El endeudamiento familiar eleva la disposición a encontrar empleo

La disposición de los españoles al trabajo ha roto el patrón aplicable a los tiempos de crisis. La población activa (mayores de 16 años dispuestos a trabajar, tengan o no empleo) se ha mantenido robusta pese a que el intenso crecimiento del paro desincentiva la búsqueda. El Banco de España dedica un apartado especial a este fenómeno y concluye que el sobreendeudamiento familiar, que ha animado a entrar en el mercado a personas cuyos hogares sufren las consecuencias del paro, potencia la demanda de trabajo.

Ese mayor endeudamiento "hace necesaria la obtención de rentas adicionales por parte de otros miembros del hogar en caso de desempleo del cabeza de familia para poder hacer frente al servicio de la deuda", argumenta el capítulo sobre población activa incluido en el último informe económico de la institución, publicado hoy. Esa obligación también incentiva la permanencia en el mercado de los que ya son activos. Con una perspectiva histórica que se remonta a los ochenta, el Banco de España constata una "correlación elevada" entre el nivel de endeudamiento y la tasa de actividad, que ahora roza el 60%.

Al contrario de lo que ocurrió en la anterior gran crisis económica, a principios de los noventa, el llamado efecto trabajador adicional -miembros inactivos del hogar se ponen a buscar empleo para sostener la renta familiar- ha superado al predominante en épocas recesivas, el efecto desánimo (el parado desiste de buscar empleo a medida que empeora el mercado laboral).

Además del endeudamiento, el Banco de España aporta otros motivos para explicar esta anomalía. En primer lugar, las pérdidas "inusualmente elevadas en la riqueza", tanto financiera -en particular de los fondos de pensiones- como no financiera, especialmente inmobiliaria. Ese deterioro ha sido "mayor que en episodios previos de ajuste económico", lo que ha aumentado el recurso al empleo pese a su escasez.

También influye "el endurecimiento de los criterios de acceso a la jubilación anticipada o a las prejubilaciones", que favorece la permanencia en el mercado de los trabajadores de mayor edad. De hecho, la tasa de actividad en los mayores de 55 años "no ha dejado de crecer". El informe considera que las empresas "no han acudido masivamente a las prejubilaciones ni a las jubilaciones anticipadas", algo que atribuye a la flexibilidad que tienen las compañías mediante la extinción de contratos temporales y el recurso al despido exprés (se ahorran el trámite judicial al depositar la indemnización).

Aunque estos elementos pueden caracterizar también el comportamiento de la población activa en otros países afectados por la crisis, el Banco de España identifica un elemento "más específico al caso español". Se trata de la mayor participación de la población femenina y de los inmigrantes en el mercado laboral. En el primer caso, la mejora del nivel educativo de las mujeres, el retraso de la maternidad y su participación en sectores donde antes no accedían explican su mayor disposición a trabajar aun en tiempos de crisis. Respecto a los inmigrantes, el deseo de mejora laboral que suele motivar su llegada y las menores reservas salariales de las que disponen mantienen alta su participación en el mercado.

Trazado este escenario, el estudio advierte de que probablemente la tendencia comience a cambiar. "Es probable que aún no se hayan observado plenamente los ajustes de la tasa de actividad", subraya el Banco de España. De hecho, la Encuesta de Población Activa del primer trimestre, conocida hace una semana, arrojó la primera caída significativa en este indicador desde lo peor de la crisis. Es muy probable que el fenómeno continúe.