Sebastián exige a Magna un plan a más de cinco años para Figueruelas

El ministro de Industria español, Miguel Sebastián, reiteró ayer en Berlín que no habrá ayudas para la nueva Opel si no se cumplen las condiciones empresariales para el mantenimiento de la planta aragonesa de Figueruelas. En la recta final de las negociaciones sobre la venta de Opel a la empresa Magna por el consorcio General Motors, Sebastián se reunió ayer en la Embajada de España en Berlín con el presidente de Magna, Sieg-fried Wolf.

Para Sebastián, Magna tiene aún mucho por hacer para "convencer de que el proyecto industrial de la nueva Opel será europeo y competitivo". La condición española para entrar en la segunda fase de las negociaciones, en la que se dirimirán las ayudas estatales a la compañía, es que Magna presente un plan viable para los "próximos 5 o 10 años". Éste debe mantener dos líneas de producción en Figueruelas que aseguren el rendimiento y la competitividad de la planta. Si no es así, Sebastián duda de que Magna "pueda llevar adelante el proyecto".

El martes habrá una reunión "al más alto nivel" para el futuro de Opel

El ministro de Industria usó ayer un tono algo más conciliador que en ocasiones anteriores y destacó que "la música empieza a sonar bien". Sin embargo, queda todavía por escribir la letra de las condiciones para la fábrica española de Opel. Según Sebastián, Magna reconoce que ha habido "problemas de comunicación" con el Gobierno español. Aunque constató la voluntad de subsanar estas deficiencias por parte de Magna y la esperanza del Gobierno de obtener "una propuesta convincente", Sebastián percibe "grandes diferencias" entre el Gobierno y Magna. El próximo martes día 13 se celebrará en Madrid una reunión "al más alto nivel" entre sindicatos, Magna y los Gobiernos central y aragonés. Los sindicatos serán los encargados de negociar con Magna el coste en puestos de trabajos de la reestructuración de Opel.

Queda poco para avanzar, puesto que el mismo martes 13 es el día que se baraja para la firma definitiva de la venta de Opel. En este sentido, el Gobierno alemán se está quedando cada vez más aislado respecto a la venta de la automotriz. El Gobierno en funciones entre los democristianos de Angela Merkel y los socialdemócratas apoyó desde el principio la venta de Opel a Magna, que está apoyada por el banco ruso Sberbank.

Sebastián dijo confiar en que los criterios seguidos para decidir la venta fueron puramente empresariales e industriales. "No tenemos ningún motivo para dudar de que esta decisión está basada en criterios de competitividad". Sin embargo, advirtió el ministro de que "si lo hubiera, la Comisión Europea actuaría para corregir esta situación, porque estaría en contra del buen comportamiento dentro del mercado único europeo".

El Gobierno alemán, de momento, es el único dispuesto a apoyar económicamente la conversión de Opel en la Nueva Opel bajo la propiedad de Magna. La cantidad requerida en subvenciones y avales, que asciende a 4.500 millones de euros, quedaría así a cargo de Alemania.

Los Gobiernos de España, Bélgica y Reino Unido han sido los más críticos con la decisión. Según informaba ayer The Daily Telegraph, el ministro británico de la Empresa, Peter Maldenson, no apoyará el plan del grupo austriaco canadiense para VauxHall y Opel en su forma actual.