Previsiones al alza
Al finalizar 2006, comentaba en esta columna las previsiones macroeconómicas que teníamos la mayoría de los analistas y el propio Gobierno para 2007. En síntesis, éste debería ser otro buen año en cuanto a crecimiento, generación de empleo y beneficios de las empresas, si bien, con un perfil de ligera desaceleración, de forma que el crecimiento medio anual del PIB se situaría unas décimas por debajo del 3,7% que esperábamos para 2006. Ha pasado sólo un mes desde entonces y, en mi opinión, estas previsiones ya se van quedando obsoletas.
Para empezar, el año 2006 parece que va a terminar algo mejor de lo que estimábamos. Casi la totalidad de los indicadores de producción, demanda interna y empleo muestran una renovada fortaleza en el cuarto trimestre, destacando (¿de dónde sacarán los hogares tantos recursos?) el repunte del consumo. También la inversión en capital fijo y, en general, toda la demanda interna ha vuelto a acelerarse, ante el asombro de este y otros analistas, que venimos anunciando desde hace años su necesaria moderación. El asombro continúa, pues este comportamiento de la demanda interna lleva aparejado, como es lógico y coherente, un nuevo repunte de las importaciones, al tiempo que las exportaciones de mercancías pierden fuelle, lo que supone una vuelta atrás en el proceso de reequilibrio del patrón de crecimiento que lentamente se estaba produciendo. Es decir, crecemos más, pero a costa de aumentar los ya elevados desequilibrios. La misma historia desde hace seis o siete años. El caso es que los analistas seguimos pensando que este patrón es insostenible (ni que fuéramos aragoneses). Eso sí, antes añadíamos "a medio y largo plazo" y ahora sólo nos quedamos con un atemporal "a largo plazo".
Durante el primer semestre del año, el crecimiento del PIB no se desviará mucho del 4%
Y es que, al menos por lo que respecta a 2007 y muy probablemente a 2008, no parece que vaya a cambiar mucho ese patrón tan denostado. Como he señalado, el crecimiento del PIB parece haber mantenido la senda ascendente en el cuarto trimestre del pasado año. Además, dicen las fuentes bien informadas que probablemente el INE revise al alza los datos de los trimestres anteriores. Con ello, la tasa interanual podría irse al 4%, tal como ha avanzado el Banco de España. No parece que las cosas estén dándose la vuelta en el comienzo de 2007. Ahí están los datos de la afiliación a la Seguridad Social o las ventas de coches en enero.
Por otra parte, Alemania está revisando sus previsiones al alza. Todo ello me lleva a concluir que, al menos durante el primer semestre del año, el crecimiento del PIB no se desviará mucho del 4%. Sigo pensando, sin embargo, que la demanda interna recobrará su tendencia de ligera moderación a partir del segundo o tercer trimestre, cuando empiecen a notarse los efectos de las subidas de los tipos de interés, y, como no veo a las exportaciones tomando el relevo, el ritmo de crecimiento del PIB también se irá reduciendo progresivamente hasta el entorno del 3,5% en el cuarto trimestre.
Con ello, la media anual se situaría en una cifra similar a la de 2006, un 3,8%, en vez del 3,4% que preveía hace un mes, y quizá me quede de nuevo corto. La desaceleración podría intensificarse durante 2008, si es que el tan anunciado ajuste de la demanda de viviendas se materializa. Por ello, la tasa media anual para dicho año desciende al 3,1% (gráfico izquierdo). Aun así, el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente se va al 10% del PIB. Increíble.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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