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Rafael Correa, reelegido presidente de Ecuador en la primera vuelta

El actual mandatario logra un 55,2% de respaldo, 27 puntos por encima de su inmediato perseguidor, Lucio Gutiérrez

Rafael Correa ha obtenido este domingo un gran triunfo en las elecciones de Ecuador, al lograr un 55,2% de los votos, 27 puntos más que su inmediato seguidor Lucio Gutiérrez, y proclamarse presidente de la República en la primera vuelta, algo que no sucedía desde hace treinta años, según datos de los sondeos a pie de urna hechos públicos a las cinco de la tarde (doce de la noche hora española). Correa obtuvo en 2007 un porcentaje parecido de voto, pero en una segunda ronda.

Las primeras encuestas, realizadas cuando las urnas estaban todavía abiertas, pero tradicionalmente fiables, ya daban a Correa un 56% del voto, 27 puntos por encima de Lucio Gutiérrez.

"En el Colegio Andersen, al norte de Quito, parece que los aviones van a aterrizar en la cancha de baloncesto, de tan cerca que esta el aeropuerto y de tan bajo que vuelan los aparatos. Allí ganan las camisetas del Barca sobre las del Real Madrid, 3 a 1. "Pero a todos nos interesa lo mismo", bromea el "culé" Franklin Ortiz, "saber si va a haber segunda vuelta". Unos quieren que el presidente Rafael Correa, tan confiado en su popularidad, tenga que ir a una segunda ronda que le baje los humos. A otros les parece un gasto inútil, porque, total, dicen, va a ganar Correa.

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"Yo no doy nunca nada por seguro", afirmó un sonriente Correa al depositar su voto en el Colegio Eufrasia de la capital. Y no alteró la sonrisa cuando fue abucheado por algunos seguidores de Lucio Gutiérrez, el ex presidente que busca recuperar el puesto que perdió en abril de 2005 por una revuelta popular. "La experiencia hasta ahora ha sido complicada y dura, pero llena de grandes cosas", aseguró.

Sería inusual que su partido, Alianza País, lograra alzarse con los 63 escaños que dan la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (124 diputados). Tradicionalmente, los primeros mandatarios han tenido que bregar con parlamentos hostiles, lo que ha acentuado la inestabilidad política característica de Ecuador. Por eso, muchos conceden el mismo valor a una victoria en primera vuelta que al control de la Asamblea Nacional.

Los megacomicios de este domingo, para elegir desde el presidente y vicepresidente de la República hasta los diputados, pasando por los prefectos, alcaldes y concejales, en total casi 2.000 puestos institucionales, se desarrollaron con aparente normalidad. Más de diez millones de ecuatorianos acudieron a las urnas -el voto es obligatorio-, desde pequeños pueblos en los Andes hasta las islas Galápagos, pasando por los consulados en Estados Unidos y en España, donde depositaron su papeleta decenas de miles de emigrantes. Votaron por primera vez los jóvenes de 16 a 18 años y los extranjeros con más de cinco años de residencia en Ecuador, algo novedoso a nivel mundial.

La oposición se quejó de irregularidades. La socialista Martha Roldós, hija del ex presidente de igual apellido, pidió a los ciudadanos que fotografíen las actas. El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, considerado como la oposición en la sombra a Correa, se mostró cauto, según informa Daniela Creamer, desde aquella ciudad. "Anomalías, unas mayores, otras menores. No soy hombre de escándalo. Será responsabilidad del Gobierno nacional y de los organismos internacionales que controlan el proceso y la pureza del recuento", afirmó.

Las especiales características de este proceso electoral, con tecnología muy novedosa, han despertado sospechas en muchos grupos de oposición aunque aún no se han presentado denuncias que lleven a los observadores internacionales a poner en duda la legitimidad de los comicios.

Correa depositó el voto en Quito y se trasladó inmediatamente a Guayaquil a esperar el resultado electoral. Ésta es la ciudad más poblada del país, el motor económico nacional y el único feudo en el que Correa tiene una oposición sólida, gracias a la influencia de Nebot. El alcalde, uno de los políticos más respetados, añade Cramer, se presenta por tercera vez a la reelección y, según los sondeos, tiene garantizada la victoria con más del 70% del sufragio.

Alberto Acosta, ex ministro de Energía y Minas del primer Gobierno Correa y posteriormente presidente de la Asamblea Constituyente, mantiene ahora una posición crítica, especialmente en el ámbito económico. Acosta cree que la bajada del precio del petróleo y de las remesas de los emigrantes van a impactar fuertemente en la economía ecuatoriana y dificultar el mantenimiento de su dolarización (Ecuador no funciona con moneda propia, sino con dólares estadounidenses).

La revolución ciudadana de Correa se ha basado hasta ahora, fundamentalmente, en un nivel muy alto de ingresos, que ya ha empezado a deteriorarse como consecuencia de la crisis.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en el momento de emitir su voto.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en el momento de emitir su voto.EFE

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