Olmert se sienta en el banquillo acusado de corrupción
Es la primera vez en la historia de Israel que un ex jefe del Gobierno es juzgado
El ex primer ministro israelí Ehud Olmert se ha declarado inocente en el inicio de su juicio por varias acusaciones de corrupción. "Ha llegado el momento de los hechos. He llegado aquí como un hombre inocente y así será como me vaya", ha dicho Olmert esta mañana a su llegada a los tribunales, según informa el diario israelí Yediot Aharonot en su versión digital. Esta es la primera ocasión en la historia de Israel que un ex jefe del Gobierno es juzgado por prácticas corruptas.
La Fiscalía General del Estado imputó el pasado 30 de agosto a Olmert por tres supuestas tramas de corrupción en las que habría cometido los delitos de fraude, ruptura de la confianza, falsificación de documentos corporativos, evasión de impuestos y obtención fraudulenta de beneficios. El ex primer ministro ha admitido que la posición en que se encuentra "no es fácil" y ha denunciado que durante los tres últimos años ha sido objeto de "una campaña prácticamente inhumana de difamaciones e investigaciones" por la que "ha pagado un alto precio", en referencia a su dimisión hace un año debido a los diversos escándalos de corrupción, informa la agencia Efe.
Uno de los casos es el denominado Sobres de Efectivo, en el que se le acusa de haber recibido cientos de miles de dólares del empresario estadounidense Morris Talanksy para financiar las actividades de su partido (el Kadima) entre los años 1993 y 2006, cuando Olmert era alcalde de Jerusalén y, posteriormente, ministro de Comercio, Industria y Trabajo. Otros dos escándalos son los conocidos como Rishon Tours y Centro de Inversiones.
Los casos de Rishon Tours y del organismo oficial del Centro de Inversiones le persiguieron durante los tres años que se prolongó su mandato. La policía le interrogó en sesiones de varias horas más de una decena de veces. Fue la primera causa -la segunda fue la guerra de Líbano, en el verano de 2006? que propició el anticipo electoral.
Época de corrupción
El enjuiciamiento de Olmert, el primero de un primer ministro en Israel, es el reflejo de una época en que la corrupción se extendió como una mancha de aceite. A finales de los años noventa y comienzos de esta década, los líderes políticos hacían y deshacían a su antojo, algo que hoy se combate con mano dura desde la Fiscalía general. Se dieron anécdotas curiosas en aquellos tiempos. Limor Livnat, una de las más prominentes figuras del Likud, el partido hoy en el Gobierno, clamó ante miles de afiliados en un acto a comienzos de la década que los delegados del Likud no acudían a la convención en busca de prebendas y puestos de designación política. Los miembros del partido, a gritos, arremetieron contra Livnat, viniendo a decir que es precisamente lo que buscaban.
Son muchos los dirigentes políticos afectados por escándalos de corrupción. Abraham Hirchson, su ex ministro de Hacienda, ya ha sido encarcelado por estafar a una ONG que organizaba viajes al campo de exterminio de Auschwitz. El ex ministro Shlomo Benizri, del partido ultraortodoxo Shas, también está entre rejas por recibir sobornos. Ahora, el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, afronta también las investigaciones de la Fiscalía por lavado de dinero. El fiscal general, Menahem Mazuz, próximo a cumplir su periodo en el cargo, pretende dejarlo todo listo para que el canciller sea imputado.
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