"No es obligación aumentar cada año el beneficio"

"Trabajar más y mejor", ésta es la principal receta del presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Juan Roig, para salir de la crisis. Tras tres años en el cargo, Roig (Valencia, 1949), presidente y dueño de los supermercados Mercadona, deja la dirección de una institución que representa a las grandes firmas familiares españolas (la facturación agregada de sus 100 componentes suma 150.000 millones de euros) en el Congreso que arranca hoy mismo y se celebrará hasta el martes. Le sucede Simón Pedro Barceló (Palma de Mallorca, 1966), vicepresidente de la cadena de hoteles Barceló, a quien Roig, con un lenguaje directo, no le quiere poner "deberes". "Hombre, entonces me llamaría y diría: Juan, ya que lo tienes tan claro quédate y hazlo tú".

"Los políticos tienen la obligación de consensuar los temas económicos"

"Tenemos que apretarnos el cinturón y bajar los precios"

"Hemos dado a la economía financiera una importancia que no tiene"

"La empresa familiar es muy ágil porque el poder está concentrado"

Durante el último trienio, Roig ha añadido a la agenda del IEF, sin dejar de lado su preocupación fiscal histórica, otros temas como la inmigración, las infraestructuras y la productividad. Además, ha consolidado las cátedras de la Empresa Familiar en las universidades españolas (hay 35).

Pregunta. ¿Es un alivio dejar el cargo con la que está cayendo?

Respuesta. No. Se ha terminado el ciclo de tres años, pero no es un alivio. Es mucho trabajo y mucho esfuerzo, pero tenía claro que tenía que esforzarme.

P. ¿Preocupados por la crisis que vivimos?

R. Sí. Creo que las empresas familiares están en mejor situación. Pertenecemos a la economía real y no tenemos la burbuja financiera. La vamos a acometer con mucho trabajo para salir más fuertes.

P. Pero la burbuja financiera también ha explotado sobre la economía real (subida de tipos, falta de crédito...).

R. Estamos tomando las máximas medidas posibles. La situación viene provocada porque nos hemos pasado en la economía financiera. Lo importante es la economía real, no la financiera. La financiera ayuda a que la real se desarrolle pero no puede ser el motor. Eso lo hemos confundido todos. Le hemos dado una importancia que no la tiene. Hemos creído que trabajando poco podíamos gastar mucho.

P. En España hay que sumar la burbuja inmobiliaria.

R. Pero la crisis inmobiliaria es consecuencia de la financiera. El crecimiento financiero se ha apoyado en sectores con gran recorrido al alza, como el inmobiliario o las materias primas, basándose en la especulación.

P. ¿Notan en la empresa familiar los problemas de la crisis financiera?

R. Sí. Reducimos las necesidades de dinero. Si alguien iba a hacer una inversión, pues ahora se lo está pensando más, porque la inversión que hace un año y medio no teníamos ningún problema para financiar ahora todo el mundo tiene problemas para lograr ese dinero y a un mayor coste.

P. ¿Cuánto prevén ustedes que va a durar?

R. Eso es jugar a ser adivino. Lo que sí es seguro es que un día cambiará. ¿Cuándo? El instituto no tiene ninguna opinión de cuánto va a durar. Personalmente creo que va durar todo 2009 y 2010. El año que viene va a ser muy duro, muy duro.

P. ¿Y tienen ustedes alguna ventaja en esta situación?

R. Sí. La inmensa mayoría nos hemos dedicado a la economía real. Además, somos empresas que no necesariamente, sobre todo las que no cotizamos en Bolsa, tenemos que aumentar los beneficios anualmente. Y también somos muy ágiles porque el poder está muy concentrado en tomar decisiones y las estamos tomando.

P. Alguna desventaja tendrán.

R. No. Somos como todas las empresas, que nacen, crecen, se desarrollan y mueren, según como se vaya cuidando el arbolito.

P. ¿Qué opinión tienen de las medidas del Gobierno para salir de la crisis?

R. Creo que se están tomando medidas tarde. Uno de los grandes problemas que tenemos es que se reconoció el problema tarde y después que se están tomando medidas para el sector financiero. El sector financiero no es lo más importante, pero es imprescindible. Tenemos que dotarlo de liquidez, y de seguridad. Me parece que las medidas que estén tomadas en ese sentido están bien tomadas. Se ha reconocido el problema tarde, pero las medidas cuanto antes se tomen mejor.

P. También se han propuesto ayudas para familias y desempleados. ¿Cree que hay que tomar medidas para empresas?

R. No, lo que hay hacer es mejorar la productividad. Pero esto no es cuestión sólo de los políticos. No podemos pensar que los políticos nos sacarán de la crisis. De la crisis nos sacará la sociedad civil. Ellos pueden ayudar un poco. Lo que está claro es que todo aquello que aumente la productividad son buenas medidas. Todos (empresarios, trabajadores, políticos y funcionarios) tenemos que trabajar más y mejor.

P. ¿A qué se refiere?

R. Tenemos que saber cuánto nos cuesta lo que producimos. Por cada paso que demos tenemos que ser muy productivos, tenemos que dar un gran valor. Pero hay problemas. Por ejemplo, el absentismo. Está muy bien el derecho a cobrar cuando estamos enfermos, pero si lo mal utilizamos y cuando no estamos enfermos cobramos lo pagamos todos. Eso es no mejorar la productividad. Cuando la demanda se reduce, una empresa tiene que ser flexible para adaptarse rápidamente al mercado, y poder serlo. Si se le ponen muchas trabas, lo pagamos entre todos. Eso es falta de productividad. A cada patada que demos, tenemos que darle productividad. Lo que no, lo paga España.

P. Cuando habla de flexibilidad, ¿se refiere a rebajar el coste del despido?

R. Más que preocuparnos por el coste del despido y de pagar a los parados, tendríamos que preocuparnos de que no hubiese paro. El que manda en una empresa es la demanda de producción, si la demanda es menor hay que adaptarse rápidamente. Si no te adaptas los costes se disparan. Hay que encontrar los cauces, pero si hay una crisis y disminuye la demanda, tienes que reducir el número de trabajadores, si sube la demanda hay que aumentarlo. Si no lo haces con rapidez, tú mismo te cargas la empresa.

P. ¿Qué balance hace de sus tres años al frente del IEF?

R. Estoy contento con el esfuerzo que he hecho. Uno de los objetivos que he perseguido es que la sociedad civil hable más de los problemas que tenemos y algo más se está hablando, pero menos de lo que a mí me hubiera gustado.

P. ¿De qué problemas?

R. De todos. Nosotros, empresarios, junto con los trabajadores, somos los que movemos a este país. Por ejemplo, durante los últimos cuatro años no se ha hablado de economía real. No estaba en la agenda.

P. Una de las reivindicaciones de su mandato ha sido la unidad política. ¿La cree más necesaria en esta coyuntura de crisis?

R. Los partidos políticos tienen la obligación de consensuar. No es mi petición, es una obligación. Los temas económicos se tienen que consensuar y ahora todavía más. Y rápido. Por otro lado, los empresarios tenemos la obligación de apretarnos el cinturón y con ello bajar los precios de nuestros productos y servicios.