¿Rusia baja del carro?
La economía del país euroasiático crece un 3,9% hasta junio, por debajo de la media de los países emergentes
El PIB ruso se ha ralentizado hasta el 3,4% en el segundo trimestre del año, un dato que está por debajo del ritmo del 4,1% que se registró hasta marzo e incluso es menor que las previsiones de los analistas y del propio Ejecutivo, que hace unas semanas pronosticaba un alza del 3,7%. La inminente recaída de la economía mundial ha afectado las exportaciones de Rusia y a su producción industrial, que solo creció un 4,8% entre abril y junio, un punto menos que el crecimiento del primer trimestre (5,9%).
Estos datos mantienen las previsiones anuales más cerca del 4% que del 5% de comienzos de curso. El Gobierno mantiene que el alza del PIB será del 4,2% y del 3,5% en 2012, mientras que la OCDE apuesta por un 4,9% en 2011 y un 4,5% el año siguiente. Lo cierto es que estas cifras son inferiores -en algunos casos, hasta la mitad- al crecimiento del resto de las economías emergentes como India (8,2%) y China (9,6%), según los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En apenas seis meses la inflación ha pasado del 6,9% al 9,4%
¿Significa esto que Rusia se ha bajado del carro de los BRIC [acrónimo de Brasil, Rusia, India y China]? El Ejecutivo habla de problemas coyunturales de la economía internacional aunque lo cierto es que el país euroasiático sigue siendo monoproductor de petróleo y, por tanto, extremadamente sensible a los cambios internacionales en el precio del crudo. Pese a los esfuerzos por diversificar el aparato productivo, las exportaciones -mayoritariamente de petróleo- todavía representan un tercio de la economía rusa y los hidrocarburos siguen siendo la principal fuente de ingresos para el presupuesto anual del país.
Precisamente, la reciente caída en los precios internacionales del crudo representa un nuevo frente de incertidumbre en la economía local. Los presupuestos fueron realizados con un crudo en 75 dólares el barril, por lo que cualquier precio situado por encima de ese nivel reducirá las previsiones de déficit, pero si las caídas continúan las cuentas del Estado se verían perjudicadas. De momento, el petróleo ronda los 100 dólares por barril. La OCDE prevé que este año se vuelva a un superávit consolidado del 0,2%, después de que el déficit llegara al 4,3% del PIB en 2010 y al 6,8% en 2009. Unas previsiones que se realizaron con el precio del crudo en pleno crecimiento a raíz de las revueltas de los países árabes y los temores de desabastecimiento mundial.
Con todo, la deuda rusa es relativamente baja. Las cifras oficiales indican que la deuda pública equivale al 9,3% del PIB, en gran medida gracias a los elevados ingresos del crudo de la última década. De media, entre 2000 y 2008 la economía rusa creció una media del 7%. Gracias a esa holgura, el Ejecutivo ya ha anunciado que pretende aumentar la deuda pública hasta el 16,1% en 2013, para cubrir el déficit previsto de los próximos años.
Rusia sigue teniendo problemas para controlar la inflación. La OCDE espera que los precios crezcan este año un 9,4% tras el 6,9% alcanzado en 2010. Los precios al consumo alcanzaron un máximo de 9,6% en abril y mayo, antes de retroceder en junio. La cifra puede traducirse en una caída del gasto privado ya que implícitamente conlleva la pérdida del poder adquisitivo de las familias. No obstante, la inflación actual sigue estando por debajo de los dos dígitos a los que históricamente nos ha tenido acostumbrados la economía rusa.
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