Se cambia campaña de publicidad por cesta de la compra
Una agencia lleva dos años cambiando proyectos publicitarios por trueque
Una canción por el diseño de una portada de un disco; ropa por crear las invitaciones para un desfile; sesiones de fisioterapia por unas tarjetas de visita. Diseños publicitarios y de comunicación corporativa para pymes que no pueden permitirse contratar servicios de una gran agencia. En tiempo de crisis, se vuelve a los orígenes. Al trueque. Si se hace en otros campos, ¿por qué no en la publicidad? Eso debieron Karen Maza y María López cuando se embarcaron hace dos años en este proyecto: Eres lo más, tu más. Lo cuentan con ilusión y se interrumpen al hablar de un proyecto que consideran "ilusionante". Al principio, era un complemento para su trabajo como creativas en una agencia de publicidad al uso. Entonces la crisis llegó y comenzó a hacer mella en la creatividad. "Peseta que invertían, peseta de la que querían beneficios ya. Se dejaba de lado la creatividad", apunta María.
"Hay mucha compañía pequeña dispuesta a cambiar. Analizamos un poco su problemática y les damos consejos", señala María.
Para realizar los trabajos solo ponen dos condiciones: un encargo interesante y libertad creativa total.
El boca a boca ha hecho que se multiplique el trabajo de estas dos publicistas veinteañeras, que ya tienen experiencia en otras agencias de publicidad. Y lo que empezó como un complemento al trabajo se ha convertido en una proyecto al que Karen se dedica a tiempo completo desde septiembre del año pasado.
Entre los trueques que han hecho predomina el ocio. "Nos gusta mucho el cambio que realizamos con la diseñadora Martin Lamothe para su desfile de la Cibeles Fashion Week de este año. Le diseñamos el material gráfico para las invitaciones de su desfile y ella a cambio nos invitó a su desfile y nos regaló ropa de su colección", explica Karen. Entre sus trueques también hay grupos de música, como Solletico a los que les hicieron la el diseño de su disco o Solletico. Además, han diseñado la publicidad de un Pero, no solo de ocio vive el hombre. Y por eso hicieron un trueque con una empresa de embutidos para desarrollar varios logos.
"Hay mucha compañía pequeña dispuesta a cambiar. Analizamos un poco su problemática y les damos consejos", señala María. Se dirigen sobre todo a pymes, empresas pequeñas o negocios que necesitan resolver un problema concreto como dar a conocer su negocio, captar nuevos clientes o renovar parte de su material de comunicación. "Les asesoramos para realizar buzoneo, mailing, acciones de guerrilla o comercio electrónico dependiendo de lo que necesiten", añade. Así, han hecho tratos con una dentista a cambio de una limpieza dental o con un fisioterapeuta al que le diseñaron tarjetas de visita. Poco a poco van desgranando una lista larga de nombres, con algunos de los cuales aseguran que han llegado a seguir en contacto.
Para realizar los trabajos solo ponen dos condiciones: un encargo interesante y libertad creativa total. Por ejemplo, albloguero gastronómico Dr. Muerte le diseñaron la imagen gráfica para dos de sus clubs de lectura, Padreteca y Tragaletras, que realiza en Villarobledo (Albacete). Y él cambio, les regaló un taller de cocina. El trabajo no les falta, lo que les faltan son manos. "Si estás hablando con los clientes no estás diseñando. Tienes que centrar la cabeza en una sola cosa", señala Karen.
Con el objetivo de que el cliente valore su trabajo, les hacen una factura en la que, aunque el preciosea el servicio que se cambia, se desglosan las horas de trabajo. "Sirve para que valoren las horas invertidas en el proyecto y se hagan una idea de lo que les costaría", apunta María.
"Confiamos en seguir con el servicio de trueque pero hasta que llegue una cadena de supermercados con la que hacer un trueque y llenar la nevera tenemos que cobrar algunos servicios", dice María. Se refieren, sobre todo, a los que necesitan un seguimiento como la elaboración de una página web para la que además, necesitan subcontratar a diseñadores informáticos (que no trabajan por trueque). Sin embargo no quieren que la esencia del trueque se pierda.
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