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"Adiós, muchachos..."

Primeras dimisiones en el Gobierno argentino tras el revés de la soja

Alejandro Rebossio

Algo del Gobierno argentino ha comenzado a mutar, una vez finalizado el conflicto rural que mantuvo en vilo la política y la economía del país durante más de cuatro meses. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha aceptado la renuncia del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, la máxima autoridad del Gobierno en materia agraria, que se encuentra en la órbita del Ministerio de Economía y Producción.

Urquiza no ha sido el culpable de la crisis con las cuatro principales entidades rurales, según reconoció ayer el vicepresidente de la aristocrática Sociedad Rural, Hugo Biolcati, pero sí permaneció ausente en casi toda la discusión sobre la subida de impuestos a la exportación de soja, que el Ejecutivo aplicó en marzo y derogó efectivamente ayer, después de que el Senado la rechazara el pasado jueves.

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Otros cambios menores, que no involucran de momento a ministros, también se están registrando en el Gobierno después de que su vicepresidente y presidente del Senado, el radical kirchnerista Julio Cobos, votara en contra del aumento tributario que la peronista Cristina Fernández y su marido y antecesor, Néstor Kirchner, habían calificado de clave para su programa económico.

Bajo presión, debieron renunciar tres radicales kirchneristas: el subsecretario de Combustibles, el director de Refino y Comercialización y el presidente del Ente Regulador de la Electricidad. Otros dos han dicho que sus dimisiones "están a disposición del Gobierno": uno es el subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Relaciones Exteriores y el otro es el presidente del Instituto de Vitivinicultura.

Divididos

La relación entre Cristina Fernández y Cobos sigue deteriorada. El jueves, el vicepresidente se marchó de Buenos Aires en coche hacia su provincia, Mendoza (oeste de Argentina), y aún no ha regresado. En el recorrido que separa ambas ciudades y en otros trayectos por carretera podían verse pintadas con tinta roja que dicen "Cobos=Judas". Según la prensa argentina, Kirchner, presidente del partido peronista, ha ordenado esa campaña.

Mientras tanto, el líder de la Unión Cívica Radical (UCR), Gerardo Morales, destaca ahora la figura de Cobos después de haberlo echado del partido el año pasado por postularse como número dos de Cristina Fernández en las elecciones de octubre.

Mientras no haya reconciliación entre la presidenta y el vicepresidente elegidos hasta 2011, Argentina tendrá un esquema de gobierno casi surrealista, y si la jefa de Estado viaja al exterior, su número dos devenido rival ejercerá la presidencia, según dispone la Constitución.

El kirchnerismo también tendrá que rearmar su poderío en el Congreso cuando debe enviar un proyecto de ley de reestatalización y posterior reprivatización de Aerolíneas Argentinas, la empresa que controlaba Marsans. Antes de la discusión, en la Cámara de Diputados el kirchnerismo (peronistas, radicales, fuerzas de izquierda y provinciales) contaba con 157 diputados; 129 se mantuvieron fieles en la votación de la soja. Ayer, una diputada disidente anunció que dejará el grupo peronista.

Lo mismo sucede en el Senado, donde el kirchnerismo contaba con 47 escaños, aunque el aumento tributario sólo fue respaldado por 36. El año próximo se celebrarán comicios para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.

Nuevas reclamaciones

La presidenta argentina quiere retomar la iniciativa política después de deshacer los cambios impositivos que impuso el 11 de marzo el entonces ministro de Economía, Martín Lousteau, que en abril se convirtió en el primer funcionario víctima del conflicto rural. Después de ese alejamiento, ella y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, se ocuparon directamente del asunto agrícola.

Desde ayer, el gravamen a la exportación de soja bajó del 45% al 35%; el del girasol, del 41% al 32%; el del maíz, del 26% al 25%, y el del trigo se elevó del 26% al 28%. Se esperaba que comenzara un aluvión de exportaciones por 2.000 millones de dólares provenientes de la cosecha que habían guardado los agricultores como forma de protesta contra el Gobierno.

El nuevo secretario de Agricultura será Carlos Cheppi, que aboga por que la tasa del impuesto a la exportación sea menor para los pequeños y medianos productores que para los grandes. Ésta es la reclamación que ahora enarbola una de las entidades rurales que emprendieron las cuatro huelgas de los últimos meses contra el Gobierno, la Federación Agraria. En cambio, la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales, también conservadora, quieren acabar con la tensión.

El matrimonio Kirchner y Julio Cobos (derecha), cuando este último era gobernador de la provincia de Mendoza
El matrimonio Kirchner y Julio Cobos (derecha), cuando este último era gobernador de la provincia de MendozaAFP

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