Londres eleva el mínimo asegurado a los clientes, pero descarta la medida irlandesa
La crisis financiera tomó ayer tintes políticos en el Reino Unido. La negativa del Congreso de Estados Unidos al plan de rescate de Wall Street obligó ayer al líder de la oposición, David Cameron, a ofrecer su colaboración casi sin condiciones al Gobierno británico para solventar la crisis mediante la intervención en el sistema financiero y se comprometió a no utilizar políticamente la crisis. En plena vorágine, el primer ministro, Gordon Brown, se reunió en Downing Sreet con el canciller del Exchequer, Alistair Darling, y con el Gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King. El responsable del Tesoro se comprometió a hacer "todo lo necesario" para salvaguardar la economía británica.
Los 'tories' se ofrecen a Brown para reformar el sistema financiero
Por la tarde fue Brown el que, en declaraciones a la BBC, se comprometió a hacer "lo que haga falta" para salvaguardar los depósitos de los ahorradores y anunció que el mínimo garantizado en caso de problemas se elevará en los próximos días de los actuales 46.500 euros a 66.500. Pero rechazó la idea de aprobar una medida similar a la puesta ayer en marcha por el Gobierno de Irlanda, que ha garantizado por dos años los depósitos de seis grandes bancos nacionales.
El Reino Unido, cuyo sistema financiero está muy ligado al estadounidense, es el país europeo más afectado por la crisis. El Gobierno ha tenido que nacionalizar dos bancos, Northern Rock y Bradford & Bingley, y ha salvado al HBOS del colapso forzando su fusión con el Lloyds TSB al precio de saltarse la normativa sobre la competencia. Un proyecto de fusión que empieza a enturbiarse entre rumores de que Lloyds TSB se dispone a revisar a la baja el preacuerdo de la fusión.
La inestabilidad en el Reino Unido ha dejado en evidencia a los conservadores, que en las últimas semanas han parecido oponerse a las presiones a favor de una mayor regulación de los mercados financieros. Tras la conmoción creada por el rechazo al plan de rescate de Wall Street, el líder conservador, Cameron, compareció por sorpresa ante las bases del Partido Conservador, que celebra en Birmingham su congreso de otoño. "Creemos en el sistema de libre empresa, pero no creemos en el todo vale", aclaró. Y matizó: "No podemos utilizar la crisis para enterrar el sistema de libre empresa, pero hay que reformarlo".
El líder tory prometió apoyar la legislación que prepara el Gobierno para facilitar el rescate de bancos en crisis por el Banco de Inglaterra. También pidió al Gobierno que acelere la nueva legislación para proteger los depósitos de los ahorradores y la creación de un sistema europeo que solvente los apuros de los bancos para obtener créditos.
La oferta de colaboración fue recibida con frialdad por el canciller del Exchequer, que estima que tiene ya "los poderes necesarios, como ha quedado claro en la crisis del Northern Rock y con Bradford & Bingley". Darling aceptó el domingo vender a Abbey Bank, controlado por el Santander, los depósitos y las oficinas del B&B y nacionalizar los créditos del banco.
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