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Aznar ve España bajo la ley islámica si hay una retirada de Afganistán

El ex presidente pone a Reagan y Thatcher como modelos

Miguel González

José María Aznar no se considera un "neocon", en alusión a los intelectuales que han inspirado la revolución conservadora en EE UU, sino "más bien un liberal clásico", según sus propias palabras. Ayer, sin embargo, no recurrió a ningún pensador liberal ni conservador para afrontar el problema del terrorismo, sino a la fórmula mucho más simple del ex presidente de EE UU Ronald Reagan, al que, junto a la ex premier británica Margaret Thatcher, presentó como modelo de liderazgo: "Nosotros ganamos, ellos pierden".

Aznar presidió ayer en un céntrico hotel de Madrid la presentación del libro Qué piensan los 'neocon' españoles, un compendio de artículos elaborados en las últimas dos décadas por el Grupo de Estudios Estratégicos (Gees), un equipo de analistas dedicados a las cuestiones de defensa y seguridad.

Progresivamente, sin embargo, las intervenciones se fueron decantando hacia asuntos más domésticos y, a medida que lo hacían, se alejaban del análisis intelectual para dar entrada a las palabras más gruesas.

Ignacio Cosidó, senador del PP y fundador del Gees, dijo, por ejemplo, que "la libertad está amenazada hoy en España por un Gobierno débil y radical"; José María Marco, calificado de analista político, definió la política de José Luis Rodríguez Zapatero de "antinacional, revanchista y pornográfica", y Alberto Recarte, presidente de Libertad Digital, aseguró que "España está en peligro".

Con estos teloneros, el discurso de Aznar sonó casi moderado. En tono irónico, confesó que él mismo no se considera un "neoconservador" pues para serlo es preciso, en su opinión, provenir de las filas de la izquierda. "Y entre mis muchos defectos", dijo, "no está el haber sido nunca trotskista, maoísta, comunista o socialista", aunque sí lo fuera alguno de sus ministros, como Josep Piqué.

Aznar no aludió a cuáles fueron sus orígenes ideológicos, pero sus resonancias podían vislumbrarse en algunos pasajes de su discurso, como cuando habló de la necesidad de "revivir Occidente" o de la crisis de Europa, que achacó a la "dictadura del relativismo", a la "falta de creencia en los valores básicos" y a la "debilidad del nervio moral".

Aznar arremetió contra quienes, durante la Guerra Fría, abogaban por la coexistencia pacífica, supuestamente indiferentes al sufrimiento de los pueblos sometidos a la dictadura comunista, para trasladar ese mismo esquema a la lucha antiterrorista.

"El terrorismo es un desafío existencial para las sociedades libres", proclamó, "en España lo sabemos muy bien, porque hemos padecido sus zarpazos durante mucho tiempo. Y aprendimos que la única manera de derrotarlo era la constancia, el uso de todas las armas del Estado de derecho y la firmeza para no ceder nunca al chantaje".

"Sabíamos que si cedíamos", agregó en alusión implícita al caso De Juana Chaos, "perdían la democracia, la libertad y España. Y que la debilidad sólo consigue alimentar y hacer más fuertes a los criminales. El apaciguamiento no funciona con los terroristas".

"Los radicales y los terroristas se envalentonan ante la debilidad", prosiguió, refiriéndose ya a Al Qaeda, que acaba de reiterar sus amenazas si España no retira sus tropas de Afganistán. "No debe sorprendernos mucho que recibamos amenazas por apoyar a la frágil y naciente democracia afgana. Los terroristas detectan la debilidad y golpean precisamente donde más eficaces pueden ser sus crímenes para lograr sus objetivos. Ahora piden la retirada de Afganistán. Si cedemos, no deberá sorprendernos que el próximo paso del chantaje de los terroristas sea la implantación de la ley islámica en una parte de nuestro territorio [por Andalucía] y la ruptura del principio de igualdad de todos ante la ley".

La receta para acabar con el terrorismo, agregó Aznar, es la que él aplicó cuando presidía el Gobierno y utilizó Reagan durante la Guerra Fría: "Nosotros ganamos, ellos pierden". Tan simple como, a su juicio, eficaz.

Aznar y Alberto Recarte, presidente de <i>Libertad Digital.</i>
Aznar y Alberto Recarte, presidente de Libertad Digital.GORKA LEJARCEGI
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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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