La policía iraní detiene a decenas de manifestantes contra Ahmanideyad
Los agentes se enfrentan a cientos de seguidores del reformista Musaví.- Este martes se cumple un mes de la muerte de la joven Neda, símbolo de la revuelta
La policía iraní ha detenido a decenas de personas que se manifestaban en las calles de Teherán contra el Gobierno de Mahmoud Ahmadineyad. Según testigos citados por la agencia Reuters, los agentes se han enfrentado a los cientos de manifestantes en apoyo al reformista Mir Husein Musaví que se concentraban en la plaza de Hafte Tir. Tras los enfrentamientos, la policía ha arrestado a decenas que portaban pancartas en las que se podía leer "Ahmadineyad dimisión" o "Muerte al dictador".
Los iraníes habían sido convocados este martes por la tarde a una manifestación en conmemoración de la muerte de Neda Aghasoltan, quien murió hace un mes cuando fue alcanzada por una bala en el corazón durante una manifestación en Teherán. Neda se convirtió en símbolo de las protestas contra el régimen de Ahmanideyad. Ante esta convocatoria, las fuerzas de seguridad se habían desplegado en todas las plazas céntricas de la capital iraní, como Vali Asar o Baharestan, para evitar nuevas manifestaciones.
En la plaza de Hafte Tir, la policía y las fuerzas basiyis han obligado a los iraníes a no permanecer en la zona. Desde allí, un grupo de unas 100 personas, la mayoría mujeres, intentaron bajar la calle hacía el sur pero fueron dispersadas por los basiyis, que montados en motocicletas se metieron en las aceras y obligaron a los manifestantes a dispersarse.
Apagón como señal de protesta
Paralelamente a las manifestaciones el movimiento opositor ha pedido a la población que apagaran las luces durante cinco minutos de 20.55 a 21.00 (18.25 hora de España) y que posteriormente pusieran en funcionamiento todos los aparatos de alto consumo eléctrico con el fin de causar un apagón del alumbrado, que al parecer no se ha producido.
Se trata de la última forma de protesta de una serie de esfuerzos para continuar con la oposición cívica sin romper la ley ni correr el riesgo de ser arrestado. En las primeras semanas tras las disputadas elecciones presidenciales del 12 de junio, muchos en Teherán salieron a los tejados al atardecer para gritar Allahu Akbar (Dios es el más grande) en un signo de solidaridad con el movimiento opositor.
Los seguidores del líder opositor Musaví no han dejado de convocar a todos los iraníes para que se manifiesten en la calle desde que se celebraron las elecciones. Los reformistas, conocidos como el movimiento verde, denuncian como fraudulentos los comicios que daban como ganador al actual presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.
La oposición reformista iraní sigue poniendo en duda las elecciones presidenciales, que ocasionaron las mayores revueltas contra el régimen desde la Revolución Islámica de 1979. Musaví, segundo en los comicios, ha clamado por la liberación de los detenidos en la revuelta. Mientras tanto, el ex presidente Mohamed Jatamí, aliado de Musaví, ha instado a las autoridades del país a que convoquen un referéndum sobre la legitimidad del Gobierno tras las elecciones. También el ex presidente Alí Akbar Hachemí Rafsanyaní ha declarado que Irán está en crisis y que la población ha perdido la confianza en las autoridades a raíz de las elecciones.
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