"Europa es un esqueleto frente a la crisis"
Madrileño de 56 años -difícil deducirlo de su nombre-, Willy Meyer Pleite aspira a renovar el día 7 sus cinco años de eurodiputado por IU-ICV. Miembro de la dirección del PCE, siempre ha estado donde los ciudadanos le han puesto: fue concejal, diputado provincial en Cádiz y parlamentario nacional antes de recalar en la Eurocámara.
Pregunta. ¿La crisis pone en riesgo los derechos sociales conquistados por Europa?
Respuesta. En la época de crecimiento ya ocurrió: se apostó por un modelo que hacía prevalecer la libertad de mercado sobre los derechos de los trabajadores. Hay, por ejemplo, tres sentencias del Tribunal Europeo que legalizan el dumping social: es decir, que en una empresa los trabajadores que no son de ese país cobren según el salario de su país de origen, no de donde se radica el trabajo. Eso rompe el modelo social europeo. Además, irrumpió la filosofía de privatizarlo todo, de dejar a los Estados sin capacidad de intervención, y eso lleva a la destrucción del modelo social basado en servicios de calidad. Claro, con la crisis todo esto se acentúa. Europa está en una encrucijada: hay que ir a un nuevo modelo.
"Nucleares no, gracias. Con una política de ahorro serían innecesarias"
"Al pedir el mundo de HB el voto para II-SP, ha definido la candidatura"
P. ¿Los sindicatos lo están haciendo bien?
R. Valoramos muy positivamente que CC OO y UGT demandan una reforma fiscal para ir a la progresividad, que es a lo que deben ir España y Europa. También la Confederación Europea de Sindicatos plantea la necesidad de un modelo económico distinto.
P. Ustedes plantean una reforma laboral a la inversa: "en beneficio de los trabajadores".
R. Sí, hay que ir a la ofensiva: que se establezca por ley la jornada de 35 horas, una mejora sustancial de los salarios y acabar con la temporalidad y la flexiseguridad. Que los Estados jueguen un papel importante en sectores importantes. Europa ahora mismo es un esqueleto con muy poca capacidad de intervención en la crisis. El ejemplo es lo que ha pasado con General Motors-Opel: Obama ha nacionalizado GM, Europa no. Hay que rescatar los sectores estratégicos: energía, transporte, telecomunicaciones, siderurgia, agua...
P. ¿Por dónde empezarían a nacionalizar?
R. Lo más urgente es el sector financiero. El Gobierno lo que ha hecho es garantizar los beneficios de los bancos.
P. ¿Se refieren a nacionalizar los bancos privados que existen o a crear una banca pública?
R. El primer paso sería crear una banca pública, a través del ICO. No, no hablamos de nacionalizar todo el sector, sino de contar con una banca pública. Inmediatamente después, pasar al rescate de los servicios estratégicos que fueron privatizados, creando fórmulas mixtas o directamente nacionalizándolos. La energía es vital: el debate de la sociedad pospetróleo no nos lo pueden hacer las multinacionales.
P. IU es de las pocas fuerzas políticas que mantiene una oposición frontal y sin matices a la energía nuclear...
R. Sí, nosotros mantenemos el 'nucleares no, gracias'. Con el modelo alternativo que defendemos de intervención pública, una parte de los beneficios iría a una política de mayor eficiencia, y está calculado que con un 25% de ahorro el debate de las nucleares sería innecesario. Por tanto, mantenemos la reclamación de cierre de las centrales nucleares. También una apuesta de i+D+I en energías renovables.
P. ¿Cuál es su principal propuesta para regular la inmigración en Europa?
R. Lo primero es derogar la directiva de retorno o directiva de la vergüenza. Europa necesita la inmigración económica para subsistir. Sin inmigración, el proyecto europeo no tiene futuro. Hay que dar una respuesta democrática y humana a las personas que necesitamos para cobrar las pensiones el día de mañana. La directiva criminaliza a los sin papeles.
P. Y una vez derogada la directiva, ¿qué propondrían para regular la inmigración?
R. Cambiar el modelo actual de crecimiento, pactado por el Partido Popular y el PSOE. Ese modelo nos ha llevado a la recesión y al paro. Con un cambio de modelo habría empleo para los europeos y también para los inmigrantes.
P. ¿Y ya no habría que controlar las fronteras?
R. El control de fronteras es imprescindible, pero podríamos introducir hasta a 25 millones de inmigrantes, que son, según la Comisión Europea, los necesarios para sostener Europa. Por otro lado, la mejor receta ante la inmigración es incrementar la ayuda al desarrollo.
P. Izquierda Unida aplaudió la decisión del Tribunal Constitucional que permite concurrir a las elecciones a Iniciativa Internacionalista-Solidaridad de los Pueblos (II-SP). Al día siguiente, Arnaldo Otegi salió a pedir el voto para esa candidatura, y ahora participa en sus mítines. ¿Siguen aplaudiendo la decisión del Constitucional?
R. Nosotros no aplaudimos.
P. Dijeron que era bueno desde el punto de vista democrático que se pudieran presentar...
R. No, nosotros no aplaudimos. Lo que dijimos es que criticábamos la decisión del Supremo [que había anulado la candidatura]. Nosotros hemos votado contra la Ley de Partidos porque es un atajo inaceptable en la lucha contra el terrorismo y porque las ideas no pueden ser perseguidas. Cuando el Constitucional falló, simplemente constatamos que el Estado de derecho había funcionado. Una vez que el mundo de HB ilegalizado pide el voto para esa candidatura, pues la define bien; y por tanto nosotros, que siempre hemos sido una fuerza confrontada de forma radical con el terrorismo, también estamos confrontados con esta candidatura.
P. ¿Entonces les alegra o les apena que II-SP concurra a las elecciones europeas?
R. Es que no nos provoca ninguna sensación la situación de ninguna candidatura. Es un tema que ni nos va ni nos viene.
P. Los dos eurodiputados de IU-ICV, usted mismo y Raül Romeva, están entre los más trabajadores de la Eurocámara, pero los sondeos les auguran un estancamiento o incluso un descenso. ¿Les desalienta?
R. No, porque conocemos las reglas del juego. Ese trabajo que efectivamente hemos hecho no ha tenido correspondencia en los medios de comunicación, porque no interesa el trabajo: sólo interesan los grandes partidos, trabajen o no. Pero esto no nos desmoraliza: nos da más fuerzas.
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