El Deportivo reaviva la esperanza
El cuadro de Lotina sentencia en 20 minutos al Espanyol, que lleva tres derrotas seguidas
El Deportivo se encontró por primera vez en la temporada con dos extremos. Ocupó esta parcela del campo que tenía desatendida y venció con facilidad a un Espanyol fundido anímicamente desde que se estropeó Tamudo. Ayer cosechó su tercera derrota consecutiva. "En toda esta racha tan negativa, no había visto al equipo tan tocado", lamentó al término del partido Ernesto Valverde, cuyo equipo sólo ha sumado tres puntos de los últimos 21 que se han puesto en juego.
La irrupción de los extremos sucedió contra pronóstico. El concurso de Lafita se daba ya por perdido. De Wilhelmsson sólo se había podido intuir su calidad por los contados minutos que Miguel Ángel Lotina había concedido a su único fichaje de invierno. El traspié en Huelva dejó al Depor en una situación de extremaunción. Lotina reaccionó con cinco caras nuevas para no despegarse del grupo que se jugará la permanencia en la ruleta de las últimas jornadas. Aouate, el gran damnificado de la pelea con Munúa, regresó a la portería; Lafita, Sergio y Xisco recuperaron la titularidad y Willy, como llaman en el vestuario al centrocampista sueco, se estrenó de inicio. El Depor se hizo lógico. Con futbolistas de corte distinto, sacó la pelota con facilidad y le dio el uso adecuado a cada metro del campo.
En Riazor no se esperaba un Espanyol tan desmadejado. Sin la pillería de Tamudo y sin las coordenadas que marca Iván de la Peña, sancionado, el equipo de Valverde no encontró la manera de descerrajar una defensa blindada con cinco centrales. Hasta futbolistas de claridad de pensamiento como Riera o Luis García se apocaron en la maraña tejida por Lotina. Sólo Ewerthon puso a prueba a Aouate cuando amanecía el partido. Su lanzamiento tras un contragolpe se estrelló en los guantes del portero, que no jugaba desde el pasado 2 de diciembre.
El Depor era consciente de que había en juego algo más que tres puntos. Salió de inicio a por el partido. Primero lo intentó Lafita, luego Sergio y después Xisco. Del asedio surgió un córner. Lo botó Sergio al segundo palo, donde se levantó imponente Coloccini para batir con la cabeza a Kameni. El argentino enmendaba los errores de Huelva.
El conjunto gallego no tiró de freno. Lafita y Willy trazaban diagonales, se intercambiaban la banda y sembraban desconcierto en las marcas. Así llegó el segundo. Tocó medio equipo, Lafita se alió con Willy, que devolvió una pared desde el suelo, con un gesto se deshizo de Chica y Jarque y levantó la pelota en la salida de Kameni. Acabó empujando en línea de gol con el pecho. Sentenció al Espanyol, que no consiguió cambiar de piñón ni con Coro y Jonathan en el campo.
El Deportivo dejó correr los minutos sin descuidar la pelota. Si Willy hacía un caño a Chica, Lafita respondía con la misma treta a David García. Hasta Valerón se sumó a la fiesta en los minutos finales. Regaló un pase impensable a Bodipo pero éste lo desperdició en dos ocasiones contra Kameni. El Depor se despertó y parece que reacciona en una situación extrema.
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