"Hay empresas que no se sienten representadas en la CEOE"
Santiago Herrero (Sevilla, 1947) conoce a la perfección las organizaciones patronales: participó en crear la confederación sevillana (1977) y también en la andaluza, la actual CEA que preside. Intentó sustituir a José María Cuevas en 2007. Pero el histórico líder de CEOE había decidido que le sustituyera Gerardo Díaz Ferrán y no lo logró. Esta vez se siente más respaldado y seguro del triunfo. Afirma que no tiene compromisos y que la patronal debe parecerse a una empresa.
Pregunta. ¿Cree que tiene posibilidades reales de ser presidente de la CEOE?
Respuesta. Cuento con apoyos suficientes para respaldar mi candidatura y me siento receptor de muchos votos internos de la organización. Si no, no me presentaría. Además, creo que represento una opción donde los debates internos de la CEOE se pueden personalizar en un voto. Es una buena candidatura, la presenté el primero, y luego se han presentado otras dos que eran previsibles. Intuyo que pueda haber una cuarta, porque hay gente que está a la búsqueda de un cuarto.
"Intuyo que puede haber una cuarta candidatura. Hay gente que lo busca"
P. ¿Cómo le sentaría volver a quedarse en el camino?
R. No creo que se vaya a dar, y por eso me presento. Y no entiendo la primera como una derrota en términos cualitativos. Lucho porque triunfen una serie de ideales, y me expongo para ese triunfo. Me expuse porque entendía que el modelo podría dar lugar a problemas, el tiempo me dio la razón, y esa razón me alivia de la derrota cuantitativa.
P. ¿Se dice que tiene un pacto con el señor Rosell?
R. No, no tengo ningún pacto ni con el señor Rosell ni con nadie. No excluyo que pueda haber un consenso, incluso me aplico en su búsqueda, pero no tengo ningún pacto, ni antes ni ahora.
P. Pero si hay consenso sería con usted como presidente.
R. Evidentemente, en estos momentos, puedo ofrecer un consenso en el que yo sea el eje.
P. Dijo que la CEOE corre el peligro de desmembrarse. ¿Con cuál de sus rivales ocurriría eso?
R. Ocurriría si no sabemos resolver todo este proceso de forma conveniente. El problema es que hay empresas que no se sienten representadas y otras que se sienten mal representadas. Y no es una cuestión de tamaño, sino de percepción empresarial. Y si eso continua así, lo lógico es que esas empresas busquen agruparse en otro sitio donde crean que se representan mejor sus intereses, y eso les lleve a adjetivarse de distinta forma y a disminuir el poder de la CEOE.
P. ¿Por qué la CEOE ha permitido que su imagen se deteriore tanto con Díaz Ferrán?
R. En las organizaciones de intereses hay siempre una percepción de que el interés está por encima de cualquier cuestión y eso lleva a una lealtad institucional y organizativa, en la que se busca que se resuelva el problema desde el punto de vista interno, y no afrontando decisiones drásticas que comportan un riesgo.
P. Si gana, ¿dejará que Díaz Ferrán sea presidente de la Fundación CEOE?
R. Dije ante la junta directiva de la CEOE que no voy a adquirir compromisos previos y no necesito hacer guiños ni al pasado ni al futuro.
P. Usted habla de cambio de modelo en la forma de dirigir la CEOE. Concrete su sistema.
R. Creo que hay que ir a un Gobierno colegiado de la organización. Nadie creería en algo que solo tuviera una persona y escasa estructura detrás, y por tanto hace falta un gobierno colegiado, que sea potente y se perciba desde fuera, con la autonomía e independencia necesaria. Creo que la CEOE a lo que se debe parecer es a una empresa.
P. ¿Por qué le atacan su política de pactos en Andalucía?
R. A cada candidato se le ha colgado un sambenito o estigma, y a mí me han colgado el de que soy proclive a pactos con el Gobierno [andaluz, del PSOE]. Creo que la obligación de un presidente de una organización de intereses es la de convenir o discrepar con los Gobiernos y dialogar con las oposiciones.
P. ¿Con usted al frente de la CEOE se hubiera pactado otra reforma laboral diferente?
R. No. He sido y soy presidente de la Comisión de Relaciones Laborales de la CEOE y he tenido un papel muy activo en la negociación de la reforma laboral, y no era pactable por parte de la organización empresarial lo que hubo encima de la mesa y, por supuesto, ni el decreto ley, ni la ley después debatida en el Parlamento. La reforma aprobada es insuficiente, y no se puede pensar que con cargo a ella se puedan llevar a cabo contrataciones.
P. ¿Cómo ve la ronda de contactos abierta por el Gobierno?
R. El diálogo social tiene que tener una característica de permanencia, y más en situaciones como la que vivimos. Otra cosa es que se firmen acuerdos, pero el ejercicio del diálogo social debe ser permanente.
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