Kerviel rechaza convertirse en "el chivo expiatorio" de Société Générale

Jérôme Kerviel, el operador de Société Générale (SG) acusado de haber causado un quebranto de 4.900 millones de euros a este banco arriesgando hasta 50.000 millones en los mercados financieros, habló ayer públicamente por primera vez desde que se destapó el escándalo. En una breve entrevista con un periodista de la agencia AFP, Kerviel reconoció su "parte de responsabilidad" en las pérdidas sufridas por SG pero rechazó cargar con toda la culpa.

"He sido designado [como único responsable] por SG. Asumo parte de mi responsabilidad pero no seré el chivo expiatorio de SG", dice Kerviel, que aceptó entrevistarse durante un cuarto de hora en el despacho de su abogada Elisabeth Meyer. "Nunca he tenido ambiciones personales en este asunto", añade, "mi objetivo era hacer ganar dinero al banco". "Se pierde la noción de las cantidades cuando se entra en este tipo de oficio. Se desmaterializa. Uno se deja llevar un poco", admite.

El supuesto causante del mayor agujero a una institución financiera de la historia, un hombre que habla con "una voz tímida y dulce", según el entrevistador, vive ahora en casa de unos amigos en la región parisiense. Desde que estalló el escándalo, ha mantenido contactos "restringidos" con su familia, a la que quiere "proteger de la mediatización". Juzga "realmente opresivo" el "ruido mediático" que se ha generado en su entorno, pero asegura que no ha intentado huir en ningún momento. "No soy un suicida ni un depresivo".

El lunes fue interrogado por primera vez sobre el fondo del asunto por el juez que lleva el asunto, Renaud van Ruymbeke, uno de los magistrados más conocidos de Francia. Kerviel se encuentra actualmente en libertad con cargos, aunque el fiscal había pedido su ingreso en prisión, lo que el juez denegó. El ministerio público ha presentado un recurso contra esta decisión que se verá el próximo jueves. Pese a que, según fuentes de Interior, Kerviel goza de protección policial, la nota de la agencia AFP finaliza señalando que el joven operador, acabada la entrevista, abandonó solo y a pie el despacho de su abogada y salio paseando, "anónimo" por las calles de París.