El Madrid pasa la pelota al Barça

Anoche, en el Santiago Bernabéu, dos aficiones experimentaron todos los estados de ánimo que se pueden experimentar en una Liga entera. El gol del uruguayo Albín en el minuto 84 propició un éxodo masivo en las gradas de Chamartín. Un puntillazo seco, a la cepa del palo, con el que ponía fin a dieciséis partidos de resistencia del Real Madrid. La afición blanca ya había visto todo lo que tenía que ver. Eso pensaron, pero pronto se darían cuenta de que en realidad no habían visto nada. Cuando apenas habían alcanzado los vomitorios del estadio, los desertores escucharon el pitido del árbitro señalando una falta al borde del área. Guti, aliado esa noche con Juande, la metió en la escuadra.

Luego vino lo del penalti, la ida de pinza de Pepe y la afición azulgrana volvió a celebrar el título de Liga. Los del Madrid no sabían si irse o si quedarse. Se quedaron petrificados. Casillas paró el despropósito de Casquero y los huesos de los madridistas se desentumecieron un poco. Luego llegó Higuaín y a la afición le faltó poco para salir a Cibeles.

El caso es que con toda la emoción que se vivió anoche, la pelea por la Liga sigue igual que hasta ahora. Los blancos presionando desde abajo y el Barça de Guardiola obligado a cumplir los deberes frente al Sevilla para mantener la ventaja de seis puntos. ¿Ha cambiado algo? Tal vez una inyección de esperanza en la afición madridista y la aparición de los viejos fantasmas de las remontadas capellistas en el seno azulgrana. Además de que la plantilla de Guardiola se enfrenta nada más y nada menos que al tercer clasificado de la competición, el Sevilla, con Kanouté batiendo los récords de Suker. El maliense intentará esta noche marcar su gol número 60 en Liga en el Camp Nou, el mismo estadio en el que marcó su primer gol con la camiseta del Sevilla.

Jiménez dispondrá toda su artillería sobre el césped barcelonés. Con el Valencia y el Atlético periguiéndole, el Sevilla plantará cara al Barcelona, que recupera a Messi tras sus problemas estomacales y que presumiblemente jugará de inicio con sus tres puntas: el argentino, Eto'o y Herny; una segunda línea con Iniesta, Xavi y Busquets y el bloque defensivo con Puyol y Alves en las bandas y con Piqué y Márquez de centrales.