 33 torres de alta y media tensión y 14 líneas quedaron cortadas. En los primeros momentos, 220.000 abonados quedaron sin luz. Anoche permanecían a oscuras todavía unas 20.000 personas.

- El apagón ha provocado pérdidas estimadas de al menos 100 millones de euros. 120.000 trabajadores se han quedado en casa buena parte de la semana y 22.000 empresas han pasado varios días sin suministro.

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