Las causas y el coste del despido hacen fracasar el diálogo social
El Gobierno trasladará el viernes por separado a patronal y sindicatos su propuesta de reforma.- CEOE y CC OO se culpan mutuamente de la falta de acuerdo
La reforma laboral saldrá adelante sin acuerdo. Tras casi 11 horas de intensa reunión, el Gobierno, la patronal y los sindicatos han concluido al filo de las seis de la mañana las negociaciones para pactar los cambios en el mercado de trabajo. Pese a que la duración del encuentro hacía presagiar que el acuerdo estaba más próximo que hace unos días, las diferencias en los planteamientos, especialmente en lo referente al despido, han frustrado las expectativas.
Fuentes del Ministerio de Trabajo han constatado que "no ha habido margen para el acuerdo" entre las tres partes tras que este departamento pusiese sobre la mesa su última propuesta. Según el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, las causas para poder hacer un despido procedente y la cuantía de las indemnizaciones han sido las cuestiones principales por las que han acabado sin acuerdo. A partir de ahora, el Ejecutivo se reunirá por separado con las partes para entregarles el texto del decreto que prevé aprobar la próxima semana. Según ha confirmado la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, el próximo encuentro, ya bilateral, está previsto para mañana, viernes.
Trabajo planteaba subvencionar el despido en su último esquema de reforma laboral
Toxo recomienda al Gobierno que "no haga de Salomón" porque puede acabar haciendo "un pan como unas hostias"
"Lamentablemente, tengo que decir que los sindicatos no quieren ver la realidad y no sé por qué no la quieren ver, pero realmente se deberían de preocupar, incluso tanto o más que nosotros, de que esa cifra de paro que tenemos ahora, cercana a los cinco millones de parados, no vuelva a suceder nunca más en España. Desgraciadamente no sé ni lo entienden, no lo comprenden, o no lo quieren entender, pero no hay manera de que se den cuenta de esa necesidad de reforma laboral profunda", ha denunciado Díaz Ferrán en declaraciones a Onda Cero.
"Aquí no se trataba de aproximar posturas, porque esto no era una negociación para un convenio colectivo, aquí se trata de hacer una reforma profunda y global, que es la que necesita el país y la que tiene que dar confianza a los inversores y a los mercados. Esto, después de muchos días y de tantas horas, hemos visto que es imposible. Esto se ha acabado", ha añadido. Unas horas después, a su llegada a un almuerzo en el Foro Nueva Economía ha insistido en cargar contra el "inmovilismo" de los sindicatos. "Lo que toca ahora es que se apruebe la reforma laboral", ha defendido antes de afirmar que seguirá como presidente de la CEOE pese al fracaso de las negociaciones ya que nunca se ha planteado lo contrario.
Desde los sindicatos, el secretario general de CC OO, Ignacio Toxo, ha advertido al Gobierno de que "tiene una papeleta" a la hora de plantear la reforma laboral, por lo que le ha aconsejado que "procure no hacer demasiado de Salomón", puesto que no hay "equilibrio entre la posición empresarial y sindical" y puede acabar haciendo "un pan como unas hostias".
Sobre la reunión, Toxo ha insistido en que los sindicatos hicieron "una oferta muy generosa" al plantear como alternativa a la tutela judicial una vía de arbitraje, que no ha encontrado "la consideración suficiente" de la CEOE. "En el fondo lo que perseguían era la discrecionalidad en el despido", ha opinado, lo que serían "palabras mayores", puesto que se estaría "hablando de despido libre en toda la regla". Aunque ha negado que esta reunión suponga el cierre del diálogo social, sí ha reconocido que se trata de un "episodio muy importante", pero no el fin del diálogo. "O al menos yo no lo entiendo así", ha concluido.
"El Gobierno ha puesto todo el empeño y todas las horas
Sin embargo, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha rechazado la idead de "culpar" a nadie del fracaso y se ha limitado a señalar que, aunque al Gobierno le hubiera gustado, no ha sido posible llegar a un acuerdo ante la complejidad de acercar las posiciones defendidas por ambas partes. "El Gobierno ha puesto todo el empeño, toda la voluntad e incluso todas las horas", ha reiterado. A partir de ahora, ha señalado, el Ejecutivo debe pensar en el futuro y procurar que el nuevo empleo que se genere sea más estable y que haya menos temporalidad.
Con el esfuerzo último de ayer, en el que los responsables de patronal y sindicatos recibieron dos documentos con las propuestas principales del Ejecutivo, las partes dan por concluida la negociación de reforma laboral. El Gobierno citará, eso sí, por separado a patronal y sindicatos para establecer una ronda de consultas -no negociación- sobre el decreto que lleva semanas preparando ante la evidencia de que el acuerdo resultaba complejo. Será el próximo viernes, según han asegurado de madrugada fuentes de la negociación, después de que los agentes sociales reciban el documento final que el Ejecutivo pretende aprobar en el Consejo de Ministros del próximo día 16. "El Gobierno "seguirá propiciando el consenso", ha asegurado hoy María Teresa Fernández de la Vega, tras confirmar que mañana hará llegar el documento a los agentes sociales.
Con el texto en la mano, sindicatos y patronal expresarán el viernes su opinión a los representantes del Ministerio de Trabajo. Ante la falta de acuerdo, el Gobierno tendrá que aprobar la reforma por decreto y en este caso no tiene garantizada la mayoría en el Parlamento. Sobre este punto, la vicepresidente segunda, Elena Salgado, ha adelantado que el Gobierno "intensificará" el diálogo con las fuerzas políticas para recabar su apoyo.
El encuentro comenzó a las 19.30. A las 2.30 de la madrugada aún le quedaban "horas", según aventuraban fuentes de la negociación. A las 3.30 la reunión continuaba. Un poco antes, asesores jurídicos de los sindicatos UGT y CC OO y de la patronal llegaban al Ministerio de Trabajo para incorporarse a la reunión. Finalmente, concluyó poco antes de las seis de la mañana.
La paradoja reside en que ninguna de las partes admite que lo dilatado de la sesión haya sido sintomático de un acercamiento de posturas. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y el jefe de gabinete de La Moncloa, José Enrique Serrano, presidieron la cita en la sede de Trabajo. Por la parte sindical acudieron los secretarios generales de UGT (Cándido Méndez) y CC OO (Ignacio Fernández Toxo), y por CEOE, su presidente, Gerardo Díaz Ferrán. El encuentro estaba fijado como la última oportunidad, aunque el propio Corbacho abrió antes de la reunión la puerta a seguir negociando hasta este domingo.
Vía rápida para descolgarse del convenio
Por primera vez en un documento oficial, el Gobierno ha aludido a la negociación colectiva como vía para capear la crisis. Más allá de los costes del despido y los incentivos al empleo, el Ejecutivo ha encontrado una nueva fórmula para agilizar las decisiones empresariales en tiempos de crisis. Se trata de permitir que las empresas con dificultades puedan acogerse a la cláusula de descuelgue (es decir, desvincularse de lo pactado en el convenio, tanto en cuestiones salariales como en la organización del trabajo) sin necesidad de que haya acuerdo con los trabajadores.
En la actualidad, ese trámite suele ser complejo, pues requiere pactar con los trabajadores y eso suele llevar tiempo. Eximir al empresario de ese trámite cuando atraviesa dificultades le permitiría tomar más rápidamente decisiones que impactarían directamente en su cuenta de resultados. Para no dejar la decisión exclusivamente en manos empresariales, algo que encendería los ánimos sindicales, Trabajo plantea recurrir a un árbitro en esos casos. El mediador externo estudiaría la causa y emitiría un laudo de obligado cumplimiento para ambas partes. De ese modo, la empresa se ahorra el trámite judicial, que suele demorar las decisiones en momentos en que se necesita celeridad.
Hasta ahora, el documento más detallado de reforma laboral del Gobierno, presentado el pasado 12 de abril, reconocía la necesidad de cambios en la negociación colectiva, pero remitía al diálogo que tenían previsto acometer empresarios y sindicatos en este primer semestre del año. Con este cambio de rumbo, el Ejecutivo se adentra en el espinoso asunto de los convenios para aligerar el marco laboral.
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