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Zapatero da por cerrado el plan de recortes para reducir el déficit

"Las reformas del Gobierno español ponen las bases para dos décadas de crecimiento", alaba el director gerente del FMI tras visitar al presidente

Alejandro Bolaños

Hasta aquí llegó el tijeretazo. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, probó ayer a trazar la raya ante los mercados, tras haberles ofrecido el mayor plan de ajuste de la democracia. En los últimos meses, cada vez que el Ejecutivo presentaba un recorte de gasto público, siempre se preocupaba de dejar la puerta abierta a "medidas adicionales" para domar el déficit. La presión de los mercados sigue ahí, pero la convocatoria de una huelga general, el enorme desgaste ante la opinión pública que reflejan las encuestas y la cercanía de otro ciclo electoral cambian el guión. "El Gobierno no contempla nuevas medidas", anunció el dirigente socialista.

Zapatero sostuvo que las drásticas medidas adoptadas -bajar el sueldo a los funcionarios, congelar las pensiones, encoger la inversión pública y dar otra vuelta de tuerca al presupuesto- deben bastar, junto con la concreción del recorte implícito en el techo de gasto aprobado para 2011. "El proceso de consolidación fiscal en marcha, que tiene por objetivo reducir el déficit al 6% del PIB en 2011, va a dar resultados positivos", argumentó ante los periodistas. Esta misma semana, la Comisión Europea reclamó un recorte adicional cifrado en 8.000 millones. Pero el Gobierno opone que bastará con concretar el ajuste pactado con comunidades y Ayuntamientos y con desarrollar la anunciada subida de impuestos a las personas con rentas más altas y, tal vez, en coordinación con el resto de la UE, con introducir la tasa a la banca.

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"Estoy convencido de que el déficit público de España [2009 cerró con un saldo negativo del 11,2% del PIB] se reducirá muy rápidamente", enfatizó el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, tras reunirse con Zapatero. El encuentro coronaba una semana de gran presión sobre el Ejecutivo español, con rumores sobre una petición de ayuda al fondo de rescate de la UE, negada por Madrid y Bruselas, que se reflejaron en otro bajonazo a la deuda pública española en los mercados. "No me preocupan los rumores, me preocupa que se les haga caso", comentó el presidente del Gobierno.

No hubo ocasión de preguntar si los dos dirigentes habían tratado esa hipótesis, pero tampoco hizo falta. Zapatero inició su comparecencia con una detallada explicación de cómo se había concertado la visita de Strauss-Kahn -en una conversación telefónica el pasado 21 de mayo, según el presidente- para desmentir así que la reunión hubiese estado motivada por una situación límite de la economía española. Y, también por iniciativa propia, el dirigente del FMI enumeró todas las ciudades europeas en las que ha estado en los últimos días para respaldar el argumento. "Es lógico, Europa concentra ahora la preocupación por su débil crecimiento y sus problemas de deuda pública".

El director gerente del Fondo no se quedó ahí y alabó las medidas adoptadas por el Gobierno, en un tono bien distinto del exhibido hace apenas un mes en un informe sobre la economía española. Según Strauss-Kahn, la reforma laboral "va en la dirección correcta", el potencial de crecimiento es "enorme" y la publicación de las pruebas de resistencia a bancos y cajas será "un paso crucial para la transparencia".

Zapatero aseguró que la publicación de esas pruebas "será determinante" para que los mercados devuelvan su favor a la banca española. El presidente del Gobierno apostó por una tramitación exprés de la trasposición del decreto de la reforma laboral en ley. "Si hace falta trabajar en julio y agosto, se trabaja", apostilló. Y se fijó como objetivo cerrar las reformas pendientes, incluida la de las pensiones, el próximo otoño.

"Tengo una gran confianza en las perspectivas de España" repitió a modo de conclusión el dirigente del FMI, empeñado en espantar el fantasma de una supuesta petición de ayuda a la UE. En contraste con la ambigüedad de algunos dirigentes europeos frente a un rumor que ha anidado en los mercados, Strauss-Kahn acudió al rescate de la imagen de la economía española y su Gobierno. "Las reformas propuestas ponen las bases para dos décadas de crecimiento", blandió.

Dominique Strauss-Kahn y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer tras la reunión en el palacio de La Moncloa.
Dominique Strauss-Kahn y José Luis Rodríguez Zapatero, ayer tras la reunión en el palacio de La Moncloa.CRISTÓBAL MANUEL

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