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Y las protestas llegaron al campus

Estudiantes y docentes de las universidades públicas catalanas preparan movilizaciones contra los recortes - La Generalitat ahorra 114 millones

Cristina Delgado

Una calabaza. Era el regalo que un nutrido grupo de trabajadores de las universidades públicas catalanas y estudiantes querían darle al presidente catalán, Artur Mas, el pasado 7 de octubre, día en el que se celebraba el solemne acto de apertura del curso universitario en los centros públicos. No pudieron, porque Mas no acudió. Y el consejero de Economía y Universidades, Andreu Mas-Colell, logró zafarse de las protestas a la entrada del edificio de la Universidad Politécnica de Cataluña. Mas-Colell no se libró, sin embargo, de escuchar los lamentos de la comunidad universitaria, ya que cuando el coro entonó el tradicional Gaudeamus igitur, al levantar sus carpetas de partituras, allí estaban: los carteles que le pedían "no más recortes".

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Si el curso ya empezó calentito en toda España (las universidades vieron reducido su presupuesto el año pasado en cerca de 300 millones), se espera un invierno movido. Y en materia de recortes y de las consiguientes protestas que los acompañan, Cataluña está ejerciendo de avanzadilla. Las elecciones autonómicas, celebradas en noviembre de 2010 y, por tanto, seis meses antes que en el resto de comunidades, sumadas a un déficit de más del 4%, hicieron llegar los tijeretazos a la sanidad, la escuela y los servicios sociales antes que en el resto de España.

La mecha ha prendido también en las universidades catalanas, que ya saben los recortes a los que se enfrentan hasta que acabe este curso y temen lo peor para el próximo. Tras algunas concentraciones y cortes de tráfico, preparan un maratón de protestas que terminará en una huelga el 17 de noviembre, a la que todavía está por ver si se sumarán todos los sindicatos. Las aportaciones al sistema público universitario de la Generalitat de Cataluña eran en 2010 de 891 millones de euros. Para 2011 son de 747 millones, un 16% inferior, mientras que de media en otras áreas se ha recortado el 10%.

¿Cómo ahorrar 144 millones? Para empezar, subiendo las tasas de matriculación un 7,6%, el máximo permitido por el Estado e imponiendo un coste un 50% superior si se trata de asignaturas suspendidas antes. Además, el objetivo es eliminar el 10% de los másteres universitarios este curso y otro 20% el que viene. Además, en los centros, por regla general, ya no se sustituyen jubilaciones ni se puede contratar personal interino o temporal. Con menos plantilla, se quejan los profesores, es imposible aplicar el plan Bolonia, que prevé clases con más carga de trabajo diario y seguimiento personalizado. Los sindicatos advierten de que entre este curso y el que viene los centros prescindirán de hasta 2.000 profesores asociados (sin plaza fija y a veces con una carga docente de solo algunas horas a la semana). El Gobierno catalán prepara ahora los presupuestos de 2012 y la comunidad universitaria se teme lo peor.

"No puedo esconder la preocupación de todas las universidades por la incertidumbre que vivimos. Pero, también, por la incertidumbre que vive el país", dice Francesc Xavier Grau, nuevo presidente de la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) y rector de la Universitat Rovira i Virgili. "Le hemos dicho al Gobierno que es un recorte insostenible en el tiempo. Necesitamos recuperar el nivel de financiación", avisa.

La Universidad Autónoma de Barcelona aprobó el pasado miércoles un documento con los "vectores del escenario presupuestario de 2012". Según el texto, el panorama es de "restricción financiera muy severa". Este centro ha visto ya reducida la aportación pública en 34 millones de euros. Sus planes para ajustarse el cinturón incluyen un canon de restauración, cerrar todos los centros en agosto, reducir las aportaciones a los servicios de actividades deportivas e idiomas... En recursos humanos quieren ahorrar 11 millones: 4,2 millones en administración y servicios y 6,8 en personal académico.

"El problema es que todos estos planes de ajuste parten de la idea de que la aportación de la Generalitat en 2012 será la misma y está claro que habrá más recortes", advierte Ermengol Gassiot, delegado sindical de CGT en la UAB y uno de los miembros más activos de la Plataforma Unitaria en Defensa de la Universidad Pública. Esta plataforma, formada por profesores, alumnos, personal administrativo (a título individual) y apoyada por entidades y sindicatos de todas las universidades públicas de Cataluña, es la clave de las protestas que llegan. Las han organizado, debatido y propuesto en los centros, que disponen de sus propias asambleas, en un sistema similar al que se gestó en el movimiento de los indignados de 15-M. Proponen que todos los centros lleven a cabo actos de protesta que culminen en una huelga el 17 de noviembre, a la que se sumarán los alumnos de secundaria.

El último paso ahora es que los representantes de los trabajadores de cada universidad decidan si apoyan la huelga. "Lo estamos proponiendo en las asambleas, a ver qué acogida tiene. No hay todavía una decisión, porque al colectivo de profesores a veces cuesta movilizarlo. Pero lo vemos necesario y oportuno", apunta Eulalia Guiu, responsable de Universidades de UGT.

Entrada a la biblioteca de la Facultad de Historia de Barcelona.
Entrada a la biblioteca de la Facultad de Historia de Barcelona.PAU RIGOL

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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