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Entrevista:RAFAEL NADAL | 'Número tres' del tenis mundial | Abierto de Estados Unidos

"He estado encerrado en mí mismo"

Rafael Nadal (Manacor, Mallorca; 1986) se enfrenta al Abierto de Estados Unidos, que arranca hoy en Nueva York, en un escenario desconocido: es su primer grande desde que se tomó dos meses y medio de descanso obligado por una tendinitis de inserción y un edema óseo en ambas rodillas y es la primera vez desde 2005 que acude a un torneo del Grand Slam sin ser uno de los dos mejores tenistas del planeta. El número tres habla frente a la barra del bar del jardín de los jugadores con el gesto serio y la mente aún puesta en el debut liguero de su equipo, el Real Madrid.

Pregunta. ¿Dónde le dice la lógica que está su límite en este torneo y dónde se lo pone el corazón?

Respuesta. Ni lógica ni corazón. En el deporte hay poca lógica. No existe. El deporte es una ilusión, un esfuerzo extra siempre. Uno no sabe nunca dónde está el límite, nunca se sabe cuándo va a volver a ganar ni cuándo parará de hacerlo. Esto es dar siempre el máximo y estar preparado. Sobre todo, para que, cuando venga, la inspiración te pille con buena actitud y trabajando.

"Estuve un mes fuera de órbita. Tenía que hacer muchas horas de tratamiento"
"Cuando uno juega tantas veces con dolor, no sabe dónde está el límite"

P. ¿Ha tenido miedo de no volver a ganar nunca a los mejores?

R. Yo no tengo ningún miedo. He estado dos meses sin competir y he sido cuartofinalista [en Montreal] y semifinalista [en Cincinnati]... Miedo, no. Respeto, por supuesto. Soy consciente de que aquí unos cuartos o unas semis son muy buen resultado, pero yo vengo a ganar. Todo lo demás, a estas alturas de mi carrera... Cuando me retire, nadie se acordará de si he hecho cuartos o semifinales. El deporte es ganar. Y yo vengo aquí a ganar.

P. Tras su lesión, viajó con Francis Roig y no con Toni Nadal, su técnico de siempre. ¿Por qué?

R. Nosotros no somos tan complicados como mucha gente. Es todo mucho más simple: estás bien, juegas bien, tienes opciones de ganar. Estás mal, juegas mal, tienes muchas menos opciones de ganar. Puede estar aquí Francis, Toni, McEnroe o un amigo. ¿Qué juego el dobles [en Montreal] con Francis? Lo hago porque quiero que me sirva para meterme en el torneo y poder retirarme si voy ganando. No quería jugar más de dos partidos de dobles. En el tenis todo está inventado. No creo que llegue Toni y cambie ni un 1% de la película.

P. Cuentan que se sigue usted tratando de su lesión. ¿Siente que tiene cinco sets en las piernas?

R. Eso no lo sabré hasta que lo haga. Ojalá. Físicamente, estaré un pelín menos preparado de lo que estás cuando juegas semanas seguidas, que es lo que te hace estar bien para aguantar lo que haga falta. He ganado 300 partidos, muchos títulos, empezando mal el torneo. Siempre, antes de empezar, tienes dudas de cómo va a ir. Durante la competición no me gusta mucho hacer según qué tratamientos porque el estar parado mucho tiempo en la misma posición no es bueno para mí. Después me cuesta mucho más activarme porque la rodilla se queda parada. Hago tratamiento de potenciación y, cuando no compito, sí que hago la termoterapia y todo.

P. Resuma su parón.

R. He estado un mes prácticamente fuera de órbita. Un poco apartado del mundo. Bueno, no tanto, dos semanas. Estuve apartado del mundo, me cerré bastante en mí. No me refiero a mi familia. Me refiero a mí mismo. Tenía que hacer muchas horas de tratamiento. Luego, hice vida al ciento por ciento normal, disfrutando del verano en Mallorca. Consejos recibí pocos. Apoyo, mucho. Lo agradezco porque no eran momentos fáciles. Ayuda.

P. ¿Qué hizo? Necesitaría usted desconectar.

R. Con la familia di la vuelta a Mallorca durante tres días. Nunca tengo tiempo de hacer cosas distintas y no había visto Mallorca entera desde el mar. Cogí nuestra lancha y es la cosa más bonita que he visto en mi vida. Con la sierra de Tramontana. Algo impresionante... Disfruté. No soy una persona de quedarme en el sofá, tirado, aunque no esté en mi mejor momento anímico. Si no hubiera sido por la lesión, no me habría quedado en el sofá todas las horas que me quedé haciendo tratamiento, reposo. Si hubiera estado bien, si hubiera tenido que parar por un motivo que no fuera físico... A mí me gusta hacer cosas, distraerme. Todo menos estar en casa tirado.

P. Así que no se encerró a dormir

R. Dormir, nada. Tenía muchas cosas que hacer: pensar en las cosas que había hecho mal, porque tenía que sacar mis conclusiones, siendo consciente también de que el margen variable es muy pequeño. Haber jugado ahí, no... Nadie te asegura que, si lo hubieras hecho de otra manera, habrías estado bien. Y el cambio que hubiera podido hacer es de uno o dos torneos. No más.

P. ¿No debería haber parado antes de perder en Roland Garros?

R. Soy el máximo responsable de mí mismo. La culpa es mía. A veces es complicado, ¿sabe? Cuando uno juega tantas veces con dolor, no sabe dónde está el límite, cuándo no va a poder dar ese extra. Es complicado de evaluar, sobre todo cuando se está en competición.

P. ¿Cuántas veces ha jugado libre de dolores en su carrera?

R. Es que no es muy positivo hablar de cuántas veces has jugado con dolor o sin dolor porque, al cabo, soy deportista de élite. Juego con dolor como mucha otra gente. No sé cuántas veces he jugado sin dolor. Más veces con dolor que sin dolor, pero como muchos compañeros.

P. Tras reaparecer, ¿ha jugado pendiente de su rodilla igual que los futbolistas que tienen miedo a meter la pierna?

R. Piensas en la lesión cuando te duele. Si no, en dos semanas de entrenamiento duro está solucionado el tema de no pisar. Cuando juegas a alto nivel, te puede doler la rodilla. Es lógico que el cuerpo siempre esté más cargado que el de una persona normal. Las lesiones son parte del deporte y hay que aceptarlas. Tampoco puedo vivir pensando en si me voy a lesionar o no me voy a lesionar. Yo siempre juego al máximo que puedo dar. Si puedo dar el 60, doy el 60, y si puedo dar el 100, doy el 100. No salgo a la pista, ni mucho menos, pensando en si me voy a lesionar. Para nada.

P. ¿Qué es lo que le motivaba mientras estaba parado?

R. Tengo muy claro lo que me gusta, lo que quiero. Y lo que quiero es estar aquí. Uno, está claro, puede tener un bajón, como llegar lo peor que se puede llegar a los dos torneos prácticamente más importantes del año. También algún que otro problema que he tenido personal. Son momentos que hay que aceptar y reflexionar para salir hacia adelante. Es lo que se ha hecho. Estoy aquí más feliz que nunca, intentando entrenarme cada día con la mejor actitud... Con la mejor actitud que puedo.

P. ¿Descubrió que también puede usted fallar mentalmente?

R. Desde dentro, sé quién soy, lo que me cuestan las cosas. Desde fuera, a veces parece que soy una máquina, que cada semana voy a estar ahí. Uno puede tener altibajos. Yo los tengo, por supuesto. Ya sabía que podían pasar cosas, aunque en la vida siempre, prácticamente, me ha llovido todo perfecto. Tanto la lesión como el tema personal han sido contratiempos, cambios en la vida para los que uno necesita tiempo, para aceptarlos y salir adelante. Es normal que con esos problemas me encontrara mal. Y, cuando uno se encuentra mal, competir a este nivel, con todo tan igualado, cuando se gana por pequeñas diferencias, puede afectar.

P. Así que siente que se le ve como una máquina.

R. Hay partidos en los que vas mal y a veces parece, me parece a mí mismo, que tienes que sacar algo más. Y hay veces que no hay ese algo más. Por suerte, ha pasado pocas veces: he perdido muchos partidos, pero siempre dando ese más. Pocas veces no lo he dado.

P. Puede que su debut en Nueva York sea especial: arrancará probablemente el martes, en su primer grande tras una lesión, contra un rival al que se enfrenta desde que era un niño, el francés Richard Gasquet, que encima vuelve a competir tras ser sancionado por consumir cocaína. Luego, la Federación Internacional de Tenis juzgó que lo había hecho sin saberlo...

R. Le defendí. A veces se monta revuelo cuando digo algo, pero si lo digo es porque creo en el compañero. Le conozco de toda la vida. Creo que no era sospechoso en ese ámbito. Hablé con él y me dijo que no había tomado nada. El chico estaba realmente mal. Imagínese... ¡Que me pasara algo así! Un chico totalmente normal que, de repente, la vida y la carrera la ve casi casi finiquitada por algo de lo que no tiene la culpa. Me alegro de que hayan reducido la sanción a tres meses. ¿Mis sentimientos? Llevo ya muchos torneos del Grand Slam jugados. Los sentimientos se tienen en el primer torneo que juegas tras la lesión, juegues donde juegues. El partido contra él es un sorteo complicado: tiene un potencial de los más altos. Si tiene un buen día, partido muy complicado. Aunque sé que, si juego bien, tengo posibilidades de ganar a Gasquet y a muchos más.

Rafael Nadal.
Rafael Nadal.REUTERS

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