Aguirre dibuja un nuevo mandato de liberalismo y austeridad en Madrid
En un discurso de investidura fuertemente ideológico, la presidenta promete una reforma electoral para instaurar las listas abiertas y acabar con las duplicidades entre Gobierno regional y ayuntamientos
Con el respaldo de su ampliada mayoría absoluta y un discurso muy cargado ideológicamente bajo las premisas de "España y libertad", la candidata del PP a la Presidencia de la región, Esperanza Aguirre, ha abierto a mediodía su tercer debate de investidura en la Asamblea de Madrid, que concluirá mañana con la votación de la Cámara tras las intervenciones de todos los grupos. Aguirre, que ha centrando su intervención de una hora y media en las listas electorales abiertas, la transparencia, la austeridad y una mayor eficacia de la Administración, ha rendido homenaje al modelo liberal que ha implantado en Madrid y en el que piensa ahondar. Además, ha desgranado su programa electoral -repleto de medidas ya anunciadas varias veces- y ha subrayado los éxitos de sus ocho años de Gobierno. Mañana, será reelegida presidenta regional con el apoyo de los diputados de su grupo, al haber conseguido en las urnas 72 diputados de los 129 que componen la Asamblea.
La presidenta en funciones y aspirante a la reelección ha dedicado sus primeras palabras al Movimiento 15-M, hacia el que ha expresado respeto y condena al mismo tiempo: "Un conjunto de los ciudadanos expresa su insatisfacción respecto de los políticos. Eso no quita para que yo exprese mi rechazo más firme respecto del comportamiento de los indignados cuando fueron el sábado a la constitución de los ayuntamientos". En este punto, ha cargado contra Alfredo Pérez Rubalcaba "por no hacer cumplir las leyes". "Ya sabemos que cumple las leyes si les interesa y no las cumple si no le viene bien", ha remachado la presidenta.
En un guiño a los postulados de los indignados, la presidenta ha propuesto una reforma electoral para desbloquear las listas electorales, de forma que los ciudadanos puedan tachar a los candidatos que no consideren merecedores de su voto o establecer un orden de preferencias entre ellos. Para hacerlo, solo en el caso de las elecciones a la Asamblea, sería necesario reformar la Ley Electoral autonómica. Ocurriría como con el voto al Senado, en el que se elige a determinados miembros de las listas en lugar de una candidatura completa. Por si alguien la acusara de oportunista, Aguirre ha recordado que hace ocho años ya propuso una reforma de la ley electoral. Como parte de esta propuesta, Aguirre, durante su intervención sin límite de tiempo en la que ha expuesto su programa para los próximos cuatro años, ha detallado que quiere eliminar el grupo mixto y dividir la Comunidad en circunscripciones "para que el voto ciudadano valga lo mismo en cualquier parte del territorio". "Si lo hiciéramos marcaríamos un hito en la democracia española", ha subrayado.
La segunda pata de su intervención ha sido la austeridad. En este punto, Aguirre ha hecho un alegato del liberalismo económico y político que abandera. La presidenta ha abogado por la ortodoxia económica y ha recordado que Madrid ha sido una de las regiones que más han profundizado en las políticas de austeridad y adelgazamiento de la Administración. Se ha comprometido a reducir "aún más" los coches oficiales, al tiempo que ha recordado que ya suprimió la mitad los de los altos cargos, de 139 a 73, además de eliminar 102 entes, organismos y empresas públicas, y de reducir el sueldo de funcionarios y del Gobierno regional. Otra de las propuestas en este apartado es reagrupar las oficinas de la Comunidad con el objetivo de "poner en venta todos los edificios que no sean imprescindibles". El año pasado, su programa de austeridad le permitió ahorrar siete millones en inmuebles.
"Vamos a seguir las líneas maestras de la austeridad, el control del gasto, la bajada de impuestos, la fe en la libertad de los ciudadanos...", ha declarado, para hacer hincapié en su creencia de que "los ciudadanos conocen mejor sus necesidades que cualquier burócrata desde un despacho". En un discurso plagado de referencias históricas a Hitler, Thatcher y Mussolini, Aguirre también ha tenido tiempo para cargar contra la oposición: "Creo que la caída socialista y la pérdida de voto socialista tienen que ver con aquella promesa de pleno empleo que hizo de forma irresponsable el Gobierno socialista en 2008". En otra arremetida al PSOE, ha criticado el supuesto empecinamiento de los socialistas en no cambiar "un modelo de mercado laboral heredado del franquismo", que ha achacado a su "dogmatismo". En 2009, ha dicho Aguirre, el año de mayor destrucción de empleo desde el inicio de la crisis, se produjeron "las mayores subidas salariales". En el primer trimestre de dicho año, los costes salariales crecieron un 6%, según la presidenta.
Otro eje de su comparecencia, que ha realizado ayudada de dos pantallas de teleprompter, ha sido acabar con las duplicidades y las competencias impropias de los ayuntamientos. Para ello, ha anunciado que creará una comisión mixta entre la Asamblea y los consistorios para determinar "con claridad" qué servicios al ciudadano deben prestar unos y otros.
Aguirre, que fue ministra de Educación, ha dedicado buena parte de su comparecencia a defender su modelo educativo: programa de bilingüismo, bachillerato de excelencia, un nuevo modelo de Formación Profesional y la libertad de elección de centro escolar... En sanidad, además de ahondar en la libre elección de médico, Aguirre ha anunciado la implantación de la "factura en la sombra" que recomienda el Gobierno para que los ciudadanos sepan cuánto cuestan las pruebas y tratamientos. Frente a las acusaciones del PSM de que pretende instaurar el copago, ha insistido en que, mientras ella sea presidenta, la sanidad en Madrid será "universal, gratuita y de la máxima calidad". La jefa del Ejecutivo madrileño ha tratado de blindar su flancos débiles, como la gestión en la Sanidad, Educación y Dependencia, sin precisar dónde meterá la tijera. Estas tres áreas suponen más del 70% del presupuesto regional y deberán sufrir recortes, según el modelo de Aguirre.
En un claro tirón de orejas al consejero de Justicia, Francisco Granados, Aguirre ha anunciado que encargará un informe para saber por qué a pesar de que el presupuesto para la Justicia madrileña ha pasado de 74 millones en 2003 a 350 en 2011 no se percibe una mejoría. Al final de su intervención, Aguirre, que ha sido la única en hablar en la sesión de hoy, ha pedido emocionada la confianza de la Cámara y, adoptando un tono nacional, ha vuelto a criticar la presencia de Bildu en las instituciones. "Bildu, es decir ETA, han sido los enemigos más enconados de lo que quiero defender siempre: la libertad y esa nación de ciudadanos libres e iguales que es España", ha proclamado entre una ovación cerrada.
Tras las palabras de Aguirre, el presidente de la Cámara, José Ignacio Echeverría -que ejerce por primera vez hoy como tal y al que Aguirre se ha referido "como señora presidenta" en un lapsus que ha corregido al instante-, ha suspendido la sesión plenaria, que se retomará mañana a las diez con las intervenciones de los portavoces parlamentarios, a los que responderá Aguirre. Como novedad, en el debate de estos dos días en la Cámara madrileña están representadas no tres, sino cuatro fuerzas políticas, ya que a los 72 escaños del PP, los 36 del PSM y los 13 de IU se suman los ocho diputados con los que ha irrumpido UPyD en el Parlamento regional.
El futuro de Granados
Mientras la presidente desgranaba sus propuestas para los próximos cuatro años, la cábalas sobre los nombres que formarán el futuro Gobierno regional inundaban los pasillos de la Asamblea regional. "Lo decidirá la presidenta personalmente", aseguran fuentes próximas a Aguirre, que estiman que no hay mucho recorrido para cambios.
La gran duda es qué pasará con Granados. Según fuentes del PP regional, Aguirre propuso hace una semana al secretario general del PP de Madrid que fuera el portavoz del grupo del PP en la Asamblea, pero este se negó. Según las mismas fuentes, no es seguro que Granados repita como responsable de Presidencia, Justicia e Interior.
La ausencia de Gallardón
Entre las anécdotas, destacan los Ipads, que han tomado el hemiciclo. Entre aplauso y aplauso, numerosos diputados consultaban sus tabletas electrónicas mientras Aguirre pronunciaba su discurso de investidura. Entre los asistentes en la tribuna de invitados ha destacado la ausencia del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Sí ha acudido a escuchar a Aguirre el vicealcalde, Manuel Cobo, a pesar de sus discrepancias con el Gobierno madrileño por el asunto del espionaje. También han estado Luis Eduardo Cortés, presidente de Ifema, y Rodrigo Rato, de Caja Madrid.
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