Bruselas pide una "red de fondos" para que los bancos paguen sus crisis
La UE desiste de poner en marcha un depósito a nivel europeo.- Apoya la creación de una tasa pero pospone los detalles para después del G-20
La Comisión Europea ha propuesto hoy la creación de una "red de fondos de resolución", alimentados por las propias entidades financieras mediante el pago de una tasa con el fin de que el contribuyente no tenga que volver a sufragar, a través del presupuesto público, futuras crisis bancarias. Al apoyar esta opción, Bruselas desiste de poner en marcha un fondo supranacional, aunque admite que tendría más beneficios. La creación de un fondo de resolución es uno de los varios frentes abiertos en la UE para afrontar la reforma de los sistemas de supervisión financiera a raíz de la crisis de liquidez que dejó al sistema al borde del colapso a finales de 2008.
Tampoco se trata de un instrumento para reflotar entidades en quiebra, sino de un mecanismo que permita gestionar ordenadamente la insolvencia de una entidad crediticia sin que ello desestabilice al conjunto del sistema. "Que los bancos, y no el contribuyente, paguen por los bancos", ése el propósito de la iniciativa, según ha defendido el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, el francés Michel Barnier, quien no ha querido adelantar cómo funcionarían ni el montante que debería alcanzar la red de fondos de resolución. En la actual crisis, los Gobiernos europeos han dedicado hasta el 13% del PIB para rescatar al sistema financiero. Según el Fondo Monetario Internacional, sería suficiente con que alcanzasen entre el 2% y el 4%.
Según las propuestas de la Comisión sobre la reforma de la regulación financiera de octubre de 2009, el objetivo de los fondos de resolución es proporcionar financiación para la transferencia de los activos dañados o las deudas a una entidad dañada a otra denominada puente y financiar la división entre bancos buenos y malos para limitar el impacto en el conjunto del sistema. "Los accionistas y los acreedores sin asegurar deben ser los primeros en afrontar las consecuencias de una quiebra bancaria", advierte Bruselas, preocupada por disipar el "riesgo moral" de que los bancos crean que cuentan con una red de seguridad gracias a estos fondos.
Rechazo a la petición de Reino Unido
La vía para financiar estos colchones sería a través de una tasa, tal y como reclamó el pasado marzo por el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn. En cuanto al cálculo de la misma, la propuesta de Bruselas contempla, sin decantarse por ninguna, varias opciones: gravar los activos, los pasivos o bien los beneficios y las primas a los directivos. "No quiero pronunciarme sobre esto. Está abierto a la reacción del sector bancario", ha afirmado el comisario de Mercado Interior, que concretará estos detalles en otoño. Lo que sí ha dejado claro es que rechazan la posibilidad de que este dinero no se destine directamente a los presupuestos nacionales, tal y como defiende Reino Unido ya que "las instituciones tendrían expectativas razonables de ser rescatadas", ha añadido.
Además, ha asegurado que se tendrán en cuenta los "efectos acumulativos" de la nueva tasa sobre las reformas que se están llevando a cabo para reforzar el nivel de capital de los bancos con el objetivo de no dificultar la recuperación económica ni aumentar el precio del crédito para la economía real, tal y como advirtió el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet. Al mismo tiempo, ha mostrado su preocupación si se pone en marcha de forma descoordinada y cada Estado elige sus propias cantidades porque se podría alterar la competencia y obstaculizar la cooperación transfronteriza durante las crisis.
Pendientes de la reunión del G-20
La tasa bancaria será examinada por los líderes del G-20 en la cumbre que se celebrará a finales de junio en Toronto. Barnier ha dicho que espera que los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 respalden esta iniciativa en el Consejo Europeo que se celebrará días antes de la reunión de Toronto. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, señaló que la UE debe lograr un pacto interno antes de lograr un acuerdo internacional. Por su parte, el presidente de EE UU, Barack Obama, acude a la cita con los deberes hechos y una ley de reforma financiera bajo el brazo.
El Ejecutivo comunitario ha descartado la idea de un único fondo de resolución en la UE ya que sería "muy difícil" crearlo teniendo en cuenta el carácter descentralizado del sistema de supervisión en la UE. No obstante, Barnier ha admitido que conllevaría "claros beneficios". Entre ellos, mayor diversificación del riesgo, más incentivos para la cooperación y más rapidez en la toma de decisiones en los casos de bancos transfronterizos y más garantías de igualdad de trato. El enfoque "más realista", de acuerdo con Barnier, es coordinar la puesta en marcha de fondos a nivel nacional garantizando que todos los Estados tengan el mismo nivel de financiación del sector privado y que utilizan las mismas herramientas de gestión de crisis para evitar así distorsiones de competencia.
Geithner insta a poner el plan de apoyo al euro en marcha y coordinar la reforma financiera
El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, de gira oficial por Europa, ha afirmado hoy que el plan europeo de apoyo a los países de la zona del euro que se enfrentan a problemas económicos tienen los "elementos correctos", pero ha advertido de que tiene que empezar a aplicarse para comenzar a calmar los mercados.
Además, ha destacado la importancia de un "enfoque global" cuidadosamente coordinado frente a las maniobras especulativas, lo que supone una velada crítica al Gobierno alemán de Angela Merkel, que decidió en solitario prohibir las ventas en corto al descubierto de las empresas financieras y los bonos de deuda soberana.
El político estadounidense ha tenido una ajetreado agenda en Europa, a la que ha llegado proveniente de una visita oficial China, con un tema principal: la crisis fiscal y la reforma del sistema financiero. Por la mañana, se ha entrevistado con el presidente del BCE, Jean Claude-Trichet, y tras la comida se ha trasladado a Reino Unido para verse con el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King. Antes de esta cita, ha visita Downing Street, donde se ha reunido con el primer ministro, David Cameron, y su ministro de Finanzas, George Osborne. La jornada la cierra un encuentro en Alemania con el titular de Economía, Wolfgang Schaeuble.
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