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Portugal resiste frente a la desconfianza

Sócrates rechaza la necesidad de un rescate ante los rumores de que se verá abocado al auxilio - Lisboa se aferra al cumplimiento del objetivo de déficit

Portugal está en el punto de mira de los mercados . De poco sirve que el Gobierno difunda en todo foro a su alcance que está haciendo los deberes. Que el primer ministro, José Sócrates (socialista), reitere en el Parlamento que el país ha cumplido el objetivo comprometido ante Bruselas de reducir el déficit en 2010 del 9,3% al 7,3% del PIB; o que el crecimiento económico del año pasado oscilara entre 1,3% y el 1,4% (el doble de la previsión del Gobierno) es poco menos que papel mojado para los inversores, que no se fían de Portugal.

Lo ocurrido el viernes pasado es la mejor ilustración de esta tremenda desconfianza. En su primera comparecencia del año ante el pleno de la Asamblea de la República, Sócrates reiteraba los logros de su Gobierno, que despidió el año con la aprobación de un drástico plan de ajuste: en 2010, los ingresos fiscales fueron superiores a lo esperado, el gasto del Estado será inferior a lo esperado, el balance presupuestario estará dentro de los objetivos del Gobierno, y las exportaciones fuera de las fronteras europeas crecieron un 25%.

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Este mismo viernes, los bonos portugueses a 10 años llegaron a intercambiarse en el mercado secundario al 7,29%, muy cerca del récord del 7,35% registrado el 11 de noviembre, cuando todavía no se habían aprobado los presupuestos de 2011.

La realidad indica que la mirada de los mercados está mucho más centrada en la acuciante necesidad de financiación de Portugal -unos 20.000 millones de euros este año- para el pago de su deuda, que en el cumplimiento de los compromisos de rebajar el déficit público.

La última embestida de los mercados contra Portugal coincide con las negras premoniciones de algunos medios de comunicación y analistas. Según la edición del semanario alemán Der Spiegel, que sale a la calle mañana, los Gobiernos alemán y francés quieren forzar a Portugal a pedir ayuda financiera de la Unión Europea, siguiendo los pasos de Grecia e Irlanda. La revista, que no cita ninguna fuente concreta, señala que "expertos gubernamentales" de Berlín y París creen que Portugal está al límite de su capacidad para obtener financiación de los mercados, por lo que deberá solicitar rápidamente el rescate de la UE para evitar el contagio a la vecina España y a Bélgica.

Der Spiegel da cuenta de una reunión el viernes pasado en Estrasburgo del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y su homóloga francesa, Christine Lagarde, en la que habrían hablado de Portugal y de las dificultades para convencer al Gobierno luso de la necesidad de pedir el rescate, ya que Portugal tiene piezas importantes en puestos clave, como el vicepresidente del Banco Central Europeo, Vítor Constâncio, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.

El jefe de Gobierno portugués, Sócrates, replicó ayer mismo al semanario alemán al rechazar de plano que su país tenga intención de solicitar ayuda financiera externa. "Portugal hace lo que tiene que hacer y así continuará", afirmó el primer ministro, que subrayó que la mejor "señal de confianza" que puede enviar a los mercados es que el país ha cumplido la meta presupuestaria de 2010, de reducir el déficit al 7,3% del PIB.

Ante las crecientes dificultades de obtener financiación a precio razonable en los mercados, el Ministerio portugués de Finanzas ha anunciado una operación de venta directa de deuda pública, cuyo destinatario será, probablemente, China. En la visita realizada a Portugal el mes pasado, el presidente chino, Hu Jintao, apoyó los esfuerzos de Portugal para luchar contra la crisis, y expresó su disposición a comprar deuda soberana lusa. El ministro de Finanzas Teixeira dos Santos viajó a Pekín a finales de año con el objetivo de concretar una eventual financiación de China a Portugal.

En este escenario, una delegación del Parlamento Europeo llegará a Lisboa el martes próximo para analizar la situación portuguesa. Nueve eurodiputados de la Comisión Especial sobre la Crisis Financiera, Económica y Social se reunirán con el ministro de Finanzas, el gobernador del Banco de Portugal, los responsables de las principales entidades de crédito, así como representantes de organizaciones empresariales y sindicatos, y miembros de comisiones parlamentarias.

La delegación, que preside el alemán Wolf Klinz, elaborará un informe que será votado en sesión plenaria por el Parlamento Europeo. Después de Portugal, los eurodiputados viajarán a España.

Un cliente usa un cajero en Lisboa, junto a la pintada de una huelga, el pasado noviembre.
Un cliente usa un cajero en Lisboa, junto a la pintada de una huelga, el pasado noviembre.BLOOMBERG

Escándalo en plena campaña electoral

La nueva tormenta financiera que se abate sobre Portugal coincide con el enrarecimiento de la campaña electoral para las presidenciales del próximo 23 de enero, que ha puesto al presidente y candidato Aníbal Cavaco Silva (conservador) en la picota. Una pésima señal para tranquilizar a los mercados. El asunto tiene que ver con el Banco Portugués de Negócios (BPN), nacionalizado por el Gobierno en octubre de 2008, a raíz de un escándalo de grandes proporciones que dejó un agujero de 2.000 millones de euros.

"Cavaco compró acciones a precio de saldo", titulaba ayer en portada el semanario Expresso, referente de la prensa portuguesa y nada sospechoso de anticavaquismo. El hecho es que Cavaco Silva, del conservador Partido Social Demócrata (PSD), pagó en 2001 un precio especial de un euro por las 105.378 acciones que compró de la Sociedade Lusa de Negócios, propietaria en aquella época del BPN. Era un precio muy por debajo del que pagaron otros accionistas, entre 1,8 y 2,2 euros. Sólo hubo cuatro accionistas especiales, entre ellos el ex presidente del grupo, José Oliveira Costa, procesado por delitos de abuso de confianza, fraude, falsificación de documentos, infidelidad, lavado de capitales, fraude fiscal y adquisición ilícita de acciones. Oliveira Costa fue secretario de Estado en uno de los gobiernos que encabezó Cavaco Silva.

Aparentemente, el actual presidente y candidato que en 2001 no ocupaba ningún cargo público (había dejado de ser primer ministro en 1995) tuvo un derecho preferencial en la compra de aquellas acciones, que vendió posteriormente por 2,4 euros, con lo que obtuvo una plusvalía de 147.500 euros. Curiosamente, el asunto ha estallado a partir de una acusación de Cavaco contra la actual administración del BPN, que detenta actualmente la Caixa Geral de Depósitos, el primer banco público de Portugal. Fue en el debate televisado del pasado 29 de diciembre entre Cavaco y Manuel Alegre, candidato del Partido Socialista a quien apoya también el Bloco de Esquerda.

La agresividad que le faltó ante las cámaras, la tuvo dos días después Alegre en una contundente declaración contra Cavaco, a quien acusó de contemporizar con "amigos y colaboradores políticos que son los verdaderos responsables del escándalo financiero del BPN". El día siguiente, el candidato socialista, con nuevos datos, lanzó el dardo más dañino contra Cavaco: la compraventa de acciones del BPN a precio preferencial.

El banco nacionalizado por el Gobierno para evitar la quiebra registraba en septiembre de 2010 (dos años después de la intervención) pérdidas de 42,2 millones de euros. La entidad tiene una insuficiencia de capitales propios de 2.000 millones de euros y la necesidad de provisiones por desajustes de crédito asciende a 1.800 millones de euros.

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