Rumasa levanta una nueva colmena
Desde su caída en 1990, Ruiz Mateos ha construido uno de los mayores grupos agroalimentarios
Casi un cuarto de siglo después de la expropiación de Rumasa, el 23 de febrero de 1983, la familia Ruiz Mateos ha tejido un nuevo imperio bajo la denominación de Nueva Rumasa, integrado por un centenar de empresas en alimentación, bebidas, hoteles y gestión del suelo. Tras la reciente compra de Clesa al grupo Parmalat, Nueva Rumasa eleva su plantilla a casi 9.000 trabajadores en España, con una facturación en la división agroalimentaria de 700 millones de euros, lo que le sitúa entre los primeros grupos del sector.
Nueva Rumasa cuenta con una plantilla en España de unos 9.000 trabajadores y factura 700 millones sólo en la división alimentaria
La construcción de la actual Nueva Rumasa se comenzó a fraguar al inicio de los años noventa, tras el cierre de la sociedad y la derrota de José María Ruiz Mateos en todas las batallas que libró en los tribunales para recuperarla. En contra de quienes sostienen que los ex propietarios del grupo mantuvieron en su poder recursos en el exterior, desde Nueva Rumasa se esgrime, a modo de bandera, que la formación de la nueva empresa se ha hecho a partir de menos cero, recurriendo fundamentalmente a recursos de amigos y de entidades financieras del exterior ante al rechazo de la mayor parte de los bancos y cajas españolas a conceder préstamos.
Nueva Rumasa, como el holding anterior, se ha levantado con el protagonismo de toda la familia, pero con la figura de José María Ruiz Mateos como eje en todas las operaciones. Una nota dominante en la mayor parte de las empresas que integran el grupo es que las mismas atravesaban situaciones de crisis o pertenecían a multinacionales en fase de retirada.
Nueva filosofía
En la formación del nuevo grupo, según fuentes de la sociedad, se ha aplicado una filosofía basada en varias reglas de juego: el apoyo a la constitución de equipos de trabajo muy implicados en la empresa, el desarrollo de marcas propias, una política de innovación en sectores maduros en el campo agroalimentario y de inversión en programas de investigación, la puesta en marcha de nuevos centros de producción, la creación de empleo y una política de formación y de recursos humanos fundamentada en el princpio de que las personas son el principal activo para crecer.
Con esta filosofía de partida, el grupo Nueva Rumasa, aunque opera en media docena de negocios, ha vuelto a situar la alimentación y las bebidas como uno de los ejes más importantes de su actividad.
En el caso de los vinos, Nueva Rumasa volvió a sus orígenes con la recompra de Bodegas Garvey a United D. España por unos 10 millones de euros en 1996. A partir de esa firma, el grupo ha ido tejiendo un entramado, principalmente en esa misma zona jerezana, con las bodegas Zoilo Ruiz Mateos o Vinícola Soto, a las que en 2004 se sumaron los activos de la bodega Sandeman, propiedad del grupo portugués Sogrape, con más de 300 hectáreas de viñedos y dos centros de producción.
Fuera de Jerez, el grupo cuenta con bodegas en las denominaciones de origen Rioja, Toro y Penedés, y proyecta una bodega en Somontano, a la que se suma la bodega Da Silva, en Oporto. La división de bebidas exporta los vinos a medio centenar de países. El grupo no aporta datos sobre volumen de negocio
En el sector alimentario, Nueva Rumasa ha desarrollado un grupo con una facturación cifrada en este momento en unos 700 millones de euros tras la compra de Clesa. En esta división domina la producción de dulces y lácteos sobre cualquier otra actividad.
La reciente compra de Clesa por 188 millones de euros a Parmalat ha dado al grupo una nueva dimensión, tanto en lo que afecta a la facturación como a la incorporación de una serie de centros de producción y de marcas, como Cacaolat, helados Royne o Clesa, aunque en los últimos tiempos había bajado su peso en el sector con un aumento de las marcas de la distribución. En cualquier caso, Clesa ofrece un importante potencial en la producción y aporta además su red de distribución.
En el segmento de los dulces, el nuevo grupo inició su entrada en el mercado con la compra de Chocolates Trapa, en la localidad palentina de Dueñas. El desarrollo de los programas de innovación ha supuesto colocar en el mercado nuevos productos tras una joint venture con la suiza Frei bajo la marca Trapa Swis. En 2005 se incorporó al grupo la marca de galletas y chocolates Elgorriaga, propiedad de la firma francesa Cantalou. En el sector del dulce destaca finalmente la empresa Alimentación y Dulces ( Aldusa), cuya actividad de producción se ha trasladado de Logroño a Palencia.
Flanes y gallinas ponedoras
Además de Clesa, la nueva Rumasa opera en el sector de lácteos vendiendo desde postres hasta productos congelados, especialmente a través de Dhul, en Granada, y de la firma Lácteos Arnedo, en Zaragoza, que opera sobre todo con la marca Neiss en el canal de la restauración. Las instalaciones de Dhul constituyen el principal centro de producción. Por ese motivo, en el último año se llevó a cabo una inversión de 30 millones de euros para el desarrollo de nuevas líneas de producción en postres y para la puesta en el mercado bajo la marca Chef Dhul de platos preparados refrigerados.
En la división alimentaria cabe señalar finalmente su actividad en el sector avícola, donde desembarcó en 1996 con la entrada en en la firma vallisoletana Hibramer. En ella cuenta con casi todas las acciones y ha invertido en los últimos años más de 30 millones de euros para aumentar el parque de gallinas ponedoras, de las que comercializa tanto huevos como productos derivados. En 2005 vendió unos 30 millones de docenas de huevos, la mayor parte bajo su marca Matines. Ligada a la avicultura, el grupo se halla igualmente en el sector de los piensos con la empresa Cunder, con una producción cercana a las 200.000 toneladas, de las que una tercera parte son para autoconsumo.
Como complemento a la actividad productiva, Nueva Rumasa opera en la distribución alimentaria con las firmas Los Conejos y Gambín y Garrés.
En la división de hoteles, bajo la enseña Hotasa, el grupo ha concentrado su actividad en Canarias con hoteles como Canarife Palace, Bonanza Palace, Interpalace y Lagos de César; hotel Samoa, Euro Calas y Santa Fe, en Mallorca; Lepe Mar, en Huelva, y The Crowne Plaza, en Santiago de Chile. La estrategia del grupo es ubicarse en zonas de vacaciones. Las inversiones más recientes de la sociedad en esta división se sitúan en unos 40 millones de euros para mejorar instalaciones.
Un modelo distinto al viejo 'holding', sin bancos ni seguros
A diferencia del pasado, la construcción de la Nueva Rumasa se ha hecho con un bajo perfil en materia de comunicación, fabricando una nueva colmena prácticamente en silencio, sin provocar a la competencia. La vieja abeja ha estado operando en los últimos años como si fuera una hormigas.
Frente a la estructura anterior de un holding de sociedades, en el nuevo grupo cada una de las empresas funciona de forma independiente, aunque de manera coordinada en cada una de las divisiones.
La formación del nuevo grupo, salvo bodegas Garvey en bebidas y, últimamente, la compra de Clesa, se ha basado en la adquisición o desarrollo de pequeñas sociedades en situación de crisis, con residuos de grupos multinacionales en proceso de desinversión o por la constitución de nuevas empresas desde la innovación.
También, a diferencia del pasado, el grupo ha funcionado con sociedades de inversión como accionistas de sus empresas, la mayor parte ubicadas en el exterior, como WTAB, en Holanda, socia del grupo Garvey, o Trindal, en Belice, como accionista de Hibramer. Esta política se interpreta como una estrategia, frente a lo sucedido en el pasado. Fuentes del grupo señalan que la Nueva Rumasa se halla al corriente de todas sus obligaciones fiscales o impositivas, tanto en España como en el exterior.
Finalmente, la Nueva Rumasa se ha mantenido alejada de las empresas de seguros y la banca, que en su día fueron los detonantes del enfrentamiento en el seno de la patronal ante la guerra de intereses.
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