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Saab abandona GM y suspende pagos para ser independiente

La crisis del automóvil se ha cobrado su primera víctima: Saab. El peculiar fabricante sueco, integrado en el grupo General Motors desde 1990, optó ayer por abandonar la órbita del gigante norteamericano y, con el fin de asegurarse su viabilidad como compañía independiente, solicitó una suspensión de pagos ante el tribunal de distrito de Vänesborg. El juez la aprobó de inmediato y nombró a tres administradores independientes para reflotarla.

El divorcio no ha pillado a nadie por sorpresa, después de que GM anunciara, en el Salón de Detroit, su decisión de deshacerse de Saab. De hecho, era la única certeza en los planes para Europa del fabricante norteamericano, que está al borde de la bancarrota y despedirá a 47.000 personas en todo el mundo.

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Saab, que emplea a 4.100 personas en Suecia, la mayoría en su fábrica de Trollhätten (al suroeste del país), cerró 2008 con unas pérdidas de alrededor de 3.000 millones de coronas suecas (unos 275 millones de euros). Las ventas mundiales de la firma descendieron un 25% y se situaron en 93.295 unidades.

"Hemos explorado y continuamos explorando todas las opciones disponibles para la financiación y/o venta de Saab y se ha determinado que una reorganización formal sería la mejor forma de crear una entidad realmente independiente que esté preparada para acoger inversiones", declaró ayer en un comunicado oficial el director general de Saab, Jan Ake Jonsson.

El plan de reflote incluye la concentración del diseño, la ingeniería y la producción en Suecia y requiere financiación independiente, que Saab intentará conseguir tanto a través de recursos públicos como privados.

El diario sueco Dagens Industi publicó ayer que GM está dispuesta a inyectar 400 millones de dólares en Saab si el Gobierno sueco se compromete con un crédito adicional de 590. El ministro de Industria, Maud Olafsson, reclamó ayer más información antes de tomar una decisión. Pero esta semana reiteró su rechazo a nacionalizar el fabricante, pese al riesgo de desaparición de la histórica marca.

Saab, Svenka Aeroplan Aktiebolaget (Fábrica Sueca de Aviones) se creó en 1937 bajo la tutela del Gobierno, con el objetivo de crear una fuerza aérea ante el inminente estallido de la II Guerra Mundial. En 1947 se introdujo en el mercado de la automoción con coches de dos tiempos y en 1977 creó el primer motor turbo. Saab ha convertido la seguridad en su tarjeta de presentación y en enseña de la industria automovilística sueca, junto a su rival nacional, Volvo, hoy en la órbita de Ford, el otro gigante en apuros.

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