Fujimori, condenado a seis años de cárcel por corrupción y espionaje
El ex presidente peruano, que se había declarado culpable, dice que apelará
El cuarto y último juicio al ex presidente peruano Alberto Fujimori concluyó ayer tras apenas dos sesiones. La sala penal especial presidida por el juez supremo César San Martín condenó al ex mandatario a seis años de prisión por cuatro delitos cometidos durante su Gobierno, relacionados con el espionaje telefónico, la compra de medios de comunicación con fondos públicos y los sobornos a congresistas para que se pasasen a su grupo parlamentario tras las elecciones de 2000, en las que no logró mayoría parlamentaria. El proceso fue extremadamente rápido, porque Fujimori se declaró conforme con la acusación formulada por la fiscalía. De este modo, evitó un largo proceso público (las audiencias fueron retransmitidas por televisión) y la presentación de pruebas y testigos que, según sus acusadores, habrían dejado en evidencia su participación en estos delitos de corrupción, emblemáticos de su régimen, y perjudicado la candidatura de su hija Keiko, actual congresista y una de las favoritas, según los sondeos, para ganar las elecciones presidenciales de 2011.
Pese a que admitió su responsabilidad ante el tribunal, Fujimori anunció que recurrirá la sentencia, tal como lo había adelantado su abogado, César Nakazaki, quien señaló que el ex mandatario es inocente y que se había declarado culpable porque no confía en la imparcialidad del tribunal, que ya lo ha condenado en dos procesos anteriores.
La fiscalía había anunciado que pretendía citar a alrededor de un centenar de testigos, entre ellos la ex esposa de Fujimori, Susana Higushi; el ex candidato presidencial y ex secretario general de Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar, y el escritor Mario Vargas Llosa, rival de Fujimori en las elecciones presidenciales de 1990. "Existían abundantes pruebas, una condena era inevitable", explicó el fiscal supremo, José Peláez Bardales.
Desde que fue extraditado de Chile, en 2007, Fujimori ha sido sometido a cuatro juicios, que comprenden todos los delitos por los que fue aprobada su extradición en Chile. En total, ha sido sentenciado a 44 años de prisión. No obstante, la legislación peruana dispone que sólo deberá cumplir la condena más larga, que es de 25 años, por homicidio calificado y secuestro. Según esta sentencia, que, al igual que la emitida ayer, aún debe ser confirmada por la Corte Suprema, Fujimori, de 71 años, saldría de prisión en 2032. En este caso, el tribunal reconoció la confesión de Fujimori como un atenuante y por ello decidió imponerle una pena menor que la que había pedido la fiscalía suprema, que era de ocho años de prisión. Asimismo, dispuso que el ex mandatario devuelva los fondos de los que dispuso ilegalmente, al imponerle una reparación civil de algo más de 24 millones de soles (unos seis millones de euros) a favor del Estado, además de otros tres millones que deberán repartirse entre 28 perjudicados por el espionaje que realizó el Servicio de Inteligencia Nacional.
Pese a que la magnitud de la condena es irrelevante en términos prácticos, el fiscal supremo José Peláez Bardales también se mostró en desacuerdo con la decisión y anunció que recurrirá para lograr que se incremente. Los partidarios de Fujimori anunciaron que, con la conclusión de los juicios, les toca a ellos el turno de luchar por la libertad de su líder. "Hemos esperado pacientemente, ahora nos toca jugar a nosotros", aseguró el portavoz del grupo parlamentario fujimorista en el Congreso, Carlos Raffo.
La liberación de su padre, a través de una amnistía o un indulto, es una de las banderas que enarbola Keiko Fujimori papara las elecciones de 2011.
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