Pyongyang abandona las conversaciones sobre su programa nuclear
Corea del Norte interrumpe la colaboración con el OIEA y expulsa a los inspectores de la central nuclear de Yongbyon
Corea del Norte ha reaccionado este martes con ira y ha dicho que abandonará las negociaciones internacionales para poner fin a su programa de armas nucleares y reanudará el funcionamiento de sus instalaciones atómicas. Fue la respuesta a la condena emitida por la ONU del lunes por el lanzamiento de un cohete el pasado 5 de abril, el cual, según Pyongyang, estaba destinado a poner en órbita un satélite de comunicaciones, pero que para Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, fue la prueba disfrazada de un misil balístico de largo alcance.
"No hay más necesidad de las conversaciones a seis bandas", ha dicho el Ministerio de Exteriores norcoreano, en referencia a las negociaciones multilaterales, en las que además de Corea del Norte y Estados Unidos, participan Corea del Sur, China, Rusia y Japón. "No tomaremos parte nunca más en tales conversaciones y no nos sentiremos ligados a ningún acuerdo alcanzado en las mismas".
El comunicado, de una dureza mayor de la habitual, añade que Pyongyang reforzará su "capacidad de disuasión nuclear para hacer frente a las amenazas militares adicionales de las fuerzas hostiles" y dará "los pasos adecuados para restablecer las instalaciones atómicas desmanteladas y reprocesar las barras de combustible usadas procedentes de los reactores nucleares experimentales".
Horas después, desde Viena, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha difundido un comunicado del Gobierno norcoreano en el que anuncia la decisión de interrumpir la colaboración con la agencia de la ONU y de expulsar a los inspectores de sus instalaciones nucleares de Yongbyon.
El régimen de Kim Jong-il había amenazado el mes pasado con poner fin a las conversaciones si la comunidad internacional criticaba el lanzamiento del cohete. Pyongyang afirma que ha colocado un satélite en órbita y tiene derecho al uso pacífico del espacio, pero Estados Unidos asegura que el lanzamiento fue la prueba de un misil Taepodong-2, capaz de alcanzar Alaska, y que ningún satélite fue puesto en órbita. Washington dice que, tras sobrevolar Japón, el cohete y su supuesta carga cayeron al Pacífico.
La condena unánime efectuada por el Consejo de Seguridad afirma que el lanzamiento viola la resolución adoptada en 2006, que prohíbe a Corea del Norte el ensayo de misiles, y pide el reforzamiento de las sanciones impuestas entonces. La declaración del Consejo es una respuesta más débil que la resolución que buscaban Estados Unidos y Japón, pero que rechazaban China y Rusia. La embajadora estadounidense en la ONU, Susan Rice, aseguró, sin embargo, que la declaración es vinculante desde el punto de vista legal. Rusia comparte esta posición, pero otros diplomáticos disienten.
Pyongyang ha dicho también que estudiará la posibilidad de construir un reactor de agua ligera para generar electricidad, y ha arremetido contra el doble rasero de Occidente. "Según la lógica estadounidense, Japón puede lanzar un satélite porque es su aliado, pero nosotros no podemos hacer lo mismo porque tenemos un sistema diferente y no somos siervos de Estados Unidos".
China volvió a hacer un llamamiento a la calma y el diálogo. "Esperamos que las partes pertinentes muestren calma y contención, y trabajen unidas para salvaguardar el proceso de conversaciones a seis bandas", han señalado portavoces gubernamentales. Rusia se lamentó de la decisión norcoreana, y Japón "urgió con fuerza" a Pyongyang para que regrese a las negociaciones, las que, en cualquier caso, se encuentran paralizadas desde diciembre pasado, por diferencias sobre la forma de verificar que Corea del Norte está desarmando sus instalaciones atómicas, como debe hacer según lo acordado en 2007 a cambio de un millón de toneladas de combustible y otras ayudas.
Corea del Norte ha completado ocho de los 11 pasos necesarios para desmantelar su complejo nuclear, y actualmente se encontraba en el noveno, que contempla la extracción de las barras de combustible usadas del reactor y su colocación en un estanque de enfriamiento, según funcionarios surcoreanos implicado en las conversaciones. "Es difícil decir cuánto tiempo les llevaría devolverlo todo a su sitio y comenzar a reprocesar las barras de combustible para conseguir plutonio", señalan estas fuentes. Una amenaza que Pyongyang puede estar empleando para llamar la atención de la nueva Administración estadounidense y conseguir el máximo de concesiones de la comunidad internacional.
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