Veteranas de oro

El verdadero deporte, como el verdadero arte, emociona. Sublima el presente, que siempre es fugitivo, y lo atrapa. Lo contrario ocurre pocas veces. El equipo español de natación sincronizada ha tardado 20 años en producir una obra con este valor. Duró apenas cuatro minutos y medio. Pero consiguió que el público que se aburría sobre los mármoles del viejo Foro Itálico sintiera que sucedía algo especial. Algo pasajero que querrían conservar en su memoria. Una experiencia personal que fue un acontecimiento histórico. Gracias a esta pequeña hazaña el equipo de sincronizada ganó el primer oro de la historia de España. Los jueces también debieron emocionarse porque valoraron el ejercicio con 98.333 puntos. China fue plata con 97.667 y Canadá bronce con 96.167.

Las diez españolas que nadaron la final de la rutina combinada, la prueba más compleja del programa, la que reúne los elementos técnicos y los artísticos, y la que requiere un despliegue mayor de nadadoras, interpretaron 'Escalera al Cielo', de Led Zeppelin, con verdadero sentimiento. Cada nota de la voz de Robert Plant y de la guitarra eléctrica de Jimmy Page fue ejecutada con elegancia y profundidad. La popularidad de la canción no implica que resulte más fácil de interpretar bajo el agua. Al contrario. La voz de Plant y la guitarra de Page son tan reconocibles y tienen tanto carácter que hace falta estar a la altura para que el resultado no resulte patético. Hace falta nadar como un anfibio y tener el corazón de una bailarina de ballet. Al público reunido en la piscina, las españolas lo sacaron del sopor. La gente, aburrida de la percusión discotequera en boga, empezó a aplaudir y a jalear cada figura, cada acrobacia, cada solo de Gemma Mengual, absoluta protagonista de la velada.

"Hemos terminado de preparar este combo hace dos semanas", dijo Gemma; "hay cosas que hasta ayer no teníamos completamente afinadas. A veces las coreografías salen mejor cuando se planifican así". La teoría de la estrella del equipo español coincide con una forma de entender la natación sincronizada que es exclusiva del equipo que formó Ana Tarrés en 1991. Se caracteriza por su heterogeneidad, por su talento, y por su insólita capacidad para emprender aventuras que hasta ahora se creía que conducían al fracaso.

El equipo de Rusia, que había ganado todas las finales, tres oros, en estos Mundiales, no fue capaz de trabajar la rutina combinada a su manera. "Las rusas no quisieron presentarse porque no tuvieron tiempo de trabajar esta prueba a su manera", dijo Tensi Graupera, juez internacional española; "tienen una forma de entrenar muy meticulosa y repetitiva y hasta que no lo repiten todo hasta la extenuación no se sienten seguras". La improvisación rompía los esquemas milimétricos de las técnicas rusas y de sus jóvenes nadadoras. Alteraba las formas ancestrales de planificación, heredadas de la escuela soviética, y que incluyen un reclutamiento riguroso de gimnastas inmaduras y un adiestramiento implacable y monótono.

Las españolas, con una edad media muy superior a la de cualquier conjunto, carecen del bagaje técnico de las rusas pero poseen una mayor aptitud para adaptarse a situaciones nuevas en poco tiempo. Irina Rodríguez y Gemma Mengual nacieron en 1977, mientras que Gisela Morón es de 1976. Entre las 140 nadadoras inscritas en este campeonato, ellas son las únicas que nacieron antes de 1980. Lo que las pautas tradicionales señalaban como un lastre, España lo ha convertido en patrimonio.

"Después del año olímpico, que para nosotros fue histórico, necesitábamos nuevas motivaciones", explicó la seleccionadora Ana Tarrés. "Esto pasaba por cambiar las coreografías. Hemos conseguido crear una coreografía en poco tiempo, no diría gracias a la improvisación, sino a la madurez personal y deportiva del equipo. Esto nos ha permitido decidir, en un momento cercano a la competición que ésta [Led Zeppelin] sería la coreografía con la cual apostábamos para el oro. Esa capacidad de creación que tienen ellas... En el Mundial de 1998 ya había gente que estaba aquí en el equipo. El corazón del equipo está funcionando regularmente desde aquella época. Esto es lo que da este carácter especial y distinto a las coreografías y al equipo en sí". Las chinas eligieron 'El Lago de los Cisnes', una obra de ballet, para su puesta en escena. Las canadienses optaron por la música callejera, el baile de club, y el rap.