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Reportaje:Crisis mundial | La reunión del G-20

Así se gestó la cumbre

Bush se vio forzado a hacer de anfitrión presionado por Sarkozy - Holanda asistirá pese a no ser tampoco del G-20

Juan Jesús Aznárez

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, admitió durante su conferencia de prensa del pasado miércoles la incomodidad de Estados Unidos por las consecuencias internacionales de su crisis financiera, pero subrayó que no es el único responsable. La cumbre mundial de mañana abordará las soluciones gracias a una iniciativa del presidente francés, Nicolás Sarkozy, madurada hace más de mes y medio: la convocatoria de una reunión de dirigentes mundiales, el Grupo de los 20, que abrillantara su actual presidencia de la Unión Europea y abordase la convulsionada situación de los mercados globales. La debilidad de EE UU por el descalabro de Wall Street le ofreció una excelente oportunidad para robustecer la influencia europea.

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George Bush aceptó con escaso entusiasmo la propuesta del Sarkozy, oficialmente comunicada el pasado 18 de octubre durante una visita a su residencia en Camp David del presidente francés y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

El planteamiento de los delegados europeos no le satisfizo especialmente porque la reunión coincidía con el término de su administración, prácticamente desarmada, sin capacidad para tomar decisiones ante su relevo el 20 de enero, y porque el tema central de la cumbre es la regulación. El corsé es poco o nada apetecido por el Partido Republicano, actualmente en la Casa Blanca, partidario de que la propia economía drene sus elementos extraños y se autoregule, sin intervenciones públicas.

No obstante, a George Bush le resultó difícil negarse porque la envergadura de la crisis de Wall Street, la más grave desde la gran depresión de 1929, había obligado a su Administración a actuar en contra de la propia filosofía política: con una intervención pública de 700.000 millones de dólares, aprobada por el Congreso el pasado 3 de octubre, para paliar los desastres causados por una excesiva laxitud regulatoria y unos bajos tipos de interés.

Era muy difícil, por tanto, rechazar la iniciativa del catalizador francés, promotor de una regulación estatal de los mercados. Otra de las razones por las que Bush aceptó la cumbre reside en que, con una impopularidad sin precedentes, en torno al 75% de rechazo, también necesitaba algo de protagonismo y reconocimiento internacional.

A partir de la aceptación de la Casa Blanca, todo fueron llamadas telefónicas y reuniones para cuadrar la agenda, entre ellas las de España, para participar, pese a no pertenecer al G-20. Holanda, con un poderoso sector financiero, también lo hará, a solicitud de Sarkozy. Ayer confirmó que el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, estará en la reunión de Washington pese a que, como España, no pertenece al G-20.

Las reuniones del grupo son anuales pero Washington y París contaron con la anuencia de Brasil, que lo preside, para la cumbre extraordinaria. La gira internacional de la ministra francesa de Economía, Industria y Empleo, Christine Lagarde, colaboró en la coordinación de la posición europea con la de otros países, efectuada también por otros canales.

Los asiáticos y latinoamericanos se reunieron entre ellos, activaron sus embajadas en Washington, y el cruce de visitas y reuniones bilaterales fue constante. El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, delegó en la ex secretaria de Estado Madeleine Albright y el ex representante republicano Jim Leach.

Las posiciones fueron claras desde el principio: EE UU, Canadá y el Reino Unido, en el bando de las naciones reacias a la regulación, y la mayoría del resto, dispuesta a algún tipo de refundación del capitalismo, sin adentrarse en el proteccionismo o en el cuestionamiento de la vigencia de la libertad de mercado.

El G-20 está integrado por economías desarrolladas y emergentes: los miembros del G-7 (EE UU, Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Suráfrica y Turquía, y la Unión Europea (UE) como bloque.

Zapatero (izquierda) y Sarkozy, en un reciente encuentro.
Zapatero (izquierda) y Sarkozy, en un reciente encuentro.AP

Principales citas

- Hoy

18.00 hora local (medianoche en España). Bush recibe a los participantes en la cumbre.

19.20. Cena en la Casa Blanca con jefes de Estado.

- Mañana

9.00. Foto de grupo en el National Building Museum

en Washington.

9.20. Primera reunión plenaria de hora y media para debatir las propuestas.

11.50. Segunda reunión plenaria de hora y media.

13.25. Bush invita a comer a los asistentes.

15.05. Comunicado oficial

del presidente Bush sobre

las conclusiones de la cumbre.

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