Luz verde para aprobar los Presupuestos en Portugal
El Gobierno socialista portugués puede respirar tranquilo. Si no hay un contratiempo de última hora, la Asamblea de la República (Parlamento) dará el miércoles luz verde a los controvertidos presupuestos del Estado para 2011, con un drástico recorte del gasto público. No habrá, pues, dimisión del primer ministro, José Sócrates, ni crisis política, tras del acuerdo anunciado ayer por el Gobierno y el principal partido de la oposición, que pone fin a una historia de acuerdos y desacuerdos que parecía interminable.
El pacto entre el Ejecutivo y el Partido Social Demócrata (PSD, conservador) ha costado. Sabedor de que el resto de grupos votarán contra los presupuestos, el Ejecutivo solo puede sacar la ley adelante con el voto afirmativo o la abstención del PSD. Será la abstención, pero conseguirla ha costado largas negociaciones y la presión de Bruselas, del presidente de la República y del sector financiero.
El "protocolo de entendimiento" se logró el sábado a medianoche, pero el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, y el jefe de la delegación del PSD en las negociaciones, Eduardo Catroga, lo anunciaron ayer por separado. Aparentemente, todos han cedido algo, aunque no ha trascendido la letra pequeña del acuerdo. La propuesta del Gobierno fijaba un recorte del gasto del 5,3% del Producto Interior Bruto (PIB), unos 4.500 millones de euros, para reducir el déficit público del 7,3% actual al 4,6% a finales de 2011.
Claves del pacto
El PSD ha aceptado a regañadientes la subida de dos puntos del impuesto normal del IVA, del 21% al 23%, lo que contradice el rechazo frontal a una subida fiscal, que ha mantenido desde el primer día el partido. El Gobierno mantendrá algunos productos de alimentación en la franja más baja (6%) del IVA.
Teixeira también dio marcha atrás al aceptar un límite en la imposición de topes a las deducciones fiscales de los dos escalones más elevados del Impuesto sobre Rendimiento de las Personas Físicas (IRS), y no a partir del tercer escalón como pretendía el Gobierno.
Según el ministro, el acuerdo tendrá un coste de 500 millones, lo que obligará a "medidas adicionales" para rebajar el déficit. Ante el riesgo de una crisis política en período preelectoral de los comicios presidenciales de enero, el Gobierno ha tendido un puente a la oposición, aunque dañe las ya maltrechas finanzas públicas.
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