Los primeros síntomas de la tormenta afloraron en 2006
La crisis que se vive en el mercado hipotecario en EE UU, que amenaza con extenderse por todo el mundo, tiene su origen en los abusos que se cometieron durante el boom del negocio inmobiliario a comienzos de década. Pero los primeros síntomas de la enfermedad no empezaron a aflorar hasta hace un año, cuando empezaron a revisarse las condiciones de las hipotecas y se enfriaba el negocio. Ésta es, en síntesis, la cronología de lo sucedido:
- Recesión. La industria inmobiliaria empezó a experimentar durante el verano de 2006 un importante frenazo. Las constructoras cursaban menos permisos para levantar nuevas viviendas, los agentes inmobiliarios vendía mucho menos que en meses anteriores y las entidades hipotecarias veían como subía la morosidad entre sus clientes. La recesión restó enteros al crecimiento económico, pero el problema se dio entonces por contenido y limitado.
- Primera víctima. Los problemas en el negocio hipotecario se hicieron evidentes cuando New Century Financial, especializada en la concesión de créditos a personas con un historial de crédito dudoso (subprime), anunciaba en abril de este año que se declaraba en suspensión de pagos porque se estaba quedando sin liquidez, debido a que sus clientes no podían soportar las nuevas condiciones que se estaban aplicando tras la revisión de sus hipotecas. Una treintena de intermediarios hipotecarios atravesaban ya por problemas.
- Banca de inversión. La crisis hipotecaria salpicaba a la poderosa banca de inversión en junio, cuando Bear Stearns reconocía que dos de sus hedge funds estaban al borde de ser liquidados. Estos fondos hicieron apuestas erróneas sobre bonos garantizados que respaldaban hipotecas subprime, lo que les hizo acumular unas pérdidas superiores a los 1.300 millones de dólares. Uno de sus copresidentes se vería obligado a dimitir semanas después tras decir que era la peor situación vista en dos décadas.
- Otra bancarrota. La décima firma hipotecaria American Home Mortgage Investment anunciaba hace dos semanas que afrontaba serios problemas de liquidez y se despedía a prácticamente toda la plantilla. El pasado lunes se declaraba en bancarrota. El número de firmas hipotecarias con problemas se había duplicado y empezó a temerse que la crisis empezara a afectar al consumo.
- Rescate. Los primeros efectos de contagio afloraban esta semana en Francia y Alemania, a través de grandes bancos que invirtieron en activos financieros vinculados con el mercado hipotecario de EE UU. El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) se vieron obligados a inyectar liquidez en el sistema financiero para calmar la tensión en los mercados, que no terminan de digerir la situación.
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