Rusia envía dos submarinos nucleares a buscar un barco extraviado en aguas de Portugal
Las autoridades británicas sospechan que los piratas pueden estar detrás de la desaparición del carguero con un millón de euros en madera finlandesa
A más de una semana de la misteriosa desaparición del carguero Arctic Sea, con tripulación rusa, el Kremlin se ha unido a las búsquedas del barco fanstasma. La última vez que hubo contacto radiofónico con la tripulación fue el 31 de julio y antes de desaparecer sin dejar rastro fue visto frente a las costas de Portugal.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó a su ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, que tomara "todas las medidas necesarias con el fin de localizar, hacer seguimiento y, si es necesario, liberar al barco". La Armada rusa ha enviado a al menos cinco embarcaciones que se encontraban en el Atlántico, entre ellas dos submarinos atómicos en búsqueda del Arctic Sea, que oficialmente transportaba madera desde Finlandia con destino a Argelia.
La principal misión está a cargo del Ladny, de la Flota Rusa del Mar Negro, buque que este miércoles pasó el estrecho de Gibraltar. Además de navíos, los rusos están utilizando sus satélites para tratar de localizar al barco extraviado.
El barco -que es de propiedad letona, navega bajo bandera de Malta y es operado por la firma finlandesa Solchart Management-, tuvo un incidente el pasado 24 de julio, cuando frente a las costas de Suecia fueron abordados por unos hombres que la tripulación tomó en un principio por policías antidrogas. Los marineros rusos se equivocaban: pasaron 12 horas atados y varios resultaron heridos.
Los presuntos secuestradores revisaron concienzudamente el barco, pero al final lo abandonaron con las manos vacías. Esto ha hecho suponer a las autoridades que quizá estaban buscando drogas y que simplemente se habían equivocado de navío. Sin embargo, la desaparición posterior del Arctic Sea plantea la posibilidad de que los piratas hubieran encontrado al fin de cuentas lo que buscaban y que, por alguna razón, hubieran decidido apoderarse del barco y su botín más tarde.
El Arctic Sea informó del caso a la policía sueca, y fue precisamente un representante de ésta el que realizó el último contacto radiofónico con el barco. Un policía habló presumiblemente con el capitán del navío, Serguéi Zaretski, el viernes antepasado y dijo que en esos momentos estaban frente a las costas de Francia.
La madera que lleva el Arctic Sea pertenece a varias compañías, entre ellas a la finlandesa Stora Enso, cuyo portavoz ha dicho no tener la menor idea donde está el barco y su cargamento. Los 15 tripulantes son todos rusos del puerto nórdico de Arjánguelsk.
Lauri Peltola, jefe del departamento de relaciones exteriores de Stora Enso, dijo que el valor de la madera que llevaba el barco alcanza los 1,3 millones de euros, de los que sólo 300.000 corresponden a su compañía. "Nuestro cargamento está completamente asegurado, no arriesgamos nada", declaró Peltova.
El director de la página web Boletín Marítimo - Sovfrajt, Mijaíl Botenko, opina que el Arctic Sea puede haber sido hundido por los hombres que lo atacaron. Otra posibilidad, según Boitenko, es que los piratas se hubieran apoderado de la carga que les interesaba y que hubieran abandonado a su suerte a la tripulación rusa y al barco. Otros comentaristas especulan con la posibilidad de que el buque haya sido secuestrado incluso con la colaboración de la tripulación.
Sea como fuere, nadie conoce de momento el paradero del Arctic Sea, que va camino a convertirse en un auténtico barco fanstasma. Por de pronto, ya dicen haberlo visto en un puerto de la costa oeste de África.
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