California corre hacia la bancarrota
El gobernador Schwarzenegger emite pagarés ante la falta de ingresos fiscales
La fiebre del oro convirtió a California en la tierra prometida, el lugar donde los millonarios nacen al instante. Siglo y medio después, la octava mayor economía del mundo está a punto de claudicar ante la crisis. La cuna de Hollywood y de Silicon Valley tiene sus cofres vacíos, hasta el punto de tener que emitir miles de millones en pagarés a la espera de dinero fresco. Si no, la bancarrota será una realidad.
Una cifra. El déficit de California crece a un ritmo de 40 millones de dólares diarios (28,6 millones de euros). "Gastamos más de lo que tenemos", advirtió el gobernador Arnold Schwarzenegger el 1 de julio, cuando declaró la "emergencia fiscal" después de que su Senado fracasara en la aprobación del presupuesto con el que debería afrontarse un colosal agujero de 18.861 millones de euros. Y si no se pone freno a esta escalada, podría dispararse hasta los 29.997 millones para mediados del año próximo.
Los Estados con problemas recortan sueldos y contratos públicos
Las fuentes de ingresos del Estado de California son muy inestables, al ser muy dependientes de las tasas que se aplican a las plusvalías, que con el desplome bursátil han caído un 34%. La recaudación vía IVA también se ve afectada por el bajón en el consumo. Y además, California es de los Estados más castigados por el colapso del mercado inmobiliario. La situación es "dramática", asegura Schwarzenegger que ve como la recesión evapora los ingresos. "Hay que poner un torniquete a la hemorragia", remacha. Su idea es reducir este masivo déficit con un recorte drástico en el gasto, incluidos servicios sociales y educación. Los senadores demócratas, que controlan la Cámara, se oponen y quieren subir los impuestos a los ricos y a las petroleras.
En ausencia de presupuesto, el gobernador intenta ahorrar donde puede: recortando sueldos, suspendiendo contratos o retrasando las devoluciones de impuestos a los contribuyentes. También eleva los impuestos en algunos servicios. Pero ante la falta de dólares con que pagar a sus proveedores, hace una semana empezó a emitir los IOU (siglas en inglés de Yo Te Debo).
Por ley, California está obligada a pagar a empleados, escuelas y acreedores. Pero puede suspender los pagos a empresas privadas que proveen servicios al Estado bajo la promesa de que se les pagará con intereses. Los IOU se están convirtiendo así en la nueva moneda de cambio, hasta el punto de que estos pagarés pueden ser vendidos a terceros en eBay y Craigslist. Hacía 17 años que no se adoptaba una acción similar en la tierra prometida. La primera emisión de este tipo de deuda está valorada en más de 3.000 millones de dólares (2.151 millones de euros). Los IOU podrán ser realizados a su valor -más un interés del 3,75%- de aquí al 2 de octubre. O antes si se llega a un acuerdo presupuestario. Eso les da cierto atractivo. Pero si la crisis fiscal no se soluciona pronto, ni siquiera los pagarés serán suficientes para mantener los servicios básicos. California tiene ya el rating peor de la nación, y se teme que será rebajado aún más.
El grado de desesperación llega hasta tal extremo, que Schwarzenegger mandó al demócrata Darrell Steinberg, presidente del Senado, una escultura de dos testículos de toro, retándole a estar a la altura del reto. El legislativo dispone de poco más de un mes. Pero los grandes bancos no quieren esperar tanto, y están dejando de aceptar los IOU. Ello ha obligado a los políticos a retomar las negociaciones con un talante más constructivo.Los efectos en California amenazan, además, con sentirse en el resto del país. El déficit afecta a 44 de los 50 estados de la Unión. Y con una tasa media de paro que se acerca al 10%, la caída del consumo y el colapso inmobiliario, la Casa Blanca podría verse obligada a rescatarlos movilizando fondos públicos.
Con la actividad económica en contracción desde hace 18 meses y sin crédito, los gobernadores están recortando gastos, subiendo impuestos, eliminando empleos públicos y suspendiendo grandes proyectos públicos. El Estado de Illinois, por ejemplo, está dejando de pagar por los funerales de los indigentes. Otras iniciativas son de elevado riesgo político, como poner en libertad vigilada a decenas de miles de presos.
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