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TENIS | MASTERS SERIES DE PARÍS

Tsonga gana en París y hunde a Nalbandián

El francés gana al argentino por por 6-3, 4-6 y 6-4

El francés Jo-Wilfried Tsonga se ha proclamado campeón del torneo de París-Bercy, el último Grand Slam de la temporada, tras derrotar al defensor del título, el argentino David Nalbandián, que sucumbió en dos horas por 6-3, 4-6 y 6-4. De rebote, el jugador galo, el primer en ganar en el torneo parisiense de pista cubierta desde que lo hiciera Guy Forget en 1991, se hizo con una plaza para la Copa Master de Shanghai a la que también optaba, sin entusiasmo, el tenista argentino. Es el título más importante en la carrera de Tsonga, que este año también se impuso en el torneo de Bangkok.

Fiel a su estilo, Bercy deparó sorpresas. Los mejores de la clasificación fueron cayendo en un rosario de derrotas o lesiones de final de temporada y pasaron el relevo a jugadores que no ocupan los primeros puestos del ránking. En ese panorama otoñal Nalbandian se mueve como pez en el agua, como demostró el año pasado, cuando ganó los dos últimos Másters Series, Madrid y París. Pero este año le salió un rival a su medida que le privó de convertirse en el primer tenista en ganar dos ediciones consecutivas de Bercy. Como el cordobés, Tsonga ha jugado poco esta temporada, víctima de lesiones tras haber alcanzado a principios de año la final del Abierto de Australia, dejando en el camino, entre otros, al español Rafael Nadal.

Por eso llegó con la frescura necesaria para superar a rivales superiores. El primer golpe de efecto lo dio contra Novak Djokovic, su verdugo en Melbourne. Luego acabó con el equipo estadounidense de Copa Davis, primero con Andy Roddick y después con James Blake. Con un juego basado en su servicio, casi siempre por encima de los 205 kilómetros por hora, y el apoyo de un público que soñaba con el triunfo de un local, el jugador de origen congolés de 23 años alcanzó su primera final de un Másters Series. Y no estaba dispuesto a pasar de largo. Más fácil apareció el camino de Nalbandian, que cedió un sólo set, en semifinales contra el ruso Nikolay Davydenko antes de comparecer en la final en un Bercy, que empezaba a ser su casa. Pero Tsonga había dictado orden de desalojo para convertir el omnisport en su nueva casa.

Con ese fin saltó a la pista que, nada más poner el pie, le aclamó como su nuevo héroe. En ocho minutos había ganado tres juegos y roto el servicio de Nalbandián. Sus primeros saques eran un martillo destructivo que apenas dejaba espacio al juego del cordobés. Con ellos conquistó el 94% de los puntos del primer servicio. El argentino apenas tuvo una ocasión de robar el saque, pero el público acudió a su rescate con gritos de "Tsonga, Tsonga" cuando el francés estaba contra las cuerdas. Nalbandián parecía no encontrar antídoto para el juego del francés. La única medicina era aguardar a que bajara el porcentaje de primeros servicios.

Eso sucedió en el segundo parcial, donde el argentino tuvo sus ocasiones. En el octavo juego disfrutó de un 0-40 a favor, pero Tsonga recuperó su eficacia en el servicio y, con el aliento del público, sacó el juego adelante. A la siguiente ocasión el cordobés fue más expeditivo. Dispuso de un 0-40 para adjudicarse el set y lo remató a la primera. El francés recuperó la fortaleza de su servicio y de nuevo rompió el saque del argentino en el tercer juego. Toda una espada de Damócles sobre el defensor del título y una inyección de moral para un público que reavivó sus gritos a favor del galo. Cada vez que el argentino tuvo ocasión de recuperar el servicio (30-40 en el sexto juego) el saque de Tsonga se convertía en una tabla de salvación.

En el décimo el francés sacaba para ganar. Nalbandian debía romperle el saque. Dispuso de un 0-40. Dos buenos segundos servicios del francés y un punto directo de saque le sacaron del pozo. El cordobés dejó en la red el punto definitivo. El reloj marcaba dos horas en punto de juego.

Tsonga celebra el triunfo
Tsonga celebra el triunfoFP

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