Ejecutivos sin control en las cajas
Directivos de entidades de ahorro arruinadas y rescatadas por el Estado reciben indemnizaciones millonarias por la falta de vigilancia de los consejos y del supervisor
Reino Unido es uno de los países más golpeados por la crisis de la banca y donde la población ha demostrado más enfado. Uno de los puntos álgidos de esta irritación tuvo lugar cuando se hizo público que Sir Fred Goodwin, uno de los más malos de esta película, ex consejero delegado de Royal Bank of Scotland, iba a cobrar 17 millones de libras (20 millones de euros) tras dejar el banco arruinado. El furor de la prensa y los ataques personales llegaron al límite de que unos desconocidos apedrearan la casa del exbanquero en Edimburgo. Ante el escándalo, Goodwin aceptó devolver una pequeña parte de su pensión.
En España no han llegado las aguas tan arriba, pero también hay algunos goodwin. En estas semanas se han conocido escandalosas indemnizaciones y fondos de pensiones cobrados al marcharse los ejecutivos de cajas al borde de la quiebra. El ramillete de los horrores va desde pensiones vitalicias de 370.000 euros anuales (la ex directora general de la CAM), fondos de pensiones de más de 16,5 millones (el ex director general de Caixa Galicia) hasta prejubilaciones con seguros de cobro vitalicio de 10,8 millones (el ex director general de Novacaixagalicia). Y esto solo es lo que han destapado algunos cambios en la gestión. La gran incógnita es cuánto cobran en otras cajas que no han salido a la luz.
Se unió la codicia, los altos ingresos, baja cualificación y falta de vigilancia
El Banco de España dice que solo mira los salarios si hacen peligrar la solvencia
Quintás, presidente de la CECA, alertó de la dictadura de los ejecutivos
Los escándalos van desde cuantiosas prejubilaciones a pensiones vitalicias
¿Por qué nadie ha impedido estos desmanes? La respuesta es compleja y se remonta a los años de la burbuja inmobiliaria. Se unieron varios factores: la codicia de algunos gestores, la falsa sensación de beneficios en constante crecimiento, la baja cualificación profesional de los miembros de los consejos de administración, la falta de control legal por la desidia del poder político y la ausencia de supervisión desde el Banco de España.
Algunos directivos, los que gozan de prestigio en el sector y no se han visto salpicados ni por problemas de solvencia ni por remuneraciones extraordinarias, destacan que no es una casualidad que las entidades peor gestionadas fueran las que mejor pagaban a sus directivos. "Lo lógico hubiera sido que en el momento en que el Estado puso un euro en una caja, la ley obligara a que se hicieran públicas las remuneraciones completas (pensiones, blindajes y créditos) de todos los ejecutivos", comenta un consejero de una entidad ayudada por el Estado. No hay que olvidar que las primeras inyecciones de capital público fueron en junio de 2009. Ignacio Garralda, presidente de Mutua Madrileña y primer directivo del sector asegurador que ha desvelado su salario, insiste en esta idea: "La sola obligación de hacer público la remuneración ya es una limitación y un freno para los abusos". Lo cierto es que ni siquiera la salida a Bolsa de Bankia y Banca Cívica ha empujado a que sus primeros directivos hagan pública su retribución individualizada. Isido Fainé, presidente de CaixaBank, sí lo ha hecho: hasta junio ha ganado 1,34 millones.
La idea más asumida por la sociedad es que las cajas están bajo el control de los políticos, los sindicatos, los ayuntamientos y las comunidades autónomas. Pero un grupo de ejecutivos supo dar a cada uno lo que quería (con el dinero de la caja, por supuesto) para no estar bajo la tutela real de nadie. El propio Juan Ramón Quintás, expresidente de la CECA, la patronal de las cajas, alertó de esta dictadura de los ejecutivos, pero no se hizo nada. Estos gestores se manejaron en un complejo mundo de intereses cruzados con desparpajo y falta de ética. Y cuando temieron que se acercaba el final, la ambición fue mayor. "En las cajas de las que se habla estos días, los mayores sueldos e indemnizaciones se los pusieron cuando percibieron que su futuro era incierto, a partir de 2006 o 2007. Entonces se asignaron salarios de 650.000 o 700.000 euros sin escrúpulos, cuando la media del sector está en 500.000 euros para entidades de su tamaño", dice un cazatalentos que pide el anonimato.
Por ejemplo, los consejeros de CCM se duplicaron la remuneración en tres años, desde 2004 a 2007, y cobraron 2,17 millones. Miguel Castillejo, presidente durante tres décadas de la quebrada Cajasur, infló la póliza en un millón hasta los 4,3 millones, cuatro meses antes de jubilarse en 2005.
¿Por qué no dieron cuentas a nadie? La legislación permisiva y la baja cualificación de los consejeros permitieron que los altos directivos estuvieran sin control. Incluso de las comisiones de retribuciones. "La situación no es muy diferente a la de los bancos, pero aquí es más escandalosa por las ayudas. La obligación legal es desglosar el salario solo en la Comisión de Retribuciones. En muchas cajas, el comité de dirección presenta una propuesta de remuneración, comparada con estudios encargados por ellos, y siempre se aprueba. Después pasan las cantidades agregadas al consejo y se aceptan. Se hace lo que dice el Rey Sol", ironiza José María Martínez, secretario general de CC OO de banca, sindicato mayoritario en el sector.
La siguiente cuestión es si Comisiones ha hecho autocrítica y qué hicieron sus representantes cuando estaba en esos consejos. "No tenemos presencia en ninguna de las tres cajas intervenidas, CCM, CAM y Cajasur, en algunas de ellas porque nos echaron", aclara. "En otras pedimos los desgloses, como en Galicia. Nos dijeron que eran 'cuestiones privadas' y votamos en contra. De todas formas, asumimos la parte de responsabilidad que nos toque", responde Martínez. José Manuel Villa, máximo responsable de UGT de banca, no llega tan lejos en la autocrítica y denuncia la última posición de la patronal con el convenio: congelación salarial en dos años por las malas perspectivas de ingresos. "Para pagar indemnizaciones no les preocupan los ingresos", dice con sarcasmo.
Las cajas se regulan por la Lorca, la Ley Financiera de 2002, y los Códigos de Buen Gobierno. Tras el estallido de la crisis, el G-20, en 2009, instó a Bruselas a que modificara la legislación para controlar el sueldo de los banqueros. El Gobierno incluyó las modificaciones en la Ley de Economía Sostenible, presentada al Congreso ese mismo año. Sin embargo, la ley no se aprobó hasta marzo pasado, casi dos años después. Hasta junio no se autorizó al Banco de España a redactar la circular de vigilancia de las retribuciones, que se aplicará en 2013. Algunos recuerdan que la Constitución se ha modificado en 15 días, pero para controlar a los banqueros han hecho falta más de dos años. Curioso.
¿Y el Banco de España? Su argumento es que la ley le obliga a vigilar los salarios solo si ponen en riesgo la solvencia de la entidad. Sin embargo, algunos recuerdan que el supervisor impidió que Fernando Casado cobrara 600.000 euros por presidir CatalunyaCaixa y que rebajó en un 20% los bonus del equipo de Rodrigo Rato en Bankia. "El gobernador sabía las cajas que estaban mal desde hacía años y podía haber revisado los sueldos de los gestores", dice un exdirectivo del Banco de España. "Lo más triste es la falta de responsabilidad civil y penal de gestores y políticos que han mangoneado en las cajas a su gusto. No todo se acaba con su cese. Hay que buscar responsabilidades", reclamó en Cinco Días Abel Veiga, profesor de Derecho Mercantil de Icade.
Los responsables de las cajas y sus retribuciones
R. LÓPEZ ABAD CAM Casi cuatro millones por prejubilarse
Roberto López Abad gestionó la CAM de 2001 a 2010, es decir, durante su trayectoria negra hasta al hundimiento. Al prejubilarse obtuvo una indemnización de 3,8 millones, además de otra cantidad millonaria en pensiones. El fondo de rescate bancario reclamará judicialmente el dinero.
M. BLESA Caja Madrid La antigua cúpula reclama 25 millones
Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid hasta enero de 2010, y nueve directivos más tenían previsto cobrar 25 millones como bonus tras dejar la entidad en una apurada situación económica. Caja Madrid ha anulado el pago. Los ejecutivos reclaman judicialmente el dinero.
J. L. PEGO Caixanova Premio para una caja nacionalizada
José Luis Pego fue directivo de Caixanova, una caja menos contaminada por el ladrillo que Caixa Galicia, aunque la unión de ambas hundió a la entidad resultante, Novacaixagalicia, que está nacionalizada. Pego, de 54 años, cobrará 10,8 millones por prejubilación y pensión.
J. L. MÉNDEZ Caixa Galicia 16,5 millones tras 29 años de poder total
José Luis Méndez fue director general de Caixa Galicia durante 29 años, periodo de una fuerte expansión y vertiginosa caída por el ladrillo. Vetado por el supervisor, abandonó la caja tras convertirse en Novacaixagalicia, ahora nacionalizada. Ha cobrado al menos 16,5 millones como pensión.
T. GARCÍA MONTES CAI Pelea en el tribunal por cuatro millones
Tomás García Montes, director general de Caja Inmaculada de Aragón, fue despedido en diciembre de 2009 tras la fusión con la caja Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz. Reclama 4,2 millones de indemnización en los tribunales porque la entidad pretende rebajar la cantidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.