_
_
_
_
El futuro de Internet

Una operación beneficiosa para las dos empresas

Microsoft busca en Yahoo! lo que no ha podido conseguir en Internet

Dos años después parece que habrá boda entre empresas de distinto sexo. Una física, Microsoft, que lo sabe todo de software y mercadotecnia, aunque en Internet no levanta cabeza. La otra virtual, Yahoo!, vive en Internet y fue el principal buscador en los noventa, pero desde la aparición de Google tampoco levanta cabeza. Visto así pudiera parecer que son dos venidos a menos. Sin embargo, matrimoniados formarían un imperio capaz de frenar el dominio de Google en Internet, que es donde se va a dirimir el futuro empresarial de todos.

Gates tardó en valorar Internet. Ese retraso no lo ha superado Microsoft
Google ha empezado a entrar en el terreno del 'software' en línea
Más información
Las mayores compras de empresas '.com'
Microsoft ofrece 30.000 millones por Yahoo! para retar a Google
Los analistas valoran positivamente la operación aunque creen que el precio es alto
Yahoo se dispara en Bolsa un 45% y Microsoft baja
El choque cultural de Microhoo!
La filial del buscador en España ha sido deficitaria

Si hubiera cogido el dinero hace ocho meses, Yahoo! se habría embolsado 4.050 millones de euros (6.000 millones de dólares) más, y su director Terry Semel seguiría en el sillón y no habrían cerrado servicios. En estos ocho meses, la crisis económica se ha instalado en Estados Unidos. El buscador Yahoo! ha seguido perdiendo mercado y, por tanto, ingresos por publicidad (cada punto de cuota son mil millones de dólares); por el lado del pretendiente, Microsoft, con impecable salud financiera, se mueve en la Bolsa tan sosamente como una empresa de servicios básicos, las utility (de agua o electricidad). Por tanto, a los dos les va bien la unión. Son distintos, pero complementarios. Y, quizá lo mejor de todo, ninguno perfecto.

Éxito bursátil

Yahoo! nació a principios de los noventa. Los veinteañeros Jerry Yang y David Filo se dedicaban a buscar en Internet direcciones que valían la pena y se las pasaban a sus colegas de la Universidad de Stanford. Como tantas otras veces en California, el entretenimiento se convirtió en start-up, en empresa. Salió a Bolsa, con gran éxito. Su liderazgo como buscador era indiscutible, pero en aquel siglo no se sabía sacar rentabilidad publicitaria de las búsquedas.

Yang y Filo idearon crear servicios buenísimos para que la gente se suscribiera pagando. El buscador era un portal con pronósticos del tiempo, correo electrónico, mapas y direcciones, comunidades de jugadores o financieras. Un lugar donde vivir. Yahoo! era imprescindible y cool, hasta que apareció una página en blanco con un rectángulo para escribir. Se llamaba Google y buscaba con eficaces motores y algoritmos. En un par de años, Google se hizo con el liderazgo y, además, y no menos importante, pasó a ser lo más cool de Internet. Sus fundadores, Sergey Brin y Larry Page, también de Stanford, idearon algo revolucionario: ligar el tipo de publicidad al tipo de búsqueda. Salió a Bolsa a 85 dólares la acción -muy cara, dijeron los expertos-, pero ha cotizado a 770. Su dominio y bonanza económica le han valido para ir extendiéndose a otros campos, hasta meterse peligrosamente en terrenos del imperio Microsoft.

Microsoft domina indiscutiblemente con su sistema operativo y programas de ofimática. Todo de pago. Apenas nadie le discutía en el terreno doméstico hasta que Google empezó a colocar en su página, gratuitamente, su propio procesador de textos, de cálculo, editor de fotos (Picasa) o localizador geográfico (Google Earth). Bill Gates, con buena visión, se había preparado para abrirse a otros negocios. Con el móvil ha tenido éxito, con los videojuegos le está costando, pero es en Internet donde no acaba de triunfar, aunque parte de culpa es suya. Gates tardó en darse cuenta de la importancia que iba a tener Internet. Ese retraso nunca lo ha superado Microsoft.

Tampoco Yahoo! supo prever el fenómeno Google. Ante el drástico cambio del paisaje, Yang dejó la dirección y fichó a Terry Semel, procedente de la industria de Hollywood, que le dio un segundo respiro a Yahoo! a base de comercializar mejor sus servicios. Sin embargo, no ha aguantado tan dura competencia. Hace unos meses, Yang recuperó la dirección, en medio de una estrategia cuando menos confusa y errática.

Aun así, Microsoft necesita a Yahoo! Su compra le viene a tapar un agujero en Internet. Si Yahoo! pierde cuota frente a Google!, MSN, el portal de Microsoft, más. Ni sumando los dos hacen sombra a Google. Pero Yahoo! posee buenos servicios en su portal aunque no haya sabido sacar partido a sus cientos de millones de fieles. Quizá con Microsoft lo logre. Mercadotecnia tiene, domina en el negocio del software y le sobra el dinero. En Internet llegó tarde y mal, pero ahora tendrá casi el monopolio en el servicio de correo electrónico (las cuentas de Yahoo! y del Hotmail de Microsoft suman cerca de 500 millones).

La novia también le va a aportar a Microsoft algo muy valioso: su faceta japonesa. Estratégicamente, lo más valioso de Yahoo! es su división en Japón. En ese mercado no es fácil entrar. Yahoo! lo logró. Total, era difícil encontrar mejor novia, al precio que fuere.

Carteles luminosos en Times Square, Nueva York.
Carteles luminosos en Times Square, Nueva York.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_