La bomba que mató al cabo contenía entre 15 y 20 kilos de explosivo
Los insurgentes modificaron una mina anticarro para aumentar su potencia
La bomba que mató el miércoles al cabo Cristo Ancor Cabello en Afganistán contenía entre 15 y 20 kilos de explosivo, según fuentes conocedoras de la investigación. Aunque primero se dijo que se trataba de un "artefacto improvisado" y luego de una mina anticarro, es posible que se tratara de ambas cosas: una mina reforzada con una carga suplementaria, pues no es habitual que lleven tanto explosivo.
Además, el artefacto debía tener un mecanismo para orientar la onda expansiva. Aunque se activó cuando lo pisó una de las ruedas delanteras del blindado, no fue ésta la parte más afectada, sino bajo la zona central del vehículo. Es allí donde viajaba el cabo que no ocupaba el puesto del conductor, como se dijo al principio, sino el de tirador. Todos los indicios apuntan a que éste debió golpearse o resultar aplastado por el desplazamiento de algún equipo interior del vehículo.
El cadáver del militar y un herido fueron trasladados a Canarias
Rubalcaba admite que la operación en Afganistán "no está yendo bien"
La madre del militar fallecido, Concepción Santana, aseguró ayer que los soldados españoles "están vendidos" en Afganistán, ya que su armamento es "muy antiguo". En una entrevista a Canarias Radio La Autonómica recogida por Europa Press señaló: "Él no fue consciente de lo que le podía pasar en Afganistán (...) Mi hijo fue consciente del peligro cuando llegó allí, porque ellos iban de ayuda humanitaria y para reconstrucción (...) y luego se encuentran con el peligro. Habían tenido otros encuentros con terroristas, que no salen a la luz pública".
A pesar de que los Blindados Medios de Rueda (BMR) no están diseñados para soportar estas explosiones -al contrario que los Lince y los RG-31 adquiridos por Defensa- el habitáculo de la tripulación parece haber resistido al ataque, como prueba el hecho de que los otros cinco ocupantes sólo sufrieran heridas leves. Se trata de Rafael Raúl Santana Alcaide, de 24 años; Daniel Castellano Guerra, de 22; María Nieves Felipe Betancor, de 24; Ibrahim Maanan Ismael, de 21; y Juver Steven Muñoz Pineda, de 21. Este último regresó ayer a España en el mismo avión en el que fue repatriado el cuerpo de su compañero, mientras que los demás solicitaron quedarse en Afganistán hasta la fecha prevista de su relevo, en noviembre. El aparato, en el que también viajaban la ministra Carme Chacón y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez, llegó anoche a la base aérea de Gando (Gran Canaria). El funeral -una vez practicada la autopsia- se celebrará esta mañana en el acuartelamiento de La Isleta y al mismo acudirán el Príncipe de Asturias, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder del PP, Mariano Rajoy. Se da la circunstancia de que el Consejo de Ministros ya tenía previsto reunirse hoy en Las Palmas.
El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba reconoció ayer, en declaraciones a TVE, que la operación en Afganistán "no está yendo bien", por lo que es necesario abrir una discusión para "reordenarla". El ministro aseguró que se trata de "una misión de paz que se ha complicado muchísimo más de lo que imaginábamos todos". Respecto a los vehículos con los que cuentan las tropas españolas, argumentó que éstos "se están cambiando" por otros más seguros, pero que su fabricación "lleva su tiempo".
De su lado, la portavoz del PP en la Comisión de Defensa del Congreso, Beatriz Rodríguez-Salmones, reconoció, en la Cope, que "sí se están haciendo todos los esfuerzos" para la seguridad de las tropas. Por el contrario, su compañero Gustavo de Arístegui aseguró que "con órdenes e instrucciones mal dadas, nuestras tropas no pueden defenderse con eficacia".
Por su parte, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha abierto una investigación sobre la muerte del cabo.
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