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Cataluña se está quedando sin jueces

Sólo se han cubierto 12 de las últimas 62 vacantes de magistrado - El 27% de las plazas lo ocupan sustitutos

Cataluña vive desde hace años una continua desertización de plazas judiciales, pero la situación no había llegado nunca a los límites alarmantes que se dan en la actualidad. De las 735 plazas de jueces y magistrado que hay en esta comunidad casi 200 están vacías. Es decir, el 27%. La consecuencia es que esos destinos los ocupan jueces sustitutos y corresponden a los juzgados que nadie quiere porque están atascados de asuntos, no tienen una plantilla estable de funcionarios o no están siempre bien formados y carecen de los medios imprescindibles para impartir justicia.

Y esos jueces sustitutos son, en muchas ocasiones, abogados sin demasiada experiencia que no siempre aseguran una justicia con garantías, porque están decidiendo sobre la situación de libertad o prisión de un ciudadano sin haber visto en su vida a un detenido o celebrado un juicio civil sin saber si han de admitir una prueba y cómo han de hacerlo.

El Tribunal Superior pide que los jueces en prácticas se incorporen ya

El último dato oficial que ilustra la situación se conoció el pasado 22 de diciembre, cuando el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) resolvió el concurso de ascenso de juez a la categoría de magistrado. Se convocaron un total de 123 plazas en toda España, de las que 62 correspondieron a Cataluña. De éstas sólo se cubrieron 12 y, de ellas, únicamente tres las ocuparon jueces procedentes de fuera. Cataluña fue, con mucha diferencia, el territorio donde quedaron más plazas desiertas, seguida de Canarias, confirmándose una vez más que es un destino de paso en la judicatura del que huyen la mayoría de los jueces en cuento pueden.

Miguel Ángel Gimeno, presidente de la Sección Sexta de la Audiencia de Barcelona y portavoz de la asociación Jueces para la Democracia, considera que la explicación a este éxodo es que "la mayoría de los juzgados de Cataluña son destinos muy duros, especialmente en algunas poblaciones de la provincia de Barcelona". En su opinión, "es evidente que faltan muchos juzgados". Otros representantes de asociaciones judiciales coinciden en que en Cataluña no existe una tradición histórica de opositores y que la profesión de juez, como la de policía nacional o de guardia civil no resulta atractiva. A eso se suma la carestía de la vida, pero nadie considera que el idioma suponga un problema para los jueces.

La alarmante situación de vacío de plazas ha hecho reaccionar a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), María Eugenia Alegret, quien ha enviado un correo electrónico a todos sus colegas de Cataluña instándoles a que fomenten las peticiones para hacer de juez sustituto. Alegret, incluso, ha ido más allá y ha pedido al Consejo del Poder Judicial que se acaben ya las prácticas que están realizando en Cataluña 22 de los 135 jueces de la próxima promoción que saldrá de la Escuela Judicial, a los que no se les asignará una plaza hasta el próximo mes de julio.

La Escuela ya ha informado en contra de la medida. Su director, Pascual Ortuño, recuerda que las prácticas que ahora realizan los jueces son evaluables y que de ello depende el número de plaza que obtengan en el escalafón. Y, por tanto, la posibilidad de elegir uno u otro destino de los que se oferten en toda España. Ortuño también advierte que las prácticas son imprescindibles para los nuevos jueces, y que el reglamento del centro impide atender la petición de Alegret, insólita hasta ahora y que en breve resolverá el CGPJ.

La presidenta del TSJC ha solicitado, además, que se incentive económicamente o con años de antigüedad en la carrera las plazas judiciales en Cataluña. La Generalitat anunció ayer que no tiene previsto ese gasto económico.

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