"Nada cambiará cuando vuelva a correr"

Felipe Massa señala con el dedo la piel que rodea la herida, todavía hinchada, encima de su ojo izquierdo. Puede que se sienta uno de los hombres vivos más afortunados en su reluciente piso de São Paulo en una lluviosa tarde de septiembre. No obstante, podría también amargarse pensando en la profunda desgracia que tuvo cuando un muelle que salió volando le golpeó en la cabeza a más de 270 kilómetros por hora, hace seis semanas durante una vuelta de entrenamiento en el Gran Premio de Hungría. "Tuve muy mala suerte con lo del muelle que me dio en la cara", comenta. "Pero también tuve mucha suerte, todos los médicos me lo dicen. Si el muelle me hubiera alcanzado un milímetro más a la derecha, podría haber perdido la vista. Un milímetro a la izquierda y, ¿quién sabe? Podría haber sufrido daños cerebrales".

"He sufrido otros accidentes que me preocuparon más que el de Hungría"

"Me operarán pronto, ésa es la única razón por la que no me permiten correr aún"

Sabiendo que su apartamento pronto se llenará de los lloros y los gritos de su primer hijo, Massa esboza una de sus sonrisas más encantadoras. El muelle le llevó a un coma inducido y los cirujanos húngaros advirtieron que su estado era "crítico" y "con riesgo de muerte". Cuesta deshacerse de la sensación de que Massa sigue estando peligrosamente consumido por las carreras. Sin embargo, un accidente tan grave le habrá afectado psicológicamente, ¿no? ¿Ha detectado algún cambio en su interior, por pequeño que sea?

"No, en absoluto. Me acuerdo de cuando me desperté en el hospital al principio. Tenía una máscara de oxígeno para ayudarme a respirar. No hacía más que quitármela y ponérmela en la cabeza. Y entonces se acercaba mi mujer y me la volvía a poner en la cara. Pero, justo después, me la quitaba y me la ponía de sombrero. Y la tercera vez que lo hice, la miré y le dije: '¡Mira que eres pesada!'. Rafaela miró a unos amigos que estaban allí y dijo: '¡Es el mismo!".

Massa revela cuánto les apenó a Rafaela y a él la muerte del piloto británico Henry Surtees en Brands Hatch, seis días antes de su propio accidente. También fue algo tristemente imprevisible: un neumático salió disparado de un coche rival de Fórmula 2 y le golpeó en la cabeza a Surtees, de 18 años. El brasileño se estremece por primera vez. "Me afectó mucho su muerte. Y acto seguido se lo conté a mi mujer. Le dije: 'Escucha, esto es por lo que tienes que preocuparte. Esto es algo que no se puede controlar. No es igual que un accidente normal'. Y luego, una semana después de eso...

[da una palmada y se ríe] ... me pasó a mí".

Massa es todavía más reflexivo a la hora de describir la terrible odisea por la que ha pasado su familia. "Fue mucho más difícil para ellos que para mí. Cuando mi mujer vio el accidente por televisión, lo primero que hizo fue bajar el volumen, quitarlo, porque no quería oír nada. Rafaela sabe que si me quedo en el coche después de un accidente, no es normal. Siempre intento hacer alguna señal. Estaba muy asustada pero, organizando el vuelo, tenía la adrenalina disparada. Cuando llegó al aeropuerto y se enteró de que estaba en el quirófano, se puso a llorar como una loca". Los padres de Massa fueron con ella y, junto con su médico brasileño, Dino Altman, cogieron un avión a Budapest.

A pesar de la recuperación asombrosamente rápida que ha tenido, su familia está abrumada por la angustia que les produce el hecho de que se esté preparando para volver a correr el año que viene. Massa, en cambio, arde de convicción. "Por supuesto, es mi vida. Para mí, lo peor que me sucedió fue no poder seguir corriendo. No poder competir es horrible. Pero mi mujer ya me ha preguntado, al menos 10 veces: '¿Estás seguro de que no sientes ninguna duda ni ninguna preocupación?'. Y yo siempre contesto: 'No, porque esto es lo que me gusta hacer'. Si no compito, no soy la misma persona. Desde que era pequeño, ésta es mi vida. Así que realmente espero y supongo que nada cambiará en mi interior cuando vuelva a meterme en el coche para correr".

¿No ha habido ni un solo día que haya dudado? "No. Para mi familia fue muy difícil porque lo siguieron todo y sufrieron mucho. Pero para mí no supuso tanto. Me quedé inconsciente y me desperté tres días después. En el hospital no vi nada del accidente. Sólo oí lo que decían que me había pasado, y para mí era raro: ¿Puede realmente un muelle de otro coche hacerle esto a un hueso de mi cabeza? He sufrido otros accidentes que me preocuparon mucho más. Cuando perdí los frenos en Mónaco en 2002, o cuando choqué dos veces en Barcelona por problemas con la suspensión. Ése fue un accidente que me hizo pensar. Pero este, en Hungría, fue algo que no había visto nunca. Así que mi mujer no hacía más que preguntas con tacto, como: '¿Crees que quizás...?'. Y yo le respondía: 'Voy a volver a correr". El grado en que Massa ha echado de menos competir queda ilustrado con su reacción ante la primera carrera después del Gran Premio húngaro, cuando ansiaba correr en Valencia. "Fue muy difícil. Lo vi aquí, por la tele, con el ordenador en el regazo para poder fijarme en los tiempos por vuelta. Hay una diferencia de cinco horas, así que me desperté a las cinco de la mañana para ver el calentamiento del viernes".

La semana pasada Massa volvió de someterse a una serie de pruebas neurológicas en Miami, que confirmaron que casi está listo para retomar su carrera. "El único problema es que tienen que operarme para cerrarme un hueso de la cabeza que me quitaron porque estaba dañado. Un tío normal puede vivir así sin problemas. Pero para un piloto, la recuperación es más difícil. Me operarán pronto, y ésa es la única razón por la que no me permiten correr aún. De lo contrario me sentiría igual que antes. Voy a ir a Europa a utilizar el simulador y conducir karts y luego sabré realmente si estoy al 100%".

¿Cree que Barrichello puede superar a Button en el Mundial? "Rubens tiene cinco carreras para acortar 16 puntos [desde ayer son 14]. En mi opinión, Jenson ha bajado su rendimiento por la presión. Al principio de la temporada todo era bonito, estaba en un equipo nuevo y ganó seis de las primeras siete carreras.Pero ahora hay pruebas en las que la cosa se pone más difícil. La presión ha tenido un gran impacto en su mente, y tiene que lidiar mejor con eso. Si no soporta la presión, no ganará el campeonato".

Para Massa, éste ha sido un año como ningún otro. Aparte de su accidente, a los 28 años se prepara para ser padre. "Tengo muchas ganas. Mi mujer sale de cuentas a mediados de noviembre y ya sabemos que va a ser niño. Le vamos a llamar Felipe. Creo que nunca olvidaré el 2009 por el accidente y, lo más importante, por ser padre. Hay cosas positivas que surgen hasta de los momentos más difíciles. Todo en la vida pasa por algo. Si te sucede algo malo, es porque tienes que aprender, tienes que crecer. Este accidente ocurrió por algún motivo. Ahora mismo no sé muy bien cuál es pero...".