Costa Rica lleva a la cumbre su conflicto con Nicaragua
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no acudió a Mar del Plata, precisamente para no verse "sentado en el banquillo" de los acusados
El conflicto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua irrumpió en la cumbre iberoamericana dejando en evidencia las tensiones latentes que amenazan a una región que disfruta uno de sus más largos periodos de paz, democracia y prosperidad. Fue la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, quien llamó a los demás mandatarios a intervenir y "no cerrar los ojos" ante la "flagrante ocupación militar y devastación ambiental" causada por el Ejército nicaragüense en parte de su territorio.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no acudió a Mar del Plata, precisamente para no verse "sentado en el banquillo" de los acusados, según sus palabras, pero su representante, la presidenta del Tribunal Supremo de su país, Alba Luz Ramos, rechazó un pronunciamiento sobre el contencioso, alegando que hacerlo sería prejuzgar el resultado del procedimiento abierto en la Corte Internacional de La Haya. El contencioso se remonta al pasado 18 de octubre, cuando Managua comenzó obras de dragado en la desembocadura del río San Juan, en la frontera de los dos países. Costa Rica, uno de los estados del mundo que carece de ejército, envió un contingente de policía armada y Nicaragua contestó con la instalación de un destacamento militar en la isla Calero, en medio del río, cuya soberanía se disputan ambos vecinos. Costa Rica ha pedido la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) y acusa a Nicaragua de haber invadido su territorio, mientras que Managua lo niega y solo admite el dictamen del tribunal de La Haya, que espera favorable, porque ya le dio la razón en 2009.
El litigo surgió también en el tradicional desayuno que el Rey de España ofreció a los mandatarios centroamericanos. Según explicó la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, España está dispuesta a formar parte de un Grupo de Amigos que medie entre los dos países, si la iniciativa sale adelante, aunque hasta ahora no cuenta con el imprescindible visto bueno de Managua. El presidente panameño, Ricardo Martinelli, pidió a sus dos vecinos que solucionen su contencioso a través del diálogo. "Nuestra pelea debe ser contra la desigualdad, el subdesarrollo o el narcotráfico. No podemos perder energía peleando entre otros", enfatizó.
La jefa de la diplomacia española charló con el representante marroquí en la cumbre, Omar Azziman, ex embajador en España y responsable del proyecto de descentralización marroquí, con quien "intercambió impresiones" sobre los últimos acontecimientos, incluidas las resoluciones de los parlamentos español y marroquí. Jiménez intentó desmarcarse de las mismas. "Yo represento al Ejecutivo de España y mantengo relaciones con el Ejecutivo marroquí", contestó, no dándose por aludida ante el propósito de los diputados marroquíes de reabrir el contencioso de Ceuta y Melilla.
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