Doce aeropuertos sin controlador

El ministro de Fomento está decidido a abaratar los costes de navegación aérea, para lo que necesita rebajar los sueldos de los controladores españoles y "racionalizar" sus condiciones de trabajo. José Blanco apeló a la responsabilidad y compromiso de los controladores como profesionales y ciudadanos para equipararlos a los del resto de países europeos. Desveló que alguno de los 2.400 profesionales que trabajan en el control de tráfico ha llegado a cobrar 900.000 euros al año. De esa cifra unos 200.000 euros son su salario y cerca de 700.000 euros corresponden a horas extra, según fuentes de Fomento, que indican que sólo en horas extra ese controlador gana unos 2.600 euros brutos (1.500 netos) diarios. Hay otros 28 controladores que percibieron más de 700.000 euros y 713 que cobran entre 360.000 y 540.000 euros. "No hay derecho, no estoy dispuesto a mantener esta situación", proclamó el ministro. El sindicato USCA no quiso responder "de momento".

Con esos sueldos, los costes de navegación son muy elevados y como las tasas tienen que reflejarlos, se compensa con tarifas más baratas en los aeropuertos, lo que genera, según el ministro un déficit de unos 300 millones. Un "obstáculo estructural" que limita la capacidad de competir de España.

Además de diversas actuaciones como la liberalización de la prestación de esos servicios, una de las ideas para bajar los costes es eliminar los controladores aéreos en aeropuertos con menos de 50 operaciones diarias. Blanco dijo ayer que hay "al menos una docena" que podrían funcionar con el sistema AFIS, por el que se proporciona información al piloto sobre las condiciones del aeropuerto, pero no se le guía ni se le separa de otros aviones.

El ministro no dio una lista pero Aena explica que hay muchos con pocas operaciones pero que, por ejemplo, los que tienen control militar lo mantendrán y que hay circunstancias como la meteorología o la orografía que pueden determinar la decisión. Como candidatos seguros a ese servicio AFIS citan a El Hierro, La Gomera, Logroño o Huesca. En Córdoba se operó durante unos meses con ese sistema pero los vuelos regulares duraron muy poco.

De momento el nuevo aeropuerto de Lleida (que promueve la Generalitat de Cataluña) empezará a operar en breve con controladores proporcionados por Aena, al mismo precio que le cuestan a la empresa pública.

En esa idea de buscar una navegación aérea competitiva, Blanco solicitó varias veces el respaldo de los grupos parlamentarios, pero sin mucho éxito. El portavoz de ICV, Joan Herrera, le contestó que si esos costes son tan altos es porque el sistema que lo ha permitido no es eficaz y el de CiU, Pere Macias, culpó al PP del convenio que tienen los controladores (se aprobó en 1999).

Blanco no quiso señalar a nadie como responsable de esta situación y apeló en varias ocasiones a la colaboración de los grupos políticos. Incluso llegó a decir que está conjurado a "coger el toro por los cuernos". "Apelo a sus señorías a que estén detrás del Gobierno en las decisiones que va a tomar" si no hay un acuerdo con los controladores este primer trimestre del año para establecer un nuevo convenio.

El único que le echó un capote fue el portavoz socialista, Rafael Simancas, que echó de menos el apoyo al ministro en ese terreno en su primera intervención para ver si se animaban los diputados. Pero sólo hubo un tímido apoyo implícito, sin más compromiso.