Procter & Gamble derrota a su leyenda urbana
La multinacional, indemnizada con 14 millones por vincularla con prácticas satánicas
"Me ha dicho mi prima que si pones los discos de un mítico grupo al revés se escucha al diablo (...) En la curva de tal carretera hay una niña atropellada (...) Alguien encontró una uña de rata en una hamburguesa..." Estas son frases que todo el mundo ha escuchado alguna vez. Cada cual tiene su leyenda urbana, que le persigue haga lo que haga por desmentirla. Pero la multinacional estadounidense Procter & Gamble, dedicada a los productos de limpieza, higiene y alimentación, se había hartado de escuchar que era una tapadera de un grupo satánico y llevó el caso a los tribunales. Y ya puede decir adiós a los rumores, porque ha ganado.
P&G, fundada en 1837 y con sede en Cincinnati (Ohio), ha ganado el litigio que había planteado contra cuatro antiguos empleados de la empresa de distribución Amway, que difundieron los rumores en los que se relacionaba a la multinacional estadounidense con prácticas satánicas, y será indemnizado con 19,25 millones de dólares (14 millones de euros) por los daños que ha sufrido su imagen. En un comunicado, P&G, la mayor empresa de su sector en EE UU, anuncia que el viernes un tribunal de Utah falló en contra de los antiguos trabajadores de Amway, a los que encontró culpables de difundir rumores con el fin de desprestigiar la compañía y sacar provecho económico para sus propios negocios.
"Se trata de proteger nuestra reputación", afirma el director de asuntos legales de la compañía, Jim Johnson, en el comunicado. "Adoptaremos medidas legales apropiadas en los casos en los que la competencia menoscabe injustamente la reputación de nuestras marcas o de nuestra compañía", añade. P&G, responsable de los productos de marcas tan conocidas como Ariel, Oral-B, Duracell, Olay, Head and Shoulders, Gillette y Braun, adoptó el año pasado acciones legales contra varias empresas a las que acusa de violar su propiedad sobre las marcas que comercializa o hacer publicidad falsa acerca de los productos de belleza de la compañía.
Las tres razones satánicas
La sentencia anunciada hoy se refiere a una demanda presentada por la compañía en 1995, en la que se denunciaba a varias personas que sostenían que uno de sus anteriores y más conocidos logotipos estaba relacionado con las prácticas satánicas. Los rumores se remontan a los años 80, cuando comenzó a difundirse la leyenda urbana de que era un símbolo que hacía referencia al diablo. Se trata de un dibujo en el que aparece la cabeza de un hombre barbudo con forma de Luna creciente, en el interior de un círculo en el que se aprecian 13 estrellas.
Según explica Wikipedia, el rumor se basaba en un pasaje de la Biblia, en concreto del Libro de las Revelaciones 12:1, que dice: "Y allí apareció una gran maravilla en el cielo. Una mujer se vistió con el sol y la luna bajo sus pies y, sobre su cabeza, una corona de 12 estrellas. Así, el logotipo de P&G era, según la leyenda negra, una burla del símbolo divino. Además, donde la barba se encuentra con el círculo puede verse un enorme 666, el número de la Bestia. Por si esto fuera poco, hay quien ve también dos cuernos de carnero, que representan al falso profeta. Desde que llegaron a sus oídos, estas interpretaciones han sido negadas una y otra vez por la empresa y, a pesar de que jamás se presentó prueba alguna que las vinculara sectas adoradoras del diablo, el rumor siguió creciendo.
Según la prensa de EE UU, cuatro empleados de Amway, que se dedica a la distribución de productos en comercios estadounidenses que son competencia directa de P&G, realimentaron en 1995 estos rumores al decir a miles de comerciantes que los beneficios de la compañía iban destinados a sociedades dedicadas a cultos satánicos. Y, como ocurre con los rumores, sólo hay que soltarlo para que crezca por sí mismo. Se llegó a decir que el presidente de la compañía había aparecido un sábado en un conocido programa de televisión - el show de Phil Donahue- y allí se había declarado siervo de Satán. El directivo jamás hizo esas declaraciones ni salió en dicho espacio que, para colmo, no se emitía los sábados. La presión fue tal que la compañía decidió cambiar el logotipo, decisión que sólo contribuyó a agigantar el bulo.
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