Europa embiste contra las agencias de riesgos tras el castigo a Portugal
Berlín y Bruselas defienden "romper el oligopolio" de Moody's, S&P y Fitch
El pulso entre la UE y las grandes agencias de calificación se encona. Destacados líderes europeos arremetieron ayer contra las compañías estadounidenses y en especial contra Moody's, un día después de que esta última agencia rebajara cuatro escalones la valoración de Portugal, desestabilizando los mercados. El euro, las Bolsas y los bonos sufrieron de lo lindo. Frente a los ataques de Bruselas y Berlín, las agencias respondieron con más madera: Moody's aseguró que una cuarta parte de los bancos europeos suspenderán las pruebas de esfuerzo, y dejó la nota de Bankia -la clave para que España se aleje de la zona de peligro- a dos pasos del bono basura. Además, los mercados especularon con la posibilidad de que Irlanda siga los pasos de Portugal y su deuda pierda el grado de inversión. Es decir, en apenas dos días las agencias han vuelto a poner en la diana a España, y a dudar de los rescates (Portugal, Irlanda) y de la salud del sistema financiero.
Las Bolsas y el euro sufren caídas tras la rebaja de la nota de la deuda lusa
La prima de riesgo de Portugal, Irlanda e Italia se dispara a máximos
Irlanda podría ser la próxima víctima con una degradación de su calificación
Salgado se muestra "sorprendida" por los argumentos de Moody's
Bruselas llegó a poner en duda la honradez de las agencias. El presidente de la Comisión, el portugués José Manuel Durão Barroso, advirtió que Moody's "no aporta claridad, sino que añade otro elemento de especulación" a la crisis. Barroso precisó que las instituciones europeas "conocen mejor a Portugal y por tanto su análisis es más refinado". El jefe del Ejecutivo comunitario recordó que el programa de Portugal está sometido a "revisiones trimestrales" y cuestionó el valor de la decisión de la agencia porque desde su última rebaja (a mediados de marzo) no se han conocido nuevos datos.
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, avisó de que Moody's no ha tenido en cuenta el compromiso del nuevo Gobierno portugués de "tomar medidas adicionales" a las ya comprometidas si el déficit se dispara. Su portavoz cuestionó la decisión de la agencia argumentando que la Comisión Europea, el BCE y el FMI no presentarán su primera evaluación del programa pactado con Portugal hasta agosto. Tanto Barroso como Rehn apuestan por la creación de una agencia europea, al igual que el Parlamento.
También Berlín está en esa línea. El ministro de alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, abogó por "romper el oligopolio de las agencias de calificación" un día después de que la canciller Angela Merkel abogara por no dar importancia a las notas de las agencias. Los países más perjudicados por la catarata de rebajas en las calificaciones llevan semanas criticando con dureza a las tres grandes compañías del sector (Moody's, Standard & Poor's y Fitch controlan el 90% del mercado). El ministro de Asuntos Exteriores de Grecia, Stavros Lambrinidis, descalificó la reciente decisión sobre Portugal, precisando que "esta rebaja no se basa en el hecho de que Lisboa no haya hecho su trabajo de reformas, sino en la hipótesis de que el país va a necesitar una nueva ayuda". "Esa es la locura de esta profecía autocumplida", añadió. La vicepresidenta española Elena Salgado se mostró "sorprendida" por los argumentos de Moody's para rebajar la deuda portuguesa hasta la categoría de bono basura.
El castigo en los mercados fue duro. Las primas de riesgo volvieron a escalar tras el oasis de los últimos días, en los que parecía que se abría paso el segundo rescate a Grecia. La española sufrió la mayor subida desde abril (20 puntos básicos, hasta 267), y peor les fueron las cosas a las de Irlanda e Italia, que marcaron récords. El euro bajó a 1,43 dólares.
Pero el golpe de Moody's a la deuda portuguesa se dejó sentir con más fuerza en Lisboa. El PSI-20, principal índice luso, sufrió un severo castigo, con pérdidas del 3,03% y todas las cotizaciones en negativo. Fue una jornada negra, comparable con la del 25 de mayo de 2010, cuando Grecia ya había pedido ayuda externa y arreciaban los rumores de que Portugal podría seguir el mismo camino. Las acciones de los cuatro grandes bancos privados cayeron en picado. El BCP, el mayor de ellos, perdió hasta el 7%.
La prima de riesgo de la deuda portuguesa alcanzó récords desde todos los puntos de vista. El diferencial entre las Obligaciones del Tesoro a 10 años y los bonos alemanes superó la barrera psicológica de 1.000 puntos básicos, un valor nunca visto desde la creación del euro y que significa que Portugal paga por sus bonos a 10 años más del 12%, frente al 2,9% que abona Alemania. También los intereses del bono a dos años experimentaron fuertes subidas.
"Es como un puñetazo en el estómago", dijo el primer ministro, Pedro Passos Coelho, en una reacción que combina el enojo y la impotencia del nuevo Gobierno de centro-derecha. En sus primeros días, el Ejecutivo portugués, con mayoría parlamentaria, ha mostrado la firme voluntad de cumplir el severo programa de austeridad pactado por la UE y el FMI como condición del rescate financiero de 78.000 millones.
Las reacciones contra Moody's se produjeron en cadena durante todo el día. Entre las voces que hablan de "terrorismo", "insulto" y "provocación", el presidente Aníbal Cavaco Silva dijo que nada justifica el varapalo de Moody's. Ricardo Salgado, presidente del Espirito Santo y uno de los hombres más influyentes del país, habló de un disparo certero al "navío Portugal" de "la flota europea" en la guerra que libran el dólar y el euro. Y añadió que es una pena que "la flota europea se haya dejado cercar por las agencias de calificación norteamericanas".
Esa dialéctica -Europa contra EE UU- aparece cada vez que las cosas se complican con las agencias. Las tres compañías mantienen la máxima nota para EE UU y Reino Unido, con niveles de déficit y de deuda peores que el de la eurozona en su conjunto, aunque las agencias han dejado claro que una de las razones es el liderazgo difuso de Europa y las dudas que despiertan los planes de rescate a los países más golpeados.
Las críticas a las agencias han sido uno de los escasos flancos en los que la eurozona ha hablado con una única voz. El comisario Michel Barnier, encargado de la regulación relativa a las agencias, aseguró ayer que han cometido "profundos errores" durante la crisis: "Deberían aprender de las lecciones del pasado". "Invito a las agencias, que están bajo el control de los supervisores nacionales, a ser extremadamente cuidadosas con las reglas de la UE", avisó Barnier, que prepara nuevas normas para ellas en otoño.
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